Un día después de la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) tras 47 años, Londres inicia una "nueva era" intentando dejar atrás las divisiones que marcaron el divorcio con Bruselas. Sin embargo, Escocia evidenció su descontento con movilizaciones en Edimburgo.

La región semiautónoma de 5,4 millones de personas vivió varias protestas con silbatos y bocinas donde los escoceses exigían un segundo referéndum de autodeterminación, tras el de 2014 cuando un 55% rechazó la independencia de la UE.

Uno de los primeros cambios tangibles fue que la representación diplomática británica en Bruselas cambió la placa del edificio que ahora dice "Misión del Reino Unido ante la Unión Europea", reflejando que ya no es miembro. Mañana, el primer ministro Boris Johnson dará un discurso sobre los nuevos lineamientos de Reino Unido.