Opinión

Biobío Days

Foto: Puente Industrial de la Región del Biobío, el más largo de Chile, que conecta las comunas de San Pedro de la Paz y Hualpén. Fuente: MOP.

La semana pasada, el gobernador Sergio Giacaman, junto a autoridades, empresarios, artistas y representantes de la Octava Región, inauguró en la estación Baquedano del Metro de Santiago el primer Biobío Day, campaña que busca reconectar a penquistas de la capital con su territorio, convertirlos en embajadores de su identidad y del enorme potencial turístico, cultural, industrial, académico y comercial de la región. Más allá de los desafíos propios de un territorio complejo y la persistencia de la violencia en Arauco, hoy surgen señales que auguran oportunidades históricas para el Biobío.

En materia de infraestructura, este mes se inauguró el Nuevo Puente Ferroviario, que permitirá al Biotren alcanzar velocidades de hasta 100 km/h, mejorando la conectividad de pasajeros y potenciando la carga. Además, se adjudicó la esperada Ruta Pie de Monte, con una inversión superior a US$360 millones, que aliviará el cuello de botella de la Ruta 160 y mejorará la conexión de las comunas al sur del río Biobío. Aunque polémico, el inicio del cobro de peaje vía TAG en el Puente Industrial apunta a una movilidad más racional, incentivando un sistema más equitativo y eficiente.

Pero el verdadero salto del Gran Concepción está en su reconversión urbana: pasar de la industria pesada del siglo XX hacia una plataforma global de comercio, logística y servicios avanzados, lo que el urbanista Alfonso Vegara denomina Concepción Diamante del Pacífico Sur. En una presentación ante autoridades como el expresidente Frei, Vegara mostró cómo la bahía de Talcahuano —similar en tamaño a Singapur, el puerto más grande del mundo— y el sistema portuario desde Tomé hasta San Vicente, Coronel y Lota, con infraestructura ferroviaria y vial, pueden impulsar la industria forestal, pesquera y de tierras raras con valor agregado, además de nuevas cadenas productivas conectadas al corredor bioceánico hacia Neuquén, Argentina; donde se concentran los mayores yacimientos de gas natural de Sudamérica. Este corredor, junto con la infraestructura portuaria y ferroviaria, posiciona al Biobío como un nodo estratégico para el comercio global y la transición energética.

Todo esto coincide con el desarrollo del primer Plan Regulador Metropolitano del Gran Concepción desde el Gobierno Regional, que permitirá aprovechar terrenos disponibles y una matriz ecológica privilegiada: humedales, canales y ríos que, bien integrados al desarrollo urbano, convertirán a Concepción en la primera Ciudad Esponja del continente, capaz de adaptarse a lluvias extremas y sequías mediante soluciones basadas en naturaleza. A esto se suma un ecosistema único de alianzas público-privadas e institucionales, universidades de excelencia, centros de innovación y liderazgos que auguran —para parafrasear al gobernador Giacaman— que en 2050 celebremos los 500 años de la fundación de Concepción con un Santiago Day en alguna estación de Conce, consolidando al Biobío como motor de desarrollo sostenible y resiliente para Chile y el Cono Sur.

Por Pablo Allard, decano Facultad de Arquitectura, UDD

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