Porfiadamente
A una semana de las primarias se puede mirar con más perspectiva lo que ocurrió. Una cuestión para analizar es por qué Carolina Tohá, después de ser favorita en las encuestas y opiniones de los “expertos”, se desfondó hasta obtener menos del 30% de los votos siendo derrotada ampliamente por Jeannette Jara que más que la duplicó con 60%.
Hay por supuesto efecto de las campañas y debe reconocerse que Jara la hizo bien. También está el peso de la noche; el socialismo democrático hace tiempo se rindió ante el PC y el Frente Amplio hasta desvanecerse como fuerza política; no tuvo proyecto ni liderazgos y los esfuerzos postreros de Tohá le hablaron a un votante que no existía, o que habitaba solamente en las cinco comunas de mayores ingresos de Santiago. El resto de Chile, sumido en sus problemas pobremente abordados por los políticos, no creyó en la tardía oferta de Tohá.
Y no se trata de que la gente se haya polarizado y rechace propuestas moderadas. Lo que parece desechar son propuestas invisibles, difusas, irrelevantes para la gente y alejadas de su zona de interés.
Una pregunta válida que formular a estas alturas, cuando queda mucho tiempo de campaña, es si en la derecha pudiera ocurrir algo parecido. El avance de José Antonio Kast, acompañado de la baja de Evelyn Matthei (no creo que haya bajado 9 puntos como dice Cadem, simplemente la encuestadora está haciendo la pregunta incorrecta), podría sugerir algo así. En la elite y sectores acomodados Matthei aventaja claramente a Kast y en la población de estratos medio-bajos y bajos el candidato republicano muestra superioridad.
No es exactamente polarización. Hace tiempo que el análisis del mainstream político e intelectual anda lejos de las preocupaciones de la gente. Ocurrió en los dos procesos constitucionales y sigue presente. La moderación, el relato, gobernabilidad y acuerdos políticos no son temas de la mayoría. Delincuencia, migración, desempleo, Estado fallido, corrupción de la política, salud pública colapsada, son las cuestiones que interesan a los votantes. Quien se perfile mejor para resolver esos problemas tiene la mayor chance de pasar a segunda vuelta, y es difícil que la candidata comunista quede fuera de ella. Dependiendo del número de candidatos en primera vuelta, quien se acerque al 30% difícilmente quedará afuera del balotaje.
Es complejo para el futuro el ambiente de desconfianza en las instituciones que prevalece. El gobierno de Boric es el gran culpable de ello. Pero la clase política en general está subestimando este reproche de la ciudadanía y cree que puede seguir porfiadamente ignorándolo, no atendiendo las prioridades de la población. En vez de mirar a otros candidatos, quien tenga aspiraciones presidenciales debiera mirar a los votantes. Esa es la estrategia correcta, no movidas tácticas de corto plazo.
Por Luis Larraín, presidente del Consejo Asesor de Libertad y Desarrollo
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