Postura de expresidenta sobre las tres causales
En vez de plantear que conforme a una manera de interpretar las normas que contiene la propuesta de nueva Constitución se podría abrir un puerta para revertir las tres causales, en cambio se da por hecho que serán derogadas, algo que es más propio de la desinformación.
En el marco del debate de cara al próximo plebiscito constitucional, la expresidenta Michelle Bachelet, en conjunto con otras 62 mujeres de reconocida trayectoria, suscribió una carta pública (“Por nosotras, por ellas”) en la cual se hace un llamado a rechazar el proyecto de nueva Constitución, por el retroceso que implicaría para los derechos de las mujeres, en particular en lo referido al aborto en tres causales, que a juicio de las firmantes el texto propuesto pone en claro riesgo.
El documento indica que la propuesta “busca retroceder en uno de los logros más significativos del movimiento de mujeres, obtenido con el esfuerzo y las lágrimas de miles en nuestra nación. No podemos y no aceptaremos este retroceso (…) Ellos (el sector que históricamente le ha dado la espalda a las mujeres) saben que si se establece a nivel constitucional el indiscutible estatus de persona del ser en gestación, van a ir nuevamente al TC para decir que la norma constitucional cambió y que, por eso, las tres causales son incompatibles con la nueva Constitución (…) Hoy por medio de esta propuesta constitucional le darán el portazo final a una de las mayores victorias de las mujeres: las tres causales (…) Votaremos en contra de cualquier propuesta que busque socavar los derechos conquistados con tanto esfuerzo”.
Del tenor del documento no se desprende que las firmantes estén alertando sobre un escenario que potencialmente podría abrirse de aprobarse la nueva Constitución -considerando que desde el momento que algunas normas referidas a la protección de la vida del no nacido fueron modificadas se abre espacio para las interpretaciones-, sino que dan como un hecho que las tres causales serán revertidas bajo las nuevas normas constitucionales. Así, en vez de plantear que conforme una manera de interpretar estas normas se podría abrir un puerta para revertirlas -postura que resulta totalmente legítima de sostener-, en cambio se están haciendo aseveraciones categóricas, como si no hubiese otras formas de interpretación de dichas normas, con lo cual se estaría cayendo en el campo de la desinformación.
Tampoco debería obviarse que una decisión de este tipo finalmente deberá ser resuelta por el Congreso, sin perjuicio de que también hay voces autorizadas que han hecho ver que dado que las tres causales fueron planteadas en su momento como una expresión del derecho a la salud, su revocación no sería posible conforme los estándares del derecho internacional de los derechos humanos.
En medio de una campaña electoral es habitual que los argumentos se exageren o no exista demasiado apego a la acuciosidad, pero tal rigor sí cabría exigirlo a quienes han detentado la Presidencia de la República. Debido al alto cargo que ostentaron, su rol debería apuntar a elevar la mirada y evitar caer en el terreno de la trinchera o la desinformación. La opinión de los expresidentes siempre debería ser un insumo valioso, sobre todo en un proceso de tanta relevancia como es la dictación de una nueva Carta Fundamental, donde el objetivo que los chilenos puedan votar de la manera más informada posible resulta fundamental.
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