Xawümen: hacia una gobernanza plurinacional
Por Verónica Figueroa, académica Universidad de Chile
En el rakizuam (conocimiento) Mapuche, el concepto de xawümen es muy importante para identificar puntos de demarcación territorial. A diferencia del concepto occidental de límite o frontera, que hace alusión a la idea de separar o dividir, el concepto de xawümen significa unir para sumar, para enlazar y generar vínculos entre diferentes territorios, buscando aquellos puntos de encuentro que permitan mantener y nutrir relaciones de intercambios recíprocos.
En un momento de cambio refundacional, donde la participación de los pueblos indígenas en la Convención Constitucional ha relevado su carácter colectivo desde la perspectiva del derecho y la necesidad de hablar de estatutos especiales o derechos específicos se ha tomado parte de la agenda, es que el concepto de xawümen contiene la riqueza para expresar de manera fidedigna las propuestas para una nueva convivencia intercultural.
Efectivamente, la emergencia de los pueblos indígenas como actores políticos ha puesto de manifiesto los límites de los enfoques liberales predominantes, así como la parcialidad con la que se han definido valores como la libertad, la igualdad, la participación, la representación o la ciudadanía, creando sistemas políticos y administrativos estandarizados, uniformes y simétricos en nombre de la “nación moderna”. La visión neutral del derecho desde una perspectiva liberal ha funcionado en el papel, pero en la puesta en práctica se ha convertido en parte del problema, acrecentando las brechas entre las naciones originarias y las hegemónicas.
Es en ese contexto que la propuesta de plurinacionalidad emerge como una alternativa para pensar estatutos especiales, pero para ello debe ser comprendida como parte de una propuesta de gobernanza mayor, que considere las instituciones, procesos y convenciones que una sociedad se entrega y que determinan cómo se ejerce el poder, cómo se toman las decisiones y cómo se responde a la variedad de intereses que existen en ella. Así, nuestra organización interna puede ser modificada para dar cabida a la libre determinación y autonomía de los pueblos indígenas, los cuales están establecidos en el marco internacional de derechos. Para ello, debemos desmitificar la idea de que el ejercicio de estos derechos solo se puede dar a nivel de Estado, sino más bien como se encarnan dentro de una gobernanza plurinacional.
La invitación es a despojarse de los prejuicios que nos ha heredado el pensamiento liberal-occidental y buscar nuevas formas de hacer política, de gobernar, de decidir, todo ello en el marco de propuestas plurinacionales. No es una cuestión de privilegios, es una cuestión de dignidad en un nuevo contexto. Se trata, en definitiva, de pensar más desde el xawümen, de aquello que nos une, que de la idea de fronteras o límites, que es lo que nos divide.
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