Mitos y verdades sobre el acné ¿Por qué salen los granos?

¿Comer mantequilla de maní produce espinillas? ¿Si tomo suficiente agua me aseguro una buena piel? Existen varias creencias populares en relación al acné y a qué lo produce. Hablamos con la dermatóloga Carla Muñoz de Global Derm y la dermatoestética de Clínica Alemana, Katherine Barría, para separar, de una vez por todas, los mitos y la realidad.




Mito: Comer chocolates y frituras produce acné.

Verdadero: “Aunque la literatura médica ha sido controvertida frente a la relación entre la alimentación y el acné, sin duda una dieta balanceada que incluya alimentos sanos y sea rica en frutas y verduras es mucho más saludable y beneficiosa para la piel. Algunos autores han encontrado una alta asociación entre consumo de chocolates y grasas con la aparición de acné”, comenta Carla Muñoz.

Por su parte, Katherine Barría explica que, aunque hay una relación, la aparición de acné no es automática: “Influye el consumo de carbohidratos, principalmente los refinados, y los alimentos altos en índices glicémicos, porque aumentan la insulina y es a través de ella que se produce el acné”.

Mito: tomar agua evita la aparición de acné.

Falso: “El agua es súper importante para el metabolismo de la piel, pero tomar agua no evita la producción de acné”, afirma Barría, mientras que Muñoz añade: “Para disminuir los niveles de acné se requieren tratamientos adecuados que van más allá de una buena hidratación”.

Mito: El estrés puede producir la aparición de acné.

Verdadero: “El estrés activa mediadores inflamatorios llamados citoquinas e interleuquinas, que tienen receptores en la glándula sebácea. Al activarlos, aumenta la producción de sebo y la inflamación local, lo que genera más lesiones de acné”, explica Muñoz. Barría por su parte, agrega que el estrés aumenta los niveles de cortisol, relacionados con los brotes en la piel.

Mito: Las limpiezas de cutis se deberían hacer mínimo dos veces al año.

Falso: “Si un paciente tiene una rutina de limpieza diaria, con cuidados adecuados para su tipo de piel, no requiere de limpiezas. Los pacientes que sí tienen acné se verán beneficiados por limpiezas de cutis, pero solo si éstas son acompañadas por un tratamiento para su patología”, dice Carla Muñoz. Barría coincide con que todo va a depender de la calidad de la piel: “Por lo general, mando a mis pacientes a hacerse una limpieza cada uno o tres meses, según lo que necesiten”.

Mito: Las pieles secas envejecen más rápido que las pieles grasas.

No hay consenso: Mientras Carla Muñoz dice que “las pieles grasas tienden a mantener mejor los niveles de humectación y turgencia a través de los años porque mantienen mejor la función de barrera que las lleva a mostrar menos líneas de expresión e irregularidades en la superficie cutánea”, según Barría “Cuando la piel es seca pueden aparecer arrugas por la deshidratación, pero eso no quiere decir que envejezcan antes. Hay pieles grasas que pueden estar súper dañadas también”.

Mito: Si tengo acné mi piel es grasa sí o sí.

Falso: “No es lo mismo la grasitud que la humectación e hidratación de la piel. Las pieles con acné son seborreicas, o sea tienen grasa, pero puede faltarles agua y estar igualmente deshidratadas y secas”, explica Barría.

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