Por qué no deberíamos revisar el celular apenas despertamos

Muchas personas que apenas abren los ojos toman su celular para revisar las redes sociales, correos u otros. Pero resulta que al explorar estas plataformas recién al despertar, exponemos al cerebro a una gran cantidad de información, elevando los niveles de estrés y ansiedad.




De acuerdo a un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (2019), aproximadamente el 80% de las personas que utilizan teléfonos inteligentes revisan sus dispositivos móviles dentro de los 15 minutos posteriores a despertarse cada mañana. Cynthia Hurtado, psicóloga especialista en neuropsicología, explica que al estar ante una pantalla interactiva, el cerebro libera mucha dopamina, un neuroquímico que mide el placer en el cerebro. “Este órgano anhela la dopamina como un niño de ocho años anhela los dulces”, cuenta Cynthia, por lo que estimulará la repetición de los comportamientos que llevaron a la liberación de dopamina en primer lugar. En otras palabras, cuando se comienza a mirar el celular, el cerebro querrá repetir este comportamiento a lo largo del día, ya que sabe que sentirá placer.

Y es que aquellos “5 minutos” de revisión ciertamente terminan convirtiéndose rápidamente en 15, 30 o incluso una hora. “Cuando te despiertas e inmediatamente revisas tu teléfono, el bombardeo de estímulos interactivos a menudo creará una sensación de estrés y ansiedad. Inmediatamente, los estímulos externos atraen tu atención, sin darle tiempo ni espacio para comenzar el día con calma”, detalla la psicóloga.

Cynthia añade que es importante considerar que al revisar las redes sociales, el correo electrónico o los mensajes inmediatamente después de despertar, dejas que las opiniones y las solicitudes de otras personas afecten e impacten tus procesos cognitivos. “En otras palabras, el cerebro estará ocupado con la agenda de otras personas, no con la de uno mismo”.

Algunas alternativas que entrega la especialista para adoptar en las mañanas, en vez de coger el teléfono, es disfrutar actividades menos estimulantes, pero más beneficiosas, como leer, meditar, escribir un diario, priorizar tareas, programar el día o tomarse el tiempo necesario para preparar un desayuno balanceado. “A diferencia de estar ‘conectada’ desde temprano a través de tu celular, estas actividades disminuyen el estrés, nos ayudan a concentrarnos, ser más productivos ya que brindan claridad de pensamiento”, declara.

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