Trabajar desde la casa

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Que cada persona trabaje desde su propia casa y a su propio ritmo: sin otras interrupciones que las caseras ni breaks grupales para tomar café. Para unos puede parecer un sueño y para otros una pesadilla. Trabajar en forma remota no es una transición fácil de hacer cuando nos hemos acostumbrado a una rutina laboral que implica salir de nuestro espacio personal, recorrer varios kilómetros en el transporte público y llegar a una oficina en la que transcurren todas nuestras dinámicas de trabajo. Un espacio distinto que delimita claramente la frontera entre la vida laboral y la personal.

Pero desde este lunes, a raíz de la alerta sanitaria mundial que se ha levantado producto del COVID-19, cada vez más empresas están pidiendo a sus trabajadores que desempeñen sus funciones desde sus casas para evitar la propagación del virus. Y para muchos la idea de crear una rutina de home office de la noche a la mañana puede resultar abrumador. Aquí, una guía para acostumbrarse a las semanas que vienen.

Muchos asocian la palabra rutina con algo negativo, que nos aburre, destruye matrimonios y en general algo de lo que nos gustaría mantenernos más bien alejados. María Ignacia Pizarro, coach especialista en manejo del estrés y optimización del tiempo, explica que, en situaciones como la que estamos viviendo en la que nos vemos obligados a implementar una dinámica de trabajo remoto, la rutina es crucial para mantenernos al día con nuestras tareas y mentalmente en paz. "Lo primordial es poder implementar una rutina que nos genere horarios en los cuales podamos mantener la concentración", explica Pizarro. La especialista propone que una buena estrategia es programar bloques de trabajo de no más de dos horas en los que se puede incluir un break de 20 minutos.

"Hay una metodología muy útil que se llama técnica Pomodoro, y se pueden bajar aplicaciones gratis para ponerla en práctica", cuenta. Se trata de trabajar en lapsos de 20 minutos en una tarea específica, y cada vez que se cumplen los 20 minutos suena una alarma. Pizarro aclara que la principal ventaja de esta estrategia es que te ayuda a mantener la concentración y te obliga a ir terminando tarea por tarea de manera continua, pero sin ir mezclando diferentes cosas. "Lo que nos pasa es que como estamos en la casa frente al computador, con los niños dando vueltas o incluso solos, es muy fácil desconcentrarse", explica Pizarro.

Si compartes tu espacio con más personas este paso es muy importante. La instrucción es no salir de la casa y eso implica parejas trabajando juntas en un mismo home office, hijos en home school y es necesario delimitar fronteras lo más claras posibles. "Si hay más gente en tu casa que puedan ayudarte con los niños, por ejemplo, hay que aprovechar esa instancia. Si eso no es posible y tenemos que trabajar, pero además cuidar de otros, es importante generarnos bloques para ir terminando tareas de una a la vez", comenta Pizarro. "Es más realista designarnos tiempos en los que nos vamos a desconectar del computador para atender otras cosas. Porque si vamos a estar todo el tiempo contestando mails o atentos al Whatsapp porque nos están dando instrucciones por ahí al final estamos dispersando la energía y no nos concentramos bien en nada".

Cuando imaginamos el futuro –no tan lejano– en el que el trabajo remoto parece ser la dinámica que gobernará la gran mayoría de las relaciones laborales, la pregunta que salta de forma natural es, ¿nos terminaremos sintiendo demasiado solos?

Afortunadamente, las restricciones actuales son solo temporales y quizás no lleguemos al punto de realmente sufrir producto de la soledad en aislamiento. Pero sí es un buen ensayo para conocernos mejor y saber qué tanto nos afecta trabajar en solitario día a día. Para aquellos que necesitan estímulos y compartir con otras personas como parte de la rutina, María Ignacia Pizarro recomienda hacer uso de las herramientas tecnológicas a nuestro alcance para mantenernos conectados. "Podemos seguir en contacto con nuestros compañeros y amigos", explica la especialista. "Podemos seguir teniendo reuniones usando Zoom o Skype para comunicarnos con nuestros equipos de la oficina y designarnos a lo menos una o dos veces a la semana reuniones de una hora para poder ir viendo cómo ha ido avanzando cada uno y cómo se pueden ir ayudando unos a otros en equipo".

A diferencia de lo que ocurre en un día laboral normal, cuando trabajamos desde la casa no hay un principio ni un fin determinados. Es por eso que debemos ser nosotros mismos los que cuidemos los espacios de descanso dentro de la jornada. La Organización Internacional del Trabajo recomienda que las personas tengan tiempo de descanso diario suficiente para dormir y además para actividades recreativas. La Unión Europea ha establecido como mínimo 11 horas de descanso para sus nacionales y los estudios han demostrado que lo más beneficioso es que ese reposo sea durante la noche. Así que incluso cuando somos amos y señores de nuestro horario, se recomienda respetar los descansos y reponer la energía.

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