Cómo convertir tu hogar en una casa inteligente
Timbres con visor a distancia, maceteros para plantas, cortinas inteligentes, areneros automatizados para mascotas, luces, televisores y calefectores que pueden encenderse de modo remoto. La lista es interminable. Hoy, muchos aparatos pueden automatizados y ser controlados desde una base o un celular gracias al Internet de las Cosas. Pero antes de tecnologizar tu casa, debes tener claro varios consejos que acá te contamos.
Desde el inicio de la pandemia, cada vez que suena el timbre de la casa de los padres de Cristián Kaplan (42), él mira su teléfono. No se asoma ni sale a la calle, porque de hecho ni siquiera vive ahí, y la acción se reduce solamente a revisar su celular. Si es el cartero, le puede responder directamente desde su móvil y comunicarse con él. Si es su tía, en cambio, puede abrirle la puerta desde ahí, incluso si no está en casa. ¿La principal precaución? Hace unos meses tuvieron Covid-19 y, a pesar de estar vacunados, buscaron reducir al máximo el contacto físico con la gente, para así no correr una vez más el riesgo. Y recurrieron así a la tecnología.
Según cifras de GlobalData, el sector de la domótica -término utilizado para referirse a los artículos o sistemas capaces de “hacer más inteligente al hogar”- es uno de los que más ha crecido en los últimos años. En 2020, el mercado generó US$35,9 mil millones y, para 2025, se presume alcanzaría los US$75,3 mil millones, en un área que ha estado en constante crecimiento durante los últimos periodos.
Timbres de puerta, aspiradoras, purificadores de aire, cortinas inteligentes, asistentes de voz, ampolletas, entre otros, han colmado la oferta y el denominado IoT (el “internet de las cosas”) es algo que ya está inserto en el día a día de la gente. Tanto así, que no son solo electrodomésticos comunes, sino que hay hasta maceteros para plantas, monitores de huevos o areneros automáticos para gato, entre otros, y que pueden ser sincronizados con celulares o la voz.
Amazon, Google y Apple son de los principales en el mercado con algunos de los artículos más relevantes, como los asistentes de voz, sean Alexa, Google o Siri. Aparatos como los Echo, Google Home y el HomePod son ya parte de los ecosistemas de las casas de los usuarios, y que se van integrando a electrodomésticos u otros ítemes. Una de las principales preocupaciones de quienes recurren a las soluciones tecnológicas, como los Kaplan, es el de la seguridad, con el cual pretenden monitorear a distancia lo que suceda adentro o afuera del hogar, sea con sensores de movimiento, vibración o de luz, e incluso con cámaras de vigilancia.
Uno de los requisitos mínimos en este caso, advierte Mariano Palermo, director de marketing de Verisure Chile, es tener una conexión banda ancha de al menos 4G para poder tener una señal estable, que permita en estas situaciones la subida y descarga de videos. La empresa, una de las principales a nivel global en el ámbito de la seguridad del hogar y comercial, ofrece servicios de alarma y monitoreo, que van desde detectores de movimiento y de puerta, cámaras de seguridad, protección con cortinas de humo, entre otros. Todo eso con la posibilidad de ser vigilado de manera remota.
En el mercado existen alarmas monitoreadas y no monitoreadas. Ambas son efectivas, pero algunas entregan más tranquilidad para los usuarios. Las primeras son, por lo general, auto instaladas e incluso hay compañías que venden packs prearmados para el hogar, pero son los cibernautas los que deben estar constantemente en estado de alerta o revisando distintas aplicaciones. Las segundas son las entregadas por la compañía y, a diferencia de las anteriores, al momento de detectar una intrusión tienen como acción directa el contacto con Carabineros, por lo que el riesgo es mucho menor.
Además, dice Palermo, como la empresa es sueca, están adecuados al reglamento de protección de datos europeo. “Lo importante, en este caso, son las compañías, porque en todo este ecosistema smart y con cámaras, tienen acceso a nuestras imágenes y nosotros, por nuestro origen, solo podemos hacerlo si es que se produce un salto de alarma: nunca antes”, precisa el especialista, advirtiendo que los usuarios sí pueden hacerlo en todo momento.
El sector de la seguridad vigilada de forma remota, y que también permite a los usuarios tomar control sobre lo que sucede en su hogar, está creciendo y tiene una penetración del 19%. Año contra año, dice Palermo, la empresa ha crecido en un 30% y eso da la respectiva señal que el mercado sigue expandiéndose a pesar de la pandemia. “A medida que los distintos actores del mercado traigan innovación, esto se capitalizará”, asegura.
Para continuar en el mismo sentido, dice en el horizonte el acuerdo global que realizó Verisure con Arlo. La empresa es líder en lo que son las cámaras y control de acceso y compite directamente con Amazon y su Ring; y con Google y su Nest. Ellos tienen el acuerdo para la distribución exclusiva en Europa y Latinoamérica, con una tecnología de grado militar en términos de videovigilancia y que tienen la particularidad de ser inalámbricas. “La misión que tenemos es democratizar la tecnología y creemos que podemos lograrlo”, señala.
Definir un propósito
Previo a la domotización del hogar, dice Luciano Ahumada, director de la Escuela de Informática y Telecomunicaciones de la Universidad Diego Portales (UDP), los usuarios deben definir qué es lo que realmente quieren realizar con la implementación de la tecnología. Junto a eso, hay que esclarecer también que no todos los dispositivos son compatibles entre ellos y no siempre pueden ser utilizados a través de las mismas plataformas. Y ejemplifica. Si se quiere poner una cámara para guagua en la ventana de la casa y otra en una pieza, deben ser de la misma marca u operar bajo un mismo software, porque si no, los interesados tendrán que revisar distintas plataformas y aplicaciones y complicará todo lo que debía ser una simplificación.
“Si no es problema, está bien. Pero si la idea es tener algo orquestado en el hogar y poder hacer de todo en un mismo sitio, hay que preocuparse que todos los artefactos conversen correctamente”, afirma, y luego añade que mucha gente, por ejemplo, se queda con la sensación de “metí la pata” por tener que andar abriendo y cerrando más de una aplicación y que produce el efecto contrario al de un hogar inteligente.
Asistentes de voz como los Echo o Google Home, por ejemplo, permiten conectar a ellos una amplia gama de dispositivos de distintas marcas, y que facilitan la creación de una smart home. Aspiradoras y hervidores de agua, luces y televisores, entre otros, pueden ser manejados con simples comandos de voz y construir escenas según el determinado momento del día o mensaje que se le entregue. “Si ocupo un celular Samsung, eso sí, será más difícil desplegar contenido en un televisor conectado a un Apple TV, porque generalmente no conversa con Android y hay marcas que te obligan a ser monomarca”, dice el ingeniero civil electrónico.
En el caso de Apple con su HomeKit, en los últimos años se han ido añadiendo más artículos a su catálogo y compatibilidad con distintas compañías. Eso sí, por lo general, los mismos aparatos para el hogar inteligente necesitan en ocasiones puentes y que son los que, de la misma forma, se comunican con los dispositivos móviles.
El lenguaje de los dispositivos
Ante la ansiedad por la tecnología, los usuarios suelen caer en el error de comprar artículos por distintas plataformas como Aliexpress, Banggood, Shopee, entre otros, pero olvidan tener en cuenta que cada uno de esos dispositivos fue realizado para una región determinada. No es algo nuevo y lo mismo sucedía cuando se compraban películas en DVD’s o Bluray, que figuraban para otras regiones y servidores y finalmente no podían ser vistas en un reproductor sin cambiar de zona. Por ejemplo, una ampolleta Xiaomi u otra marca que provenga de China, no necesariamente podrá ser utilizada en Chile si es que esta no es el formato global, puesto que se ocupan distintas bandas de frecuencia.
Y no todos los dispositivos pueden ser conectados directamente a Internet. Los usuarios deben definir qué marca será la que utilizarán y adquirir gadgets que sean compatibles a esa misma. Algunos de ellos necesitarán, además de conexión a la red, una central y que será la encargada de comunicar al ecosistema completo. Por ejemplo, si se quieren instalar sensores de movimiento o de luz, de apertura de ventana o puertas, no tendrán conexión directa a la red, pero sí podrán comunicarse con los denominados hubs.
Para ejemplificar, un sensor de movimiento Philips Hue, necesitan del bridge -la centralita o hub- para poder funcionar. Y esta misma es la que se conecta a internet y habla con las ampolletas del sistema de la compañía. Lo mismo con sus switchs u otros artículos, pero en el caso de las bombillas, pueden controlarse también a través de bluetooth y su app.
Otro caso. Xiaomi tiene sensores de movimiento, pero necesita del gateway para poder conectarse a la red y al sistema, porque de otra manera resulta imposible. La misma firma china permite, por ejemplo, configurar algunos artículos de otras submarcas como Aqara o Yeelight desde su aplicación, pero dependerá del modelo y región. De las cerca de 400 tipos de luces disponible en su servidor chino, la compañía tiene unas 24 disponibles en Chile. Y no es que no se puedan conectar a la corriente ni funcionar, sino que “al hablar otro idioma”, en palabras simples, resulta imposible que dialoguen o compatibilicen con nuestro sistema. De hecho, tomando el ejemplo de la misma marca, si los usuarios cambian de región su aplicación a China Continental, podrán utilizar todos los aparatos provenientes de esa región, pero no serán capaces de sincronizar ni con Alexa, Google Home u otros, por lo que el control estará siempre dependiente de sus dispositivos móviles y o por la voz.
Hay otras compañías, como Blitzwolf o Bazz, que han ingresado al campo de la domótica. Lo relevante es que, aunque existan distintos desarrolladores, pueden trabajar bajo protocolos que permitan la total conectividad entre ellos. Por ejemplo, Tuya es una plataforma china que proporciona una aplicación y nube para que las firmas utilicen, y que permite integrar a los productos Blitzwolf y Bazz, por ejemplo. Pero que también trabajan con otras marcas más pequeñas y que son típicas de los marketplaces extranjeros, como Zsviot, LSC Smart Connect, Zemismart, Cozoney, Moes House, entre otras.
Una central única
Así como hay artículos que para funcionar deben conectarse a un hub -puesto que trabajan con protocolos de transmisión como Zigbee y no por wifi o bluetooth-, estas mismas aplicaciones centrales de los dispositivos móviles -SmartThings, de Samsung; MiHome, de Xiaomi; ThinQ, de LG; entre otras- pueden conectarse a Alexa o Google Gome. Y la gran ventaja, al menos en estos casos y con dispositivos compatibles con tales asistentes de voz, es que todo puede ser comandado a distancia. Como se utilizan cuentas anexas a usuarios determinados, con tal de tener las aplicaciones registradas en el dispositivo móvil se puede manejar todo el hogar de forma remota. Recibir una notificación si se mueve una ventana o puerta, encender la luces en determinado horario o automáticamente según el sector del hogar, entre otras.
Eso sí, no solo las empresas tecnológicas utilizan estos hubs o centrales para comunicar, las mismas compañías de alarma, como Verisure, tienen el propio. En su caso, el mismo panel de control funciona como una terminal de conexión. Y Ahumada explica que este tipo de conexiones se debe a que hay comunicaciones que son para afuera del hogar, como en el caso de una cámara de seguridad y un hub, y algunas que son para el interior, como sería un sistema de sensores y que se comunica con una terminal.
Algunos de los usuarios que ya tienen implementado todo un ecosistema optan por armar rutinas. Hay de los que se despiertan a eso de las 7:00 horas con la cortina que se abre progresivamente, mientras automáticamente se prepara un café en la cocina y se calefacciona el living para comenzar con una jornada de teletrabajo. Todo coordinado a través de Alexa, por ejemplo. Pero también están los que deciden realizar uso estando afuera de casa. En caso de llegar tarde del trabajo, el cierre automático de cortinas es algo positivo si es que se combina con el encendido de las luces de forma remota, para así disimular la ausencia en el hogar. Y ni siquiera es necesario programarlo, porque existen sensores de luminosidad que pueden prender distintos dispositivos al interior de la casa según la cantidad de luz solar y también limitarlo a rangos horarios. O quienes al partir hacia la oficina, prefieren dejar la aspiradora robot para así llegar y no encontrar algún rastro de suciedad, entre otras cosas.
Al alcance de la mano
Retail y market places han identificado el interés de los usuarios, y las mismas compañías han intentado salir a buscar una solución menos complicada que armar un sistema domótico pieza por pieza. “Uno de los mitos asociados es que la casa inteligente es sinónimo de inversiones elevadas y con el avance tecnológico eso ha ido quedando en el pasado”, plantea Felipe Gómez, director de Marketing y Desarrollo de Claro Chile. La empresa cuenta así con una serie de kits prearmados y pensados especialmente para quienes están recién comenzando en el tema.
Por ejemplo, con el kit de inicio, se puede instalar una ampolleta y enchufe inteligente, una cámara de seguridad para interior y sensores de movimiento y uno multipropósito. La gran ventaja, como son monitoreados a través de la aplicación de la compañía, no requieren de un hub para funcionar. ““Digitalizar el hogar conlleva una serie de beneficios. En la medida en que los dispositivos permitan gestionar encendido o apagado, podemos hacer de nuestro espacio un lugar con eficiencia energética. Además, una comunicación más inteligente de nuestros electrodomésticos permitirá disminuir los tiempos destinados a mantención de la casa”, señala el ejecutivo.
Eso sí, como recomendación, Luciano Ahumada de la UDP dice que no hay que obsesionarse con lo smart y tener siempre presente cuál es el propósito de las implementaciones. “Aunque suene básico, no sirve de nada tener sincronizada la aspiradora en un mismo sistema con un cepillo de dientes”, bromea el docente. Y presume que en el mercado existen distintos tipos de clientes y perfiles de usuarios. Uno de ellos son los early adopters, que adoptan la tecnología de forma temprana y, por lo general, tratan de comprarse todos los últimos productos lanzados al mercado.
Este evento, que reunió en el Teatro Municipal de esa ciudad a expositores de distintas soluciones tecnológicas -entre ellos, Kinesix VR, Zeus y Huawei, partners de Claro empresas- fue también el punto de partida para la nueva Corporación de Innovación y Desarrollo Sostenible de la Ciudad Jardín.