Sin fecha cierta y también con un respaldo inseguro de votos, la acusación constitucional presentada por las bancadas de oposición en contra del delegado presidencial metropolitano, Gonzalo Durán (Frente Amplio, ex PS) entra en su fase decisiva.

Hasta hoy en la tarde, La Moneda aún no tenía resuelto cuándo presentar la respuesta al libelo, patrocinado por la UDI, RN, Evópoli y los partidos Libertario, Republicano, Socialcristiano y Demócratas, a raíz de los incidentes ocurridos el 11 de abril en el Estadio Monumental, donde fallecieron dos jóvenes.

Si bien Durán tiene plazo hasta el sábado 17 de mayo para contestar a los cargos presentados en su contra, existía una ventana para que lo hiciera este viernes. Con ello, forzaría a que la acusación se votase la próxima semana, aprovechando la ausencia de algunos diputados de oposición que iniciarán este fin de semana un viaje oficial a Japón.

No obstante, aparentemente el diseño del gobierno iría en sentido contrario, Aplazar lo más posible la respuesta para que la acusación se vote después del 21 de mayo. Con ello, la Cámara tendría que sesionar en forma extraordinaria en medio de la llamada semana distrital (que se destina al trabajo en terreno).

Si el gobierno se inclina por esa estrategia, la apuesta sería menguar el respaldo de los legisladores opositores, quienes tendrían que volver de sus regiones para votar en favor del libelo.

Abajo en el marcador

La última elección de la mesa de la Cámara -en la que se impuso el diputado José Miguel Castro (RN), mediante un sorteo- confirmó el empate que existe en esta rama del Congreso entre oposición y fuerzas aliadas del oficialismo.

En esta votación -incluyendo los pareos que no se expresaron en el marcador- quedó de manifiesto que había 76 a en favor del candidato opositor (Castro) y 76 por la postulante del oficialismo (Camila Rojas, Frente Amplio).

El problema del bloque opositor es que los 76 votos que hoy sustentan a Castro no son suficientes para aprobar la acusación contra Gonzalo Durán, ya que necesitan de una mayoría. Es más, hay cuatro de esos 76 apoyos a Castro que difícilmente estarían por el libelo: Marisela Santibáñez (independiente) y sus pares Enrique Lee (indep.), Andrés Jouannet (Amarillos) y Joaquín Lavín (ex UDI).

Si bien el oficialismo tiene en suspenso los votos de la bancada DC-Independientes, en la misma alianza gubernamental creen que el grupo falangista arriesga mucho con plegarse a la derecha en la acusación en medio de un año de definiciones y negociaciones electorales. Además, para el delegado Durán le basta que los diputados DC-Independientes se abstengan. No es necesario que rechacen si quieren marcar un punto disidente.

Por lo demás, las dudas que existen en el comité democratacristiano tampoco dan una ventaja a la oposición que tiene dentro de sus filas otra dosis importante de incertidumbre: en particular, en las bancadas de Demócratas y de RN admiten no estar plenamente convencidos. De hecho, los alcaldes de Renovación Nacional, Mario Desbordes (Santiago) y Felipe Alessandri (Lo Barnechea) han liderado los llamados a sus parlamentarios a no aprobar la acusación.

Con todos estos antecedentes sobre la mesa, los promotores de la acusación constitucional dicen estar conscientes de que ahora están abajo en el marcador por un factor estructural, independiente que hay votos cruzados y no se dé una votación disciplinada en cada bloque.

Para atenuar la desventaja, la UDI -bancada que lideró este libelo-, concentrará esfuerzos en convencer al menos al diputado Lavín, quien, si bien renunció al partido, sigue siendo parte del comité gremialista. El problema es que el hijo del exalcalde de Las Condes por una definición política individual siempre se ha declarado en contra de las acusaciones. A veces las ha rechazado y otras veces se ha abstenido.