Crisis en la derecha: fracaso de libelo en contra del ministro de Educación provoca duras recriminaciones cruzadas entre partidos

El ministro de Educación Marco Antonio Ávila en la sesión en que se rechazó la acusación constitucional en su contra en la Cámara de Diputados. Foto: Manuel Lema Olguín / Agencia Uno.
El ministro de Educación Marco Antonio Ávila en la sesión en que se rechazó la acusación constitucional en su contra.

Luego de que se cayera la acusación constitucional contra Marco Antonio Ávila, en la oposición se desataron fuertes críticas entre las tiendas. RN se enfrentó a Evópoli, mientras en Chile Vamos se reflexionaba sobre cómo articularse a futuro como oposición.


Pasadas las cuatro de la tarde los diputados de Chile Vamos agarraron sus mochilas y se fueron del hemiciclo rumbo a sus casas. La Cámara Baja acababa de rechazar la acusación constitucional en contra del ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, lo que fue calificado por la derecha como una de las derrotas más “duras”. El hecho provocó que desde temprano se levantaran recriminaciones mutuas en el sector, por lo que varios parlamentarios no quisieron dar puntos de prensa para referirse al tema.

El punto de quiebre lo originó la declaración que, cerca del mediodía, realizaron los dos diputados de Evópoli -Francisco Undurraga y Jorge Guzmán-, en la que informaron que rechazarían el libelo que había sido impulsado con fuerza por parlamentarios de RN, la UDI y republicanos. Si bien el martes en las filas opositoras ya tomaban como un hecho que ello ocurriría, diversas voces advirtieron que, de votar en contra la acusación, se generaría una crisis en el sector.

Finalmente, los votos de los dos Evópoli -más el del UDI Joaquín Lavín- fueron clave en que Ávila zafara holgadamente del libelo por 78 votos en contra y 69 votos a favor, en contraposición a toda la derecha que estuvo mayoritariamente a favor.

Francisco-Undurraga
Crisis en la derecha por fracaso de libelo en contra del ministro de Educación. En la imagen, el diputado Francisco Undurraga.

La desazón de la oposición se acentuó dado que Ávila es considerado uno de los ministros que más errores ha cometido y uno de los peores evaluados del gabinete, y que su juicio político se estaba realizando en uno de los peores momentos de La Moneda, sumida en el lío de platas desatado por las millonarias transferencias entre fundaciones y el Minvu que hoy son indagadas por la Fiscalía. Así, que no prosperara la acusación constitucional reafirma la tesis de debilidad de la oposición, incapaz de generar un fuerte contrapeso al gobierno.

De ahí que molestara tanto el propio desorden interno, lo que generó diversas recriminaciones internas en la derecha durante la jornada de este miércoles.

Las frustradas gestiones

Hasta la noche de este martes se prolongaron las conversaciones entre RN y Evópoli para convencer a este último partido de apoyar la acusación. Hasta el lunes, la tienda que dirige la exministra Gloria Hutt estaba por apoyar el libelo, pero comenzaron a tener dudas durante la semana, lo que gatilló la presión desde RN.

El martes el diputado y secretario general de RN, Diego Schalper, recibió en su oficina al diputado de Evópoli Jorge Guzmán, para convencer a los representantes de la derecha liberal de sumarse al libelo.

Pero en la mañana de este miércoles el jefe de bancada de Evópoli, Francisco Undurraga, finalmente anunció que él junto al otro militante de su comité, Guzmán, no apoyarían el libelo. La postura de Evópoli evidenció un fuerte quiebre en Chile Vamos, dado que -además- Undurraga emplazó públicamente a Schalper, quien temprano había acusado a los diputados de esa colectividad de lanzar un “salvavidas” al ministro de Educación. “¡Exigimos respeto de nuestros socios! El secretario general de RN es secretario de un partido aliado, así que le exijo respeto”, dijo en un punto de prensa.

Las recriminaciones comenzaron de inmediato en la derecha. “De los niños primeros en la fila, pasaron al ministro primero en la fila”, dijo irónicamente el diputado del Partido Republicano Cristián Araya, aludiendo al eslogan de Evópoli impulsado por su fundador, el senador Felipe Kast. Esa misma crítica fue repetida por varios parlamentarios, mientras en la juventud de la UDI difundían un afiche con las caras de los diputados Evópoli y la frase “los niños primero”.

El propio Schalper acusó a Evópoli de ser el “salvavidas” de Ávila, mientras que en la UDI la secretaria general, María José Hoffmann, dijo que “en la UDI vamos a privilegiar nuestras alianzas solo con quienes estén dispuestos a hacer una oposición seria y responsable”. El gremialismo reclamó formalmente en el grupo de WhatsApp de las directivas de Chile Vamos.

Desde RN estaban particularmente molestos con Evópoli, pues sostenían que han sido generosos con sus socios de coalición. Daban como ejemplo que les han facilitado diputados para que puedan conformar su comité con el mínimo de legisladores que se requiere, según el reglamento, ya que Evópoli no tiene peso a nivel parlamentario.

La tensión escaló al punto que en RN evaluaban exigir el regreso de los parlamentarios RN que crearon el comité con Evópoli, lo que traería costos administrativos, mientras que tanto la UDI como RN señalaban que había una conversación pendiente sobre qué hacer con la colectividad en términos de coalición, y si acaso se deberían ir o no de Chile Vamos. Esto, pues explican que ha habido una tensión latente con este partido, lo que se ha reflejado en otras votaciones, como el rechazo del senador Kast a la candidata de RN a la Defensoría de la Niñez, o que los tres senadores de Evópoli se restaran de la votación del candidato de RN al Tribunal Constitucional.

También se le recriminaba al diputado Guzmán que anteriormente había apoyado la acusación constitucional en contra del ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson. “Perdóname, pero te tengo que seguir sacando la cresta”, le dijo un diputado republicano a Guzmán a modo de broma, tras la derrota en la Cámara.

En Evópoli también estaban divididos, debido a que los otros dos integrantes del comité en calidad de independientes, Hotuiti Teao y Christian Matheson, aprobaron el libelo.

Sin embargo, en el partido de derecha liberal recriminaban el descuelgue del diputado Lavín en la UDI, mientras que un diputado del Partido Republicano y un exrepublicano -Agustín Romero y Gonzalo de la Carrera- se ausentaron de la sala, se parearon y no votaron. Incluso remarcaron que varias de las recriminaciones de RN estaban marcadas por las elecciones internas de ese partido.

Crisis en la derecha: Fracaso de libelo en contra del ministro de Educación provoca duras recriminaciones cruzadas entre partidos

Problema de origen de la acusación

Entre las razones para que este cuarto libelo impulsado por la derecha fracasara, en la oposición mencionaban que tuvo un problema desde su origen. La recriminación apuntaba directamente a las diputadas que anunciaron inicialmente el libelo: Francesca Muñoz y Sara Concha, pertenecientes al Comité Social Cristiano.

La molestia apuntaba a que las dos parlamentarias dieron un carácter ideológico a la acusación, y muy concentrado en los temas valóricos que ambas impulsan debido a que son evangélicas. Por ejemplo, en el libelo, tres de los siete capítulos tuvieron que ver con los temas de educación sexual que ha impulsado el ministro.

Este, reclamaban en Chile Vamos, fue un tema que ahuyentó a los parlamentarios de centro, y a algunos más liberales en la derecha.

En la UDI comentaban que pese a que Evópoli solo restó dos votos, su ausencia dio una señal para ahuyentar a otros sectores más de centro.

Crisis en la derecha por fracaso de libelo en contra del ministro de Educación. En la imagen, la diputada Francesca Muñoz.

A eso se sumaron otros errores cometidos en la derecha, que admitía que fue un “triunfo” del gobierno el haber instalado la idea de que se trataba de una acusación constitucional “homofóbica”, debido a la orientación sexual del ministro Ávila.

Molestaron particularmente las frases de la dirigenta Marcela Aranda -que trató a Ávila de ser un “lobbista LGTBIQ+”- y de la diputada de la bancada RN María Luisa Cordero, quien calificó al secretario de Estado de ser un “pervertido”. Estas frases, reconocieron en la derecha, contribuyeron a la idea de que se trataba de una acusación “homofóbica”. En la UDI apuntaron directamente a RN, debido que fue el diputado Miguel Ángel Becker quien permitió que Aranda hablara en la comisión.

La tensión también se dio a nivel de RN y la UDI. En el primer partido reclamaban que el gremialismo se jugó poco por la acusación. Lo cierto es que la UDI no estaba por acusar constitucionalmente, sino que quería interpelar, pero finalmente se terminaron plegando.

La molestia se trasladó a nivel de directivas. El análisis que algunos hacían es que desde RN ocuparán esta diferencia con Evópoli para pedir que se les quite el cupo que les corresponde en 2025 para la presidencia del Senado, mientras otros esperaban no apoyar mociones que impulse esa tienda, como represalia.

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