¿Es bueno ponerle ropa a los perros en invierno? Cuándo y cómo abrigar a tu mascota

El mercado de vestuario para animales crece sin parar, pero: ¿hacemos bien al vestirlos? ¿Todas las razas necesitan de una prenda para el frío? Tres especialistas aclaran el panorama para que el amor y el cuidado este invierno no se transformen en maltrato.




Un breve paseo a pie por el barrio puede bastar para, a modo de juego, hacer el siguiente catastro: ¿cuántos de los perros que se ve en el camino están vestidos con una o más prendas? ¿Y cuántas de esas prendas realmente abrigan a las mascotas?

Sin salir a la calle aún, puedo apostar con bastante confianza a que la primera pregunta tendrá por respuesta un número mayor al que se habría obtenido hace no tantos años. Me baso simplemente en el mercado: la consultora internacional Euromonitor estima que, tan sólo a nivel del e-commerce, las ventas de productos para mascotas habrá crecido para 2025 en un 962% si se compara con diez años antes, superando los 1.638 millones de dólares.

La oferta de vestuario para los animales de compañía se ha disparado con un sinfín de alternativas, que van desde chalecos y parkas impermeables hasta polerones y pantalones de buzo, sombreros, cuellos, calcetines y zapatos. Incluso marcas de lujo como Dior, Gucci, Ralph Lauren y Louis Vuitton han extendido sus negocios hacia los accesorios para animales. Lo que da paso a la respuesta de la segunda interrogante: es muy probable que un buen porcentaje de la ropa que se le coloca a los perros en la actualidad no tenga relación alguna con sus necesidades propias.

¿Hacemos bien los humanos con vestir a nuestras mascotas? ¿Cuándo corresponde abrigarlas y cuándo, simplemente, responde a un capricho de su dueño?

Abrigo en invierno

Vamos a los hechos. La Federación Cinológica Internacional estima que existen cerca de 340 razas de perros en el mundo, a las que debemos agregar el sinnúmero de canes nacidos producto del mestizaje. Cada cual tiene sus propias características y distintas capacidades de resistir a las altas o bajas temperaturas.

Viviana Valenzuela, directora de la Comisión Nacional de Tenencia Responsable de Mascotas del Colegio Médico Veterinario de Chile (Colmevet), dice que los perros tienen cinco características principales relevantes para adaptarse a las diferentes condiciones climáticas: el tipo de pelaje, el color de éste, el tamaño del animal, su edad y la condición corporal que posea.

“Parece obvio, pero lógicamente los perros de pelaje grueso y de doble capa, como los siberianos, akitas o boyeros, entre diversas razas que vienen del hemisferio norte, están mejor preparados para soportar climas más fríos que los perros de vello muy fino y corto, como galgos y perros desprovistos de pelo”, expone Valenzuela.

Un pelaje más oscuro tendrá mejor capacidad para retener el calor en un día templado con algo de sol que uno más claro, al igual como ocurre con un perro de mayor tamaño y envergadura respecto a otro más pequeño. En cuanto a la edad, “sucede lo mismo que en las personas”, dice Valenzuela: “los cachorros y los más viejitos son aquellos que tienen más problemas con los climas fríos. Y a esto se suman los perros enfermos”.

Alejandra Santelices Herrera, veterinaria, etóloga y directora de la Fundación EMA —Educación Mediante Animales—, explica que los perros cambian de pelaje dos veces al año, como una manera de prepararse para las temporadas que se avecinan. “Para las temperaturas de frío, en invierno, cambian a un pelaje más tupido; y al comenzar el calor vuelven a un pelaje que les permita tolerar las temperaturas más altas de primavera y verano”.

Según Santelices, el cambio de pelaje es más notorio en perros que suelen estar expuestos al exterior, no tanto así en los que viven indoor. “Esto no quiere decir que la recomendación sea dejarlos fuera de casa”.

Pese a esta capacidad de los perros de cambiar de pelaje según las estaciones, hay muchas y muchos cuidadores que optan por cortarles el cabello al ras, sobre todo en verano. Esto, dicen los especialistas, es un error. ¿Por qué? “Disminuye la capacidad de termorregulación del perro e incluso puede favorecer las quemaduras por el sol”, argumenta Diego Pincheira, médico veterinario de la comunidad virtual Mascotasonline.cl. Lo que se recomienda, en cambio, es cuidar el pelaje, cepillándolo a diario y bañándolo periódicamente con productos apropiados.

Entonces, ¿los abrigamos?

Como está dicho, ciertas razas de perros y sus mezclas suelen tener un pelaje y una capa grasa que sirve de aislante térmico ante el frío. Pincheira dice que, en general, “todas las razas resisten bien hasta los 7°C, aproximadamente”. Cuando el frío baja de estas cifras comienza a variar el nivel de resistencia según las características y factores ya mencionados. Si la cosa se pone más extrema y el termómetro marca -4°C o menos, el riesgo de helarse corre para casi cualquier raza.

En la zona central del país estamos lejos de registrar tan bajas temperaturas, pero en el extremo austral o en las zonas cordilleranas la exposición prolongada a la nieve del invierno puede poner en peligro incluso a un husky, un malamute de Alaska, un San Bernardo, o cualquier otra raza con mayor resistencia térmica. “No hay que confiarse”, acota Viviana Valenzuela.

Alejandra Santelices dice que un perro que vive en un ambiente permanentemente calefaccionado “puede perder la capacidad de tolerar las bajas temperaturas”. Esto no significa que lo mejor es que vivan en el exterior, porque allí también pueden sufrir las consecuencias de las bajas temperaturas, pero sí a estar atentos a esos bruscos cambios térmicos.

¿Y cómo saber si tu perro tiene frío? Según Pincheira, esto se puede manifestar a través de tiritones en su cuerpo, o acostándose más enrollado de lo usual —tal vez escondiendo su cola y extremidades, o pegando sus orejas a la cabeza—, incluso tornándose más apático. Es más probable que esto se dé en razas o mestizajes de poco pelo y bajos en grasa, como galgos, lebreles o chihuahuas, entre otras.

En estos casos, en los que se evidencia el malestar de la mascota, se podría justificar el proveerles de abrigo por medio de la ropa. Pero incluso antes de eso, Santelices sostiene que “debemos revisar las condiciones del lugar en el que se encuentra el perro”. Si es un patio, por ejemplo, chequear que esté libre de humedad y su casa ofrezca un buen aislante térmico. En caso contrario, la primera opción es solucionar esas deficiencias.

Por otra parte, la etóloga dice que “si vamos a salir de paseo con nuestro perro, la temperatura corporal aumenta por el ejercicio, por lo que el abrigo puede no ser necesario. Incluso a veces llega a ser incómodo, a diferencia de si el perro se encuentra en reposo”.

Por más que parezca necesitar abrigo, no se les puede obligar a utilizar una prenda, sobre todo si ésta les resulta incómoda o le provoca otro tipo de malestares, como podría ser una alergia. Al respecto, Valenzuela dice que “nos debemos asegurar del confort y la movilidad, y estar atento al estado emocional y comportamiento habitual de la mascota”. Si cada vez que le ponemos el polerón lucha por sacárselo, algo quiere decir.

Las prendas

Como sintetiza Santelices, la recomendación es “no vestir a nuestros perros a menos que efectivamente veamos que presentan señales de frío”. Y en caso de que manifieste dichas señales, y el problema no esté en el lugar en el que habita, entonces habrá que buscar una prenda adecuada, que no le incomode, que se ajuste a su tamaño y envergadura, y que no le genere otros problemas, como una dermatitis.

Si el perro se pone tenso cuando está con ropa, se mueve con poca libertad, se rasca más de lo normal, se lame ciertas zonas que cubre la prenda o si se escapa cada vez que te ve venir con ella, entonces no es para él. Por eso, es importante “hacer una habituación a este tipo de prendas”, dice la etóloga; es decir, acostumbrarlos de manera paulatina y respetuosa, entendiendo que son animales con necesidades distintas a las del humano.

Al momento de comprar una prenda, debes considerar el tamaño de tu animal y procurar que se componga de materiales suaves y flexibles, no así de telas rígidas o muy apretadas. Podría ser de fibras naturales o materiales sintéticos; algunos pueden generar reacciones alérgicas en ciertos perros y en otros no. En ese sentido, lo ideal es que la prenda sea hipoalergénica y “no produzca ningún tipo de irritación o daño en su piel”, apunta Valenzuela.

Capa impermeable para perros GF PET


“Las capas en telas de algodón son muy apropiadas para protegerlos del frío, porque facilitan la movilidad. Para la lluvia, se recomienda un abrigo impermeable o parka”, detalla Pincheira. ¿Y qué hay de los calcetines o zapatos para perros? El médico veterinario dice que sólo son recomendables para situaciones puntuales.

“Los perros tienen una especie de suela, que son sus cojinetes plantares. Si sacamos a pasear a cachorros o perros que viven en interior por un terreno muy frío o escarchado, se les puede poner zapatos para evitar que se les quemen sus cojinetes”. Valenzuela concuerda y agrega que la mayoría de este tipo de prendas está pensada para animales de rescate que suelen moverse en territorios complejos, con escombros, derrames u otras amenazas para su cuerpo. Otra razón para recurrir a estos calzados es si la mascota tiene problemas de movilidad, por ejemplo una parálisis del tren trasero. Unas botas o zapatillas le permitirán no dañar sus patitas cuando las arrastre al caminar.

Pero para el frío, dice la especialista del Colmevet, “muchas veces es suficiente con proteger la zona del cuello”.

Bufanda para perros GF PET 100% acrílico


Santelices, por su parte, agrega que existen otros tipos de prendas que cumplen funcionalidades específicas. Es el caso de los bodies de cobre, que se utilizan con fines de protección, como cuando hay una herida quirúrgica que proteger. También se puede encontrar vestuario pensado para el trabajo etológico con mascotas con ciertos problemas conductuales. “Hay unas chaquetas, como las Thundershirt, que son súper elásticas pero que se ponen bien apretadas al cuerpo del perro. Lo que buscan es generar un efecto apaciguador ante situaciones de estrés”.

Camisa Thundershirt para tratamiento


¿Qué hay de los polerones con capucha, de las camisetas de la selección chilena o de las parkas tipo North Face? Si la prenda no tiene una utilidad vinculada directamente con las necesidades de nuestro perro, los especialistas llaman a no usarla. Aunque nos cueste aceptarlo, nuestras mascotas no necesitan estar a la moda ni ser hinchas de un equipo de fútbol ni menos vestirse de novios antes de cruzarse.

Algunos consejos extra

¿Es correcto que el perro duerma con la ropa puesta para protegerlo del frío? Si pasa la noche afuera de la casa, y las temperaturas bajan cercanas a los 0º, es recomendable que cuenten con abrigo, sobre todo si su pelaje no está preparado para resistir bajas temperaturas. Pero más relevante que la ropa es que cuente con una casa y una cama que le brinde confort y protección.

Viviana Valenzuela recuerda, por otro lado, que existen razas que generan un crecimiento de pelo continuo, como es el caso del poodle, el maltés y el yorkshire terrier, entre otras. “El pelo se les anuda y si se les mantiene con ropa durante todo el invierno, se les puede producir un daño a la piel y a la salud”.

En ese sentido, se recomienda que el uso de ropa sea en ocasiones muy puntuales, como salir a pasear. También será necesario lavarla con cierta frecuencia, dependiendo del uso y el estado en el que se encuentre. “Para un perro que usa todos los días su ropa, una buena frecuencia de lavado sería cada una o dos semanas. Para un perro que la usa de manera más infrecuente, podría ser una vez al mes”. Lo importante, dice Valenzuela, es lavarlas con detergente de PH neutro. “Lo mismo que usaríamos para lavar la ropa de nuestros hijos
“.


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 26 de mayo de 2023. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.

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