80 muertos, 2.744 infectados y la ciudad de Wuhan bloqueada en un entorno de 40 metros, dan cuenta de la gravedad de los efectos del coronavirus, al cual no es inmune la economía de China y, por lo tanto, tampoco la actividad chilena.

"La fluctuación en el precio del cobre es el primer síntoma que surge en este tipo de contingencias, dado que podrían influir en el crecimiento de China y su manufactura lo que podría impactar sobre nuestras exportaciones", indica Rodrigo Yáñez, subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales.

En tanto, desde ProChile sostienen que "están monitoreando el desarrollo de este caso, aprovechando la presencia y contactos de sus oficinas comerciales en la zona, levantando alertas y coordinando las acciones necesarias para mitigar al máximo el impacto de este virus en nuestro comercio".

El Servicio Nacional de Aduanas indica que hasta ayer "no ha detectado anormalidades en tiempos ni formas respecto de las operaciones de comercio exterior con China".

De todas maneras, como parte de la Comunidad Aeroportuaria de Nuevo Pudahuel, Aduanas destaca que "ha sostenido reuniones durante los últimos días, de manera de entregar la última información disponible, y repasando medidas que tienden a reforzar las recomendaciones sanitarias, que los funcionarios ya conocen y manejan".

Sars como referencia

Los sectores más golpeados en China son la manufactura, el consumo y el transporte. En este último caso ya se cuentan bajas de 41,6% en los viajes aéreos, 41,5% en viajes de tren y 25% en transporte por carretera. Por otra parte, de acuerdo a lo consignado por Financial Times, la capital financiera de Shanghai ordenó a las compañías no reabrir hasta el 9 de febrero, mientras que en Suzhou, donde tiene fábricas contratistas de Apple, Johnson & Johnson y Samsung, por ahora el trabajo se retomaría dentro de una semana.

Las empresas recibirían apoyo "a través de medidas como alentar la reducción apropiada de las tasas de interés de los préstamos, mejorar los arreglos para las políticas de renovación de préstamos y aumentar los préstamos a mediano plazo y de crédito", ha señalado la Comisión Reguladora Bancaria de China.

En este escenario, JPMorgan señala en un informe a sus clientes que "el bloqueo de Wuhan y las restricciones regionales de viaje deberían afectar los datos de actividad de Asia, pero la magnitud y la duración de ese shock son imposibles de predecir cuando no hay claridad sobre cuánto tiempo deben persistir las restricciones para contener el brote".

Ante la incertidumbre, el banco de inversiones considera pertinente revisar el impacto que tuvo el Sars en 2003, que en todo caso también estuvo cruzado por el comienzo de la guerra en Irak. "Los impactos en torno a ese evento fueron los siguientes: el crecimiento del PIB real chino se desaceleró de aproximadamente un 10% trimestral previo al Sars a un 3,5% durante el brote, antes de recuperarse a aproximadamente un 13%; turismo, comercio minorista y transporte fueron los sectores más afectados", indicó la entidad.