El desencaje entre las cifras que entrega el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en su encuesta sobre empleo y lo que están diciendo los antecedentes de los cotizantes y seguro de cesantía, ha abierto el debate respecto a la necesidad de alinear los datos provenientes de encuestas con los administrativos del Estado.

En una entrevista con PULSO, el economista y director del Centro de Estudios y Encuestas de la UC, David Bravo, señaló que "en casi un 80% del tiempo (desde enero de 2011) ha habido distorsiones entre la tasa de empleo del INE y el número de cotizantes".

En el último trimestre móvil marzo - mayo, el INE informó que el crecimiento anual (12 meses) de los asalariados fue de 1,6%, mientras que para el mismo periodo (abril 2018) la tasa de cotizantes se elevó en 3,9% de manera anualizada, generando una diferencia de 2,3%.

Una de las mayores diferencias se registró en octubre de 2012, cuando el INE reportaba un aumento de los asalariados de 3,9%, mientras que el número de cotizantes avanzó fuertemente en 8,4%, alcanzando una diferencia de 4,6%.

Esta tesis que plantea Bravo, también fue avalada por el exministro de Hacienda y actual profesor de la Escuela de Gobierno de la UC, Rodrigo Valdés, en una columna de opinión en El Mercurio, donde sostuvo que "la ENE (encuesta nacional de empleo) no mide tan bien la creación de empleo, incluido el asalariado. Hay otras fuentes disponibles, más precisas que complementan dicha información y permiten una historia más plausible".

En este contexto, desde el INE señalaron que es muy común que las estimaciones provenientes de encuestas de hogares tengan diferencias con los registros administrativos: "Esta es una situación que viven a diario la mayoría de los países, por tanto, la discusión técnica debe estar centrada en cómo se utilizan estos datos para fines estadísticos de contraste de datos y publicación de nuevos indicadores oficiales".

Consultados por posibles cambios en la metodología de sus encuestas, desde el INE afirmaron que "desde hace más de un mes en el INE estamos en proceso de generar un grupo de expertos en diversas áreas para discutir muestras metodológicas y los planes que tenemos para el futuro. Uno de esos grupos será el de empleo, al cual presentaremos las mejoras metodológicas en la Encuesta Nacional de Empleo de corto plazo".

Y agregó que además que "en el marco de la Encuesta de Empleo, existe un plan institucional donde en el corto y mediano plazo se implementará un plan de mejoras a la encuesta para realizar el traspaso al nuevo marco muestral de viviendas y a las nuevas proyecciones de población que provendrán del último Censo.

Estas mejoras involucran ajustar las calibraciones a las proyecciones de población más recientes, actualizar el marco muestral de la encuesta utilizando información del precenso 2016 y aumentar el tamaño de la muestra en algunas regiones en particular".

En esta misma línea, Valdés sostuvo a Pulso que "sería un gran paso que se dieran a conocer de manera oportuna y provisional, debidamente tratados, los datos administrativos para complementar los datos del INE en cuanto a contratación".

¿Cuántos son los inmigrantes?

Dentro del análisis realizado, Bravo señaló que hay otros desajustes de cifras que deben ser observados, como el número de la población inmigrante. Según el experto, en la encuesta de empleo del INE se utiliza una base muestral donde los inmigrantes representan el 1,9% de la población (350 mil aprox.), sin embargo en el Censo abreviado 2017 serían 4,35% (800 mil aprox.) y desde el gobierno han estimado que dicha población superaría el millón de personas.

"La encuesta del INE que estamos mirando y usamos para empleo subrepresenta de manera muy importante a los inmigrantes, de hecho la proporción que se encontró en el Censo fue 2,3 veces más inmigrantes", dijo Bravo.

Problemática que también detectó el exsubsecretario de Economía, Tomás Flores, quien señaló que "encuentro que este es un tema más complejo, porque si hay un millón de inmigrantes, prácticamente la mayoría sería informal, por lo que existe la posibilidad que esas personas no estén contestando la encuesta y eso genera un sesgo bien relevante".

Pero el también académico de la Universidad Mayor dice que cuando ya se conozcan los datos finales del Censo 2017 (diciembre 2018) y se realice la conciliación de estos, las bases muestrales se irán corrigiendo: "Una de las cosas que se debe hacer es la revisión de la base muestral que efectivamente se debe hacer cuando se tenga el Censo conciliado, ahí se podrá corregir parte, tal vez, del origen del problema".