La columna de Patricio Hidalgo: “Escasez hídrica: el tiempo que nos queda es para la acción”

"Estoy convencido de que podremos avanzar mejor y más rápido mediante la articulación de los esfuerzos públicos y privados -incluyendo a la sociedad civil-, porque la necesidad de recursos es creciente, subrayando la relevancia del tema en la discusión nacional sobre la política del agua en tiempos de sequía y cambio climático".


Somos muchos quienes concordamos en que vivimos uno de los momentos más complejos de nuestra historia en torno a la escasez hídrica: el planeta se queda sin agua y esa es una realidad. En un escenario donde se espera que el mundo siga aumentando su temperatura, la pregunta es ¿Cómo pasamos de la retórica a la planificación y, más importante aún, a la acción?

Cada 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua, y vemos muy buenas intenciones y una serie de planes para enfrentar esta situación. Lamentablemente, nos estamos quedando sin tiempo y es urgente materializar las posibles soluciones de manera muy deliberada y colaborativa, pues debemos reconocer que ninguno de nosotros puede resolver este desafío de manera aislada.

El contexto hídrico nacional muestra una disminución sostenida de precipitaciones en los últimos 40 años, afectando al área más densamente poblada de Chile, con comunidades recibiendo agua en camiones aljibes, agotamiento de acuíferos y caída sostenida de las capas freáticas.

Según el informe sobre el consumo de agua en minería, elaborado por la Sociedad Nacional de Mineria de Chile (2020), el uso de agua de la industria minera representa un 4% del consumo en Chile. Si bien no se trata de un porcentaje elevado en relación con otras industrias, entendemos que el cobre es esencial para nuestro país y asumimos con mucha responsabilidad el poder ser impulsores de cambios, uso de tecnologías y nuevas formas de hacer minería, garantizando que la prioridad del uso del agua potable la tienen las personas.

El último estudio de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) señala que, a 2033, el 71% del agua que utilizará la minería del cobre provendrá de plantas desaladoras, aportando con una disminución del 45% del uso de agua continental. En esto, la minería del norte del país ha sido pionera y lleva la delantera. Ejemplo de ello es lo hecho por Escondida, que fue la primera minera en poner en marcha una planta desalinizadora en Chile en 2006; o Los Pelambres, que esta semana inauguró la primera planta desalinizadora para la minería de la zona central. En nuestro caso, estamos desarrollando un Proyecto Hídrico Integrado que nos permitirá contar con un suministro de agua desalinizada desde 2026 para Los Bronces, aumentando la disponibilidad de agua para el consumo humano.

El tiempo apremia y las soluciones deben apuntar al corto, al mediano y al largo plazo. Estoy convencido de que uno de los conceptos claves en la disminución del uso del agua es la eficiencia. Debemos ser capaces de revisar una y otra vez qué estamos haciendo y cómo, generando oportunidades de mejora.

Tengo el honor y la responsabilidad de ser parte del Directorio del Consejo Minero y de CLG (Líderes por el cambio climático) y veo con mucha admiración lo que otros productores mineros, empresas de energía y recursos hídricos, servicios financieros y otros, están haciendo en el país para abordar el cambio climático. Esto me hace mirar el futuro con optimismo.

Estoy convencido de que podremos avanzar mejor y más rápido mediante la articulación de los esfuerzos públicos y privados -incluyendo a la sociedad civil-, porque la necesidad de recursos es creciente, subrayando la relevancia del tema en la discusión nacional sobre la política del agua en tiempos de sequía y cambio climático.

Mi invitación es a tomar este tremendo desafío, el cual no tiene precedentes, con la urgencia que requiere, con la humildad indispensable para abrirse a ver qué están haciendo los distintos actores y a colaborar entre nosotros. Es la única forma en que podremos resolver esto, y estamos llamados a tomar esta responsabilidad por nuestros hijos y las generaciones venideras.

*El autor de la columna es presidente ejecutivo de Anglo American en Chile.

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