Después de casi un año con una escasez mundial de chips, los problemas están aumentando para muchos clientes a medida que los retrasos se hacen aún más largos y se pierden las ventas.

Manuel Schoenfeld hizo un pedido, en mayo, de chips de transmisión para los dispositivos de monitoreo de servicios públicos fabricados por su empresa PowerX, con sede en New York. Le dijeron que los chips llegarían en verano, luego en otoño, luego en invierno y ahora no espera obtenerlos hasta mayo de 2022.

“Esto está lejos de terminar”, afirmó Schoenfeld.

La escasez mundial de semiconductores está empeorando, los tiempos de espera se alargan, los compradores acaparan los productos y parece menos probable que el potencial final se materialice para el próximo año. La demanda no se moderó como se esperaba. Las rutas de suministro se obstruyeron. Las impredecibles dificultades de producción azotaron a las fábricas que ya estaban funcionando a plena capacidad.

Lo que queda es una confusión generalizada tanto para los fabricantes como para los compradores. Algunos compradores que están intentando realizar nuevos pedidos están recibiendo fechas de entrega para 2024, afirmó Ian Walker, director de operaciones del distribuidor de componentes electrónicos Princeps Electronics Ltd., que ayuda a las empresas a encontrar chips.

“Realmente se siente como si se estuvieran agotando”, afirmó Walker.

La industria de semiconductores de US$ 464.000 millones no ha podido seguir el ritmo, lo que ha provocado una pérdida de ingresos en todos los ámbitos. El dolor se está extendiendo más allá de los inicialmente afectados —como los fabricantes de autos y de electrodomésticos— a los fabricantes de otros productos, como los de equipos médicos y los dispositivos para fumar. La industria de los smartphones crecerá sólo un 6% en el índice interanual, o la mitad del pronóstico inicial de principios de este año, debido a problemas con los chips, según Counterpoint Research, que rastrea los envíos de teléfonos.

Apple Inc. advirtió el jueves que las interrupciones en la cadena de suministro están obstaculizando la fabricación de iPhones y otros productos justo antes del trimestre de compras navideñas, incluso cuando la compañía reportó ganancias récord de 12 meses.

Los fabricantes de chips dicen que la falta de suministros les ha hecho perder ventas. “Créanme, estaríamos enviando mucho más si no estuviéramos limitados por la cadena de suministro de estos otros componentes en la industria”, afirmó la semana pasada el director ejecutivo de Intel Corp., Pat Gelsinger, en una conference call con inversionistas. Gelsinger ha dicho que espera que la escasez dure hasta 2023.

Los tiempos de espera para las entregas de chips han seguido aumentando por encima del saludable umbral de 9 a 12 semanas. Durante el verano, la espera se extendió a 19 semanas en promedio, según Susquehanna Financial Group. Pero a partir de octubre se ha disparado a 22 semanas. Es más largo para las partes más escasas: 25 semanas para los componentes de administración (Distribución) de energía y 38 semanas para los microcontroladores que necesita la industria automotriz, afirmó la firma.

Scott Wren, estratega senior de acciones globales del Wells Fargo Investment Institute, dijo que hace seis meses habría pensado que la escasez de chips comenzaría a disminuir para esta época. Pero ahora dijo que probablemente durará hasta 2023. El Instituto de Inversiones Wells Fargo revisó recientemente a la baja su pronóstico del PIB de Estados Unidos, bajándolo de un 7% a un 6,3%, ya que la escasez de chips limitó la oferta de bienes de consumo.

“Esto se está haciendo mucho más largo de lo que pensamos inicialmente”, afirmó Wren.

La recuperación de la oferta este año se basó en suposiciones optimistas de que la producción, que ya estaba al máximo, no enfrentaría más contratiempos. Pero el proceso de fabricación de chips está bajo presión de principio a fin.

Los materiales básicos para la construcción de los bloques de chips, como los sustratos (que conectan los chips a las placas de circuitos que los mantienen en laptops y otros dispositivos), son escasos. Los contratiempos provocados por el mal tiempo y los incendios han interrumpido la producción de obleas de chips. La etapa final de fabricación se ha visto socavada por los brotes de contagios y el posterior cierre de fábricas en Malasia, que se especializan en el envasado de productos.

Las limitaciones del transporte marítimo mundial se han sumado a interrupciones y retrasos. El ensamblaje de chips puede requerir que las piezas viajen hasta 25.000 millas (40.200 Km aproximadamente) antes de convertirse en productos terminados, según un informe de Accenture y Global Semiconductor Alliance.

El abastecimiento de chips se ha convertido casi en una lotería, lo que lleva a un exceso de pedidos que crea más tensión en el suministro, dicen los expertos de la industria.

“La gente está comprando muchas piezas para tenerlas por si acaso, y eso está agravando la escasez”, afirmó Willy Shih, profesor de administración en la Escuela de Negocios de Harvard, que se especializa en semiconductores y cadenas de suministro.

La acumulación de existencias también podría conducir a una sensación inflada de demanda, advirtieron los analistas, lo que ha generado preocupaciones de que un aumento en la oferta en toda la industria podría llevar a un exceso de chips. Los principales fabricantes de chips como Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., Samsung Electronics Co. e Intel han anunciado ambiciosas inversiones para aumentar la producción, pero estas instalaciones cuestan miles de millones de dólares y tardan años en estar operativas.

La industria automotriz, temprana y duramente afectada por la escasez de chips, ha sido la que más ha llamado a aumentar la oferta. El mayor fabricante de chips por contrato del mundo, TSMC, ha aumentado la producción de chips para autos en un 60% este año, pero los fabricantes de automóviles han luchado por recuperarse a medida que continúan los cierres de fábricas y aumentan las pérdidas estimadas.

El miércoles, General Motors Co. y Ford Motor Co. reportaron caídas pronunciadas en las ganancias del tercer trimestre debido a que la escasez de chips de computador afectó la producción de la fábrica. Ambas compañías dijeron que ven que la situación de los semiconductores se aliviará gradualmente el próximo año.

“Nadie esperaba que fuera tan desafiante como lo es ahora”, afirmó Ambrose Conroy, fundador de la firma de consultoría de cadena de suministro Seraph. “No vamos a superar esto durante bastante tiempo”.

Incluso las empresas que se considera que tienen cadenas de suministro bien establecidas, como Tesla Inc., han notado desafíos para satisfacer la demanda de los clientes, ya que la falta de componentes críticos ha pesado en la producción y ha sido un lastre para el crecimiento de los ingresos. Otras empresas también han comenzado a advertir a los inversionistas de un impacto prolongado.

La semana pasada, Philip Morris International Inc. estimó que este trimestre perdió cientos de miles de unidades de venta de sus dispositivos para fumar IQOS, una barra de tabaco calentada, comercializada como una alternativa a los cigarros tradicionales o electrónicos. Esa cifra podría llegar a 1,5 millones en la segunda mitad del año, dijeron ejecutivos.

El director financiero Emmanuel Babeau dijo que si bien la situación podría mejorar en la primera mitad de 2022, también es posible que los problemas persistan hasta 2023. “Tengo que admitir que nada está totalmente claro en esa etapa (ese momento)”, afirmó.

Royal Philips NV, que fabrica equipos médicos, redujo drásticamente sus perspectivas de crecimiento de ventas y ganancias este año, ya que sufrió una pérdida en ventas de €150 millones, el equivalente a US$ 174 millones, en el tercer trimestre, dijo el director ejecutivo Frans van Houten durante la última conference call con inversionistas.

En PowerX, la empresa de dispositivos de supervisión de servicios públicos, la falta de componentes ha mermado los márgenes de ganancia de la empresa y ha costado millones de dólares en pedidos de dispositivos no cumplidos. La empresa ha pagado hasta cinco veces los precios habituales para obtener lotes de suministro más pequeños. Un envío, prometido por un fabricante, de 20.000 chips fracasó, afirmó Schoenfeld, porque le dijeron que la fábrica se había incendiado.

PowerX dijo que tiene casi seis meses de inventario almacenado en comparación con las seis semanas más o menos de lo que una empresa de nueva creación como la suya tendría a mano.

“Ya estamos preocupados por lo que pueda suceder cuando se nos acaben los chips”, agregó.