La banca ha anunciado flexibilidades para postergar créditos para sus clientes, en momentos en que la contingencia por el coronavirus ha paralizado gran parte de la actividad local. Pero también están analizando más medidas que puedan ocurrir a futuro en caso de ser necesario, cuenta José Manuel Mena, presidente de la Asociación de Bancos. Es por esto que están mirando las experiencias de otros países. A poco de iniciada esta crisis, la reflexión que hace Mena es una: "Me tocó vivir desde dentro la crisis de los 80, desde estar en un banco que operaba normal, hasta un banco que fue intervenido, después estar en un banco que estuvo en lo que se denominó el área rara (...) En este minuto, tenemos una gran diferencia con esa época: la banca está sólida”.

¿Cómo han actuado las autoridades, el Banco Central (BC) y la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), para amortiguar los efectos de esta desaceleración?

En todos veo una muy buena disposición. El punto es que la autoridad tiene que tomar decisiones que son incluso de mediano plazo, en forma muy pronta y sin todos los datos que habría en una época normal. Entonces, uno puede criticar mucho, pero nos damos cuenta que es muy complicado el rol del regulador y del BC. Las medidas de liquidez que ha tomado el Central son adecuadas. Por ejemplo, las medidas que anunció van a estar operativas recién el lunes, pero luego de que se informó el jueves sobre cómo va a empezar a operar, implicó que bajaran las tasas (...) y si bien nunca van a volver a los niveles previos, esperamos que no sigan subiendo.

¿Y la CMF?

Debo destacar la disposición a escuchar, e intentar responder prontamente, en un contexto en que también es difícil. Yo también fui parte de un consejo, como fue en BancoEstado, donde estuve más de doce años, y el trabajar colegiadamente requiere una cultura, y por supuesto que cuando uno no ha tenido ese proceso previo o un tiempo para acomodarse, tiene sus dificultades. En ese sentido, la CMF está haciendo un tremendo esfuerzo para tener una forma de estar acompañándonos, que hay que valorarlo. Por supuesto que todos esperaríamos que tuviéramos ritmos más rápidos, pero estoy viendo que eso se está produciendo en estas semanas.

En medio de la desaceleración económica, vienen tiempos difíciles para las empresas y personas. ¿Cómo se garantiza que los bancos van a traspasar realmente toda la ayuda y el alivio que los reguladores han anunciado?

Primero, los bancos priorizamos, y vamos a buscar que el principal objetivo sea la solvencia del sistema financiero, especialmente para mantener la confianza de los depositantes y ahorristas ¿Por qué lo digo? Porque nuestros clientes son de ahorro, depósitos, cuenta, y también de deuda. Segundo, lo que se ha planteado como ayuda al sector, tengamos claro que es una ayuda de liquidez que informó el BC, no es una ayuda en términos de fondos posibles para poder acompañar los riesgos que se han acrecentado exponencialmente. Eso significa que los bancos tenemos que devolver íntegramente el dinero que pueda ser utilizado.

¿Eso quiere decir que los bancos no van a poder prestarle dinero a todas las empresas y personas, y la tasa que traspasan puede ser más alta versus la que venían dando hasta ahora?

Hoy la gama de posibilidades que los bancos están manejando, es poder flexibilizar para que los deudores tengan liquidez, y eso se expresa a través de reprogramaciones y renegociaciones, al no cobrar algunas cuotas que estaban en el corto plazo. También en algunos casos lo que se está viendo es la posibilidad de dar algunos nuevos créditos. Sin embargo, también vamos a tener, tal como lo han planteado varios ministros, algunos casos con situaciones dolorosas (de no poder salvar todas las empresas). Decir que sí vamos a reprogramar créditos, también implica que en algunos casos vamos a tener que decir que no.

De todas maneras, la inyección que anunció el BC y el regulador, también facilita que la banca pueda salir más tranquilamente a evaluar el caso a caso y dar préstamos, pese a que el BC no asume el riesgo.

Hay que tener en cuenta las órdenes de magnitud: las medidas de liquidez son US$4.000 millones, y el total de colocaciones de la banca son US$250.000 millones. Por lo tanto, tengamos presente que las medidas de liquidez son para flujo de muy corto plazo. Lo que los bancos vamos a hacer involucra mucho más dinero que esa medida de liquidez.

¿Tiene una proyección de cuánto pueden crecer las colocaciones este año?

En enero se pensaba que íbamos a crecer entre 6% y 7%, dos meses después hubo cifras en torno al 4%. Yo creo que podemos estar más cerca de 0%, el rango está demasiado amplio. Si la economía tiene una baja brutal, incluso puede haber un decrecimiento. No es lo que quisiéramos, porque necesitamos que exista mayor crédito, pero creo que está muy abierto y tenemos que trabajar para que no se pare la cadena de pagos.

Hay industrias que en este contexto se ven más afectadas, ¿cuáles tienen más exposición?

La crisis post octubre generó un problema importante en el comercio, especialmente en el detallista. En esta situación nueva, también ese comercio ha vuelto a tener un gran impacto, y se han sumado otros sectores; como transporte, no sólo aerolíneas; el rubro de construcción; y entretenimiento, incluyendo lo que implica restaurantes, pymes, entre otros. Y hay otros dos sectores que hasta ahora no habían sido tocados de forma tan fuerte, como es la minería y la agricultura, y dependiendo de la situación global del mundo también pueden ser afectados.

En factoring ya se está viendo que hay casos donde algunos bancos les han cortado o recortado líneas. ¿Esas industrias que mencionas también están viendo estos efectos?

Las medidas son caso a caso, creo que la generalidad no corresponde, conozco factoring a los cuales se les han mantenido sus líneas. Por ejemplo, me han informado que en la última semana un banco por ejemplo ha otorgado cerca de US$800 millones en nuevos créditos aprobados recientemente. Por lo tanto, es una situación en desarrollo. Lo que no es posible en este minuto, dada la alta incertidumbre, es tener medidas absolutas. Lo que sí califica como actitud, es que los bancos estén evaluando caso a caso y buscar privilegiar que al cliente lo podamos acompañar, que muchas veces implica disminuir alguna posición, porque el bien del cliente no siempre significa más dinero.

Las medidas que anunciaron los bancos son de corto plazo, para unos tres meses, y el objetivo de ellas es amortiguar, no activar ¿podrían venir más medidas hacia adelante?

Por eso es bueno mirar las realidades internacionales, porque por ejemplo, en algunos países europeos van más adelante en lo que les ha ido sucediendo a sus economías, por lo que estamos mirando todas la caja de herramientas posibles, y puede que el regulador o el gobierno se hagan parte en algunos casos, porque puede ser que no todo sea posible dentro de los bancos.

¿Cuándo sería necesario tomar esas nuevas medidas, en qué plazo?

Si el peak se termina a mitad de abril y volvemos a una situación más normal en mayo, es posible que no se requieran más medidas, pero si tenemos una situación que se está alargando para julio o septiembre, por supuesto que creo que vamos a tener que pensar en otras medidas.

¿Ha sido importante el aumento del riesgo este mes?

Las morosidades están siempre un poco atrasadas, con un desfase aproximado de un mes y medio, pero los indicadores primarios muestran que el riesgo está aumentando un piso de dos dígitos considerando 30 días para atrás, pero es un tema en desarrollo, hay que esperar los balances. Eso sí, esto es solo para algunos productos.

¿En qué productos se ve ese mayor riesgo de dos dígitos?

Tarjetas, consumo. Esto no es generalizado, no tengo un dato global.

Del mundo físico al digital

¿Cómo han evolucionado las transferencias electrónicas de fondos (TEF) este mes?

Las TEF han subido en dos dígitos, en torno a un 20% este mes, es decir, se está produciendo un mayor uso de canales digitales. Las sucursales hoy están abiertas, aunque no todas.

Las industrias están cambiando sus procesos para que todo pueda ser hecho online. En el caso de la banca hay trámites que sólo pueden ser hechos de manera presencial. ¿Se puede cambiar eso ahora mediante modificaciones de leyes o normativas?

Esta realidad ha hecho patente que el teletrabajo es una posibilidad. En las áreas centrales de los bancos, aproximadamente el 60% o 70% de la gente está con teletrabajo, pero también hay procesos que tienen que hacerse presencialmente, como los cheques.

Pero los bancos anunciaron flexibilidades postergando cuotas. Eso también requiere de la firma de ambas partes, y debe ser presencial.

Postergar las cuotas que vienen, que habitualmente puede ser para 10 o 15 años más, tiene dos grandes zonas de problemas. En primer lugar, cómo se documenta esa operación. Esa es una operación de crédito, y no sólo en la norma, sino que también en la práctica internacional, se obliga a que esté documentado de alguna forma, es decir, el deudor debe dar su consentimiento. Si fuera un crédito hipotecario, y estuviéramos en un año sin el problema actual, esto se podría haber hecho, por ejemplo, con una modificación de escritura mediante notario. Esa situación hoy no es posible, las notarías están cerradas y las personas están en sus casas. Esa es una de las situaciones que estamos hablando con la CMF, y esperamos una resolución u opinión de ellos para ver cómo se hace.

¿Hay posibilidad de hacerlo a distancia?

Sí, pero nos topamos con otra dificultad: el consentimiento expreso, que si bien en la historia parecía una buena política pública y tuvo mucha prensa, allí se obligaba a que haya una firma presencial en algunos casos. Hoy hay otras formas, pero nos damos cuenta que parte de nuestra normativa, no solo de la CMF, sino que muchas veces del Sernac, nos tiene con una camisa de fuerza que hay que cambiar.

¿Pero qué otra forma existe para concretar este proceso?

Otra forma de poder documentar esa operación de crédito, es hacerlo simplemente con un pagaré y no ir ante notario, sin embargo, igual requiere de una firma, o algún consentimiento, que ojalá fuera digital. En ese caso, esa operación que no es ante notario, queda expresada como un producto de consumo. ¿Por qué? Porque es la forma en que los bancos contabilizan. Lo digo para poder aclarar, porque he leído en redes sociales, que dicen que los bancos están dando créditos de consumo para los pagaré. Pero el tema es que así se llama, y eso es parte de la nomenclatura contable dada por la norma.

¿Y la tasa que dan en esos casos?

Otro tema es a qué tasa va, es distinto, y en ese caso, tenemos una dificultad, porque si hubiese sido bajo la fórmula de escritura notarial, estaría con la tasa del crédito principal que venía, por ejemplo, a la tasa del mutuo hipotecario, porque es parte del mismo producto. Pero si se hace a través de este otro documento, que simplemente es un pagaré, lo que sí tenemos claro es que la tasa no necesariamente va a quedar así únicamente, pero el ánimo y disposición de los bancos, es que la tasa que venía en el pagaré sea el techo. Cada banco tiene que decidir y ver sus posibilidades comerciales. Pero voy a ser claro: esto no puede ser simplemente que, si mi dividendo era de $100.000, yo voy a pagar los mismos $100.000 en quince años más. Eso nunca lo hemos dicho, ni procede tampoco hacer un crédito con esas características, porque esa es una situación que, primero, no hay financiamiento para ello. Segundo, hay una situación de inflación que al menos hay que cubrir. No es la práctica internacional, y tampoco se opera así con los depositantes. Así funciona la economía y las finanzas desde hace centenares de años. Entonces, lo que tenemos que definir, esperamos que sea en las próximas horas, es cuál es la mejor forma de operar.

Basilea III y dividendos

El BC y la CMF han llamado a ser prudentes en la distribución de dividendos, el gremio de los bancos europeos pidió suspender el pago de dividendos. ¿Han llamado a los bancos a distribuir la mínima cantidad de dividendos?

Algunas frases que he escuchado es que a la banca chilena le falta capital, esa frase yo creo que es incorrecta, lo que hay que ver son situaciones particulares, porque hay bancos que están muy capitalizados. Y por supuesto que en la mira de tener un Basilea internacional, va a haber que poner más capital, y si hay una situación puntual, el regulador tiene todas las herramientas para poder generar planes de capitalización cuando en el mediano plazo falta. Hoy no hay ningún banco que esté por debajo de la norma actual. La banca hoy tiene un nivel de capital para soportar esta situación (...) Ya hay instituciones que han reducido su repartición de dividendos al piso legal de 30%.

¿Debería permitirse que se pueda quitar por un año la obligación de repartir dividendos?

Por ahí va a ir el tema de la magnitud de la crisis, eso está dentro de las herramientas, es lo que hizo el Banco Central Europeo (BCE), y por supuesto que es una herramienta que hay que tener evaluada.

Uno de los anuncios que hizo la CMF es que evaluaría la postergación de normas de Basilea III. ¿Cuánto tiempo sería ideal que se postergue?

La coyuntura ha trabado muchos de los análisis que se estaban efectuando, porque cuando hay que adecuar Basilea, una cosa es tener la norma escrita, y otra cosa es que los bancos deben adaptar sistemas computacionales, porque por ejemplo, con los activos ponderados por riesgo (APR) hay que modificar sistemas de productos y contables, y esos son meses de trabajo, no es simple, y además en un contexto donde yo diría que sobre el 70% de los trabajadores de la industria está con teletrabajo, proyectos como el que menciono son imposibles de analizar. Ya teníamos el calendario apretado, y en esta situación se hace imposible. Por eso no sólo nos parece adecuado postergar al menos un año, y mantener esta reflexión respecto al tipo de Basilea III que el regulador debe aprobar, porque nuestra mirada es que necesitamos un Basilea lo más cercano a parámetros internacionales.

¿Y no está quedando así?

Primero hay que tener claro que la CMF no ha aprobado normas, están publicadas para consulta, y en ese espacio ha sido adecuado recibir opiniones, sugerencias, para tener un Basilea chileno internacional, y no uno propio. Al mirar los borradores, hay situaciones de bancos sistémicos, de ponderadores de riesgo de segmentos de pymes, por ejemplo, que en nuestra opinión se alejan sustantivamente de lo que es la norma internacional. Se alejan porque son más conservadoras.

¿En consumo también es más conservador?

También. Son bastantes detalles técnicos los que estamos conversando.

¿La brusca alza del dólar de los últimos meses va a significar que el capital que requieren los bancos para Basilea III sea mayor que el cálculo que habían hecho inicialmente?

Así es. Hay temas bien técnicos que en algunos casos hemos conversado con la CMF, y lo positivo es que hay buena disposición, porque el punto es: a qué dólar se toma, a qué dólar se valorizan los activos, y a qué dólar se valorizan los derivados. Hay derivados en dólares que son muy importantes, en algunos casos esa fluctuación del tipo de cambio y los efectos sumados de derivados y activos ha significado 0,5 o 0,6 puntos de capital, lo cual es bastante.