Adultos mayores en Chile: ¿es la edad el factor de más vulnerabilidad en la pandemia por coronavirus?

Chile es un país envejecido. Recientes datos del INE indican que 2.260.222 (11,9% de la población) tiene 65 años y más. Para 2035 se estima será 18,9% del total de la población (3.993.821).


A medida que aumentan los casos de coronavirus en el mundo, un aspecto generacional desconcierta: la tasa de mortalidad en personas mayores de 80 años es casi del 15%, mientras entre los 10 a 39 años, es solo 0,2%.

Los datos se desprenden de un estudio en China a más de 72 mil pacientes, que indica además que en pacientes de 70 a 79 años la una tasa de mortalidad era 8% y en los 60 a 69 era 3,6%.

En Italia, país que cuenta ya con 21.645 personas fallecidas por Covid-19, una alta proporción de su población es mayor de 65 años, y la tasa de mortalidad en ellos ha sido sorprendentemente alta, un 10%.

La letalidad que ha presentado la enfermedad en personas mayores resulta un aspecto aún más preocupante en Chile por el proceso de creciente envejecimiento de la población de las últimas décadas, con un gran porcentaje de 65 años o más.

¿Cuántos son? Para 2019, según las proyecciones de población hechas en base al Censo abreviado de 2017, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) estimó recientemente que ese número llega a 2.260.222 personas. La cifra es el 11,9% del total de la población nacional y para 2035 se estima equivaldrá al 18,9% (3.993.821).

Las regiones con mayor adultos de 65 años y más son la Metropolitana, con 867.866 personas sobre ese rango de edad (11,0% del total de su población); Valparaíso, con 274.260 (14,2%), y Biobío, con 205.720 (12,4%).

Hablar de población mayor de 65 años en Chile, es referirse también a extranjeros. Datos del INE y el Departamento de Extranjería y Migración, a diciembre de 2019 estiman un total de 42.308 adultos mayores extranjeros. De ellos, 16.622 tenían entre 65 y 69 años; 9.668, entre 70 y 74 años; 6.013, entre 75 y 79 años, y 10.005, 80 años y más años.

Riesgo

¿La vulnerabilidad de los mayores de 65 años frente al Covid-19 es sólo un asunto de edad? Gerardo Fasce, presidente de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile, es enfático en indicar que establecer una relación directa entre riesgo de infección y edad, es estigmatizar: “Es reconocido que en la medida que vamos envejeciendo la probabilidad de muerte es mayor, en eso no hay duda. Pero esta enfermedad está vinculada a riesgo en quienes tienen más enfermedades, y esas enfermedades en la medida que sean menos controladas, el pronóstico es peor”.

Es efectivo sin embargo, acota Fasce, que al envejecer el número de enfermedades aumente, lo que hace que existan más personas mayores con dolencias. Pero eso no transforma a la edad en una variable crítica exclusiva. “Eso es lo que hay que distinguir de manera firme. Es algo que no nos gusta en cómo se ha comunicado, por ejemplo, que murieron por ser mayores, lo más probable que eso haya estado vinculado a enfermedades, porque incluso hay personas de 21 años que fallecieron, y tiene que ver con la salud de esa persona”.

Se plantea, además, que los mayores son más vulnerables en esta pandemia pues la respuesta inmunológica en ellos está más debilitada. Situación denominada inmunosenescencia, explica Agnieszka Bozanic, psicogerontóloga y fundadora de GeroActivismo. ¿Qué quiere decir? Que nuestro sistema inmunitario envejece y nos hace más susceptibles a enfermedades infecciosas como Covid-19. “Entonces, aunque las defensas están ‘alerta’, la respuesta tiene menos fuerza. Esto es crucial cuando observamos personas de cualquier edad que muestran síntomas leves, otras que sufren una enfermedad grave, pero se recuperan; y otras que pierdan la vida”, aclara.

Adultos Mayores
Al envejecer el número de enfermedades aumenta, pero eso no transforma a la edad en una variable crítica exclusiva en caso del coronavirus, dicen los expertos.

La vulnerabilidad entonces no es solo un asunto de edad, resalta Bozanic: “Absolutamente no. Se pone la edad como un criterio homogenizante, pero sabemos que existen ‘vejeces’. No todas las personas mayores tienen enfermedades crónicas. Y al revés, jóvenes y adultos pueden tener enfermedades crónicas”.

La edad biológica o cronológica en si no es lo más relevante en la actual pandemia. Expertos hablan de la importancia de la capacidad ‘funcional’, dice Bozanic, “el conjunto de habilidades físicas, mentales y sociales que permiten a estas personas realizar las actividades que exige su entorno”.

Más relevante que la edad, agrega Fasce, es la funcionalidad de las personas, es decir, cuán independiente son. Un marcador que en países desarrollados se establece si es estuvo manejando la semana anterior y que sea independiente, “porque esa persona tiene un estado de salud que lo hace robusto, y si tiene que enfrentarse a una infección y conectarse a un ventilador mecánico, por ejemplo, lo más probable es que sobreviva” aclara. En cambio, si cuenta con asistencia, independiente de la edad, lo más probable es que no sobreviva.

Un criterio que establece la capacidad de autovalencia, que en Chile alcanza al 90% de las personas mayores de 65 años, detalla Fasce. Son autónomos y desarrollan su vida independiente. Lo que grafica, la Encuesta Nacional de Empleo del INE, que en el trimestre octubre-diciembre de 2019, muestra que de los 7.572.318 ocupados, 332.687 (4,39%) tenían 65 años o más.

La edad como criterio

En la actual crisis sanitaria, algunos países como Italia, se vieron “obligados” a decidir frente a criterios de edad: con menos de 80 años había más probabilidad de optar a terapias intensivas, entre ellas la ventilación mecánica.

“Esta dramática decisión se fue tomando gracias al colapso de sus sistemas sanitarios públicos, por la falta de recursos tanto humanos como instrumentales”, resalta Bozanic.

¿Llegará Chile a ese escenario? La edad por si sola es un muy mal indicador de salud, plantea Fasce: “Hoy en Chile tenemos 5.000 centenarios, entonces si yo a los 70 años defino que a una persona no la voy a tratar con respecto a uno de 50, a esa persona que tiene el potencial de vivir más de 100 años, le estamos quitando 30 años de una vida potencialmente buena. Mi paciente más longevo tiene 108 años y es completamente autovalente, maneja, sube cerros. La edad no es insuficiente para una determinación así”.

En Chile, se estaría trabajando desde otra arista para no llegar a ese desenlace. Desde la valoración rigurosa de las capacidades de la persona con Covid-19 y sus perspectivas de supervivencia, donde la edad es un insumo más para decidir, aclara Bozanic.

En Italia y España se discriminó de ese modo, pero en Chile, dice Fasce, con las medidas hasta la fecha tomando no llegaríamos a escenarios tan dramáticos. “Puede que en algún momento en un centro en particular se vean con una saturación de unidades críticas, pero se está trabajando para que eso no ocurra, no debería ocurrir en la magnitud que hemos visto en Italia y en España, no”, asegura.

Un aspecto sí es claro, recalca Bozanic, usar solo el criterio edad es reprochable tanto desde la ética, la legalidad, como desde lo moral. “Desde la ética rompe el principio de equidad y altera la ‘discriminación positiva por circunstancias de vulnerabilidad’”, detalla.

Pero a su vez, es ilegal puesto que Chile ratificó en el año 2017 la Convención Interamericana sobre los DDHH de las personas mayores, que señala que no se debe discriminar por edad, además del acceso prioritario en salud para ese grupo. “Desde lo moral, funcionar según criterios de edad es edadista. Pensar que llegando a cierta edad las vidas dejan de importar es detestable. Las personas mayores no son ciudadanos de segunda clase. Tienen sueños y proyectos igualmente valorables que los de una persona de cualquier edad. Es de esperar que esta crisis sanitaria nos haga transitar hacia una sociedad inclusiva con todas las edades”, subraya Bozanic.

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