Marcelo Mena, nuevo CEO de iniciativa de US$ 300 millones que busca reducir emisiones de metano y atacar a corto plazo el calentamiento global

Marcelo Mena. Foto: Loreto Stambuk.

Si hasta ahora los esfuerzos se enfocaban en CO2, un creciente enfoque apunta a reducir el gas metano. La esperanza es ganar tiempo en esta crisis urgente. El Methane Hub coordinará a nivel mundial esa tarea con el científico nacional y ex ministro de medio ambiente como líder.


El 26 de octubre de 2021 en la COP26, la jefa de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, y el presidente de EE.UU,, Joe Biden, hicieron un anuncio: el nacimiento de una asociación mundial para reducir las emisiones de metano, gas de efecto invernadero, para 2030.

Nacía la Global Methane Pledge, con la misión de limitar las emisiones de metano en un 30% en comparación con los niveles de 2020. En septiembre 2021, ese gas en la atmósfera alcanzó niveles récord, superando los 1900 ppb, alrededor de 2,8 veces por encima de lo que estaba en la era preindustrial.

Como complemento se creó Methane Hub, fondo con el aporte de más de 20 filantropías y fundaciones, entre ellas Bloomberg, Hewlett, Grantham, MacArthur, Packard, para apoyar esas metas.

En octubre de 2021 en la COP26, se anunció la creación del Global Methane Pledge. Foto: AP.

Si hasta ahora los esfuerzos ante el calentamiento global se enfocaban en el dióxido de carbono (CO2), un creciente enfoque apunta a reducir el metano. La esperanza es ganar tiempo en esta crisis porque aunque hay más CO2 en la atmósfera y permanece más tiempo, las moléculas de metano tienen un efecto de calentamiento más poderoso, generando 84 veces más calentamiento que una molécula de CO2. Es una de las estrategias más efectivas para reducir el calentamiento global en un tiempo breve.

En esa asociación público-privada, con más de 100 países, incluido Chile, el director ejecutivo que dirigirá los esfuerzos para reducir el metano, y convertirlo en una valiosa fuente de energía, es un científico e investigador chileno: Marcelo Mena.

El ingeniero Civil Bioquímico de la U. Católica de Valparaíso, magister en ciencias y doctorado en ingeniería ambiental de U. de Iowa, exministro de Medio Ambiente y director del Centro de Accion Climatica de la PUCV, lidera Methane Hub.

El exministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena. Foto: Mario Téllez

Mena, con publicaciones en Nature Climate Change, Science, Atmospheric Environmen, y Atmospheric Chemistry and Physics, entre otras, resalta que la reducción del metano no solo es relevante si de cambio climático se trata, también influye en la salud de las personas, mejora el suministro de alimentos e impulsa las economías. “Viene acompañado de un fondo que me toca administrar para invertir 300 millones de dólares para implementar esa reducción. Se requiere desplegar ese financiamiento a distintas instituciones ya sean gubernamentales o ONG, para empezar este último gran desafío de mitigación de cambio climático”, dice.

Tarea que ejecutará desde Chile, al alero de la PUCV y su escuela de Ingeniería Bioquímica, y que subraya “va a ser un impacto global, para poder reducir el calentamiento no hacia finales de siglo, sino en el corto plazo”.

-Su cargo como CEO de Methane Hub, ¿considera es un reconocimiento a su labor científica y política?

Yo fui copresidente de la Coalisión Clima y Aire Limpio por dos años, coalición de la ONU Medio Ambiente en torno a la integración de la calidad del aire con el cambio climático, y esa ha sido una de mis grandes luchas como académico y como autoridad. Impulsamos los primeros impuestos verdes del mundo que integraban tanto la contaminación local, como global, porque en la práctica siempre esa desconexión nos ha traído errores, como, por ejemplo, el fomento del diésel con mejor rendimiento emite menos CO2 directamente que la gasolina, o la leña que se vendió como carbono neutral, pero con un nefasto impacto en la calidad del aire.

En el Banco Mundial me tocó crear la Coalición de Ministros de Finanzas para la Acción Climática, que congrega a más de 70 ministros y gran parte del PIB global. Esa capacidad de aunar fuerzas, entregar evidencia, influenciar la política pública internacional, han sido creo yo las principales razones por las cuales me consideraron. Una mezcla entre política y ciencia que es inusual. Al tener el conocimiento científico con la convicción política, eso hace que sea una persona efectiva en ese contexto.

-¿Por qué orientar esfuerzos en reducir el metano?

Cerca de ¼ del calentamiento que hemos sufrido recientemente es por el metano. Las emisiones de gases de efecto invernadero de CO2 tiene una vida atmosférica larga, y, por tanto, los que hagamos hoy, las reducciones, no podrán materializarse en reducciones de temperatura en el corto plazo. En cambio, al ser el metano un contaminante de vida corta muy potente, 84 veces más potentes que el CO2, podemos lograr beneficios directos en el corto plazo. Es decir, se espera que pudiéramos enfriar el planeta en 0.2grados, en ese corto plazo versus esperar una materialización hacia finales de siglo. Es lo principal para avanzar, mostrar el compromiso y lograr beneficios directos hacia esta meta final de evitar el calentamiento global.

-¿Cuál será su tarea?

Me toca armarla desde cero, constituir los equipos a nivel global. Tenemos un enfoque regional en donde cada región del mundo tiene distintos desafíos. Por ejemplo, las Américas tienen el tremendo desafío en la ganadería y la agricultura. En el caso del Este asiático, agricultura y residuos. En Europa del Este y Medio Oriente, las emisiones de metano por la extracción de los combustibles.

Esto va a ser desde Chile, porque en la práctica hay pocos lugares en el mundo que tengan concentración, en países en vía de desarrollo, de proyectos de reducción de metano. Acá hay proyectos de iniciativa de metano en agricultura regenerativa, tenemos captura de metano en rellenos sanitarios, en generación eléctrica de metano de biodigestión anaeróbia de residuos de plantas de aguas servidas, entre muchas otras cosas. Es un buen lugar para mostrar que las cosas se pueden lograr en un país en vías de desarrollo.

- La reducción del metano no solo es relevante para el climático climático

Hoy nos encontramos con un sistema alimentario que no es compatible con un planeta en cuanto sus tasas de extracción de agua, no es compatible con un clima seguro en cuanto a sus emisiones, no es compatible con la biodiversidad al causar presiones de deforestación muy potentes, no es compatible con la salud ya que un porcentaje creciente de la población está siendo obeso y por otro lado un porcentaje creciente de la población está con mal nutrición. Se trata de manejar el metano en la agricultura, en la ganadería como algo que sea sano tanto para la gente como para el planeta. Este es el último bastión, porque el transporte va a ser eléctrico, la energía será renovable, pero no tenemos ninguna garantía de que el sistema alimentario va a dejar de poner presión en la pérdida de biodiversidad, en la deforestación, en las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación de las aguas, la crueldad animal, entre otras cosas.

Foto: Loreto Stambuk.

Cambio cultural

- Los efectos del cambio climático en Chile son evidentes, ¿cómo priorizar las medidas? Muchas voces científicas dicen que no queda tiempo para reflexionar

Uno de los grandes desafíos que tienen los gobiernos es transversalizar el tema de cambio climático y medioambiente en sus políticas públicas. Uno de los esfuerzos que realizamos en la campaña de Yasna Provoste, era de no reducirlo a un tema medioambiental. Mi conversación como ex ministro de medio ambiente era que tenía ser transversal, que estuviera tanto en cómo pensamos las ciudades, cómo hacemos la agricultura sustentable, cómo hacemos un sistema de generación energética, un sistema de transporte que fuera compatible con el cambio climático, que las obras públicas fueran orientadas a contribuir a la resiliencia sistémica del país.

El presidente Boric tiene la tremenda oportunidad de poder hacer el primer país con un gobierno ecológico, como él ha dicho. Una señal tremenda sería, por ejemplo, incorporar al ministerio del medio ambiente en el comité político. Es fundamental que la política pública tenga una mirada transversal y que no se reduzca solamente al ministerio de medio ambiente, a un ministerio que tenga que resolver problemas medioambientales que fueron creados por el resto de los sectores.

-Es un cambio cultural ¿cómo debería cambiar nuestra forma de vida en ese sentido?

Yo creo una de las cosas negativas que hubo con respecto a los conflictos medioambientales recientes es que empezamos a culpar a que el resto causa esos los problemas. La agricultura consume más agua que el resto, pero son los seres humanos los que consumen sus productos. La minería consume una gran cantidad de agua en una zona de escasez hídrica, pero nosotros demandamos esos productos. El cambio cultural requerido en la reducción de emisiones de metano en el sistema alimentario da cuenta de algo que nosotros hacemos todos los días. No elegimos dónde vivimos todos los días, pero sí elegimos lo que comemos todos los días. El impacto ambiental es una elección voluntaria todos los días en cómo nos alimentamos y qué hacemos con esos residuos. No podemos culpar a otros.

- Pero, para esa elección es importante educar...

Una parte importante va a tener que ver con educar el hecho de que un bistec emite el equivalente a 80 a 90 kilómetros en automóvil, y que no da lo mismo mirar para el lado porque esa contaminación no es culpa de otros, es de quien la consume. Es fundamental un cambio cultural, hacernos cargos de ese impacto ambiental que tenemos en las decisiones que tomamos.

Quiero decir unos números que son brutales, hoy el 96% de la masa de mamíferos terrestres son seres humanos o ganado y 60% de las aves del mundo están en corral, 30% son silvestres. Hemos cambiado la faz de la Tierra de forma muy profunda y eso nos ha hecho tremendamente vulnerables a enfermedades zoonóficas como la que estamos viendo con la pandemia de SARS-CoV-2.

Eso será nuestro gran desafío, darnos cuenta de que de esas responsabilidades en el contexto alimentario no podemos desmarcarnos y pensar que otros tienen que resolver esto. Cuando una autoridad llama a ahorrar el consumo de agua, que es necesario, mucha gente se burla porque dicen que son otros los consumos, consumo agrícola, consumo minero, que nosotros poco menos no tenemos que hacer ningún esfuerzo. Pero miramos alrededor y nos damos cuenta de que hay gente que tiene consumo de agua muy distintos. Tenemos muchos esfuerzos que hacer y no dejar que otros tomen decisiones que son nuestra responsabilidad. Estas soluciones se tienen que considerar colectivamente y no esperar que otros hagan lo que está dentro de nuestra responsabilidad.

Constitución y crecimiento verde

-¿Qué opinión tiene sobre la reciente elección de presidencia de la Convención Constituyente, y lo que ocurrió con la científica Cristina Dorador ¿Se teme a la participación de voces científicas en política?

Cristina habla con claridad sobre cosas que son reales, y ella estudia y está en la frontera de los impactos del ser humano con respecto a los ecosistemas. Por lo tanto, la claridad con la cual ella analiza los temas le da una convicción muy fuerte de realizar las cosas como se deben realizar. Yo creo que es una oportunidad desaprovechada no tener a una científica de renombre como ella como presidenta, su mirada integral con respecto al desarrollo sustentable, pocos la tienen. Nunca hay que subestimar el amor por Chile que tienen los independientes, y el amor por el planeta en este caso de una científica que se ha dedicado a estudiarlo. Y respecto a María Elisa Quintero, como doctora en salud ambiental, es una de las mentes más avanzadas en entender la necesidad de una constitución verde.

- ¿Coincide entonces con que la nueva constitución debe tener un enfoque claro sobre medioambiente?

Absolutamente, esto no es una consigna. El 28% del PIB de Chile puede verse minado al año 2048, de acuerdo con una agencia de riesgo de aseguradora suiza. Es la oportunidad que tiene Chile de un crecimiento más sustentable. El crecimiento verde en Chile es beneficioso, tanto para la economía, las comunidades y el mediamente. Esa la verdadera realidad que debemos enfrentar, un país que ha sido extractivista, cuyo crecimiento magnifica los problemas ambientales, tiene que transitar hacia un país que genera valor agregado. Pasar de una economía de recursos agotables a una economía de recursos renovables, eternos, que limpian el planeta. Esa oportunidad puede haber en un marco constitucional para lograrlo y generar esto.

-Usted participó de la candidatura de Heraldo Muñoz, luego de Yasna Provoste y finalmente de Gabriel Boric, ¿esperaba llegar a algún ministerio, como el de Medio Ambiente por ejemplo?

Yo he descartado mi participación en el gobierno. Yo trabajé con Heraldo, con Provoste, y al final apoyé a Gabriel, y vamos a estar ayudando todo lo que sea necesario. Mi nuevo rol en este contexto es estar absolutamente disponible para poder colaborar. Yo siempre trato de ver cuándo puedo tener un máximo impacto y creo que soy la persona indicada para poder enfrentar este gran desafío cultural, científico y tecnológico de reducir las emisiones de metano del sector agrícola, y por consiguiente todos los efectos adversos que tiene la mala ganadería. Estoy muy feliz de poder aportar desde este nuevo desafío, muy agradecido de que me hayan reclutado.

-Ud. fue ministro de Medio Ambiente, ¿qué opina de la política medioambiental del nuevo gobierno, especialmente frente a Dominga?

El presidente electo Gabriel Boric ha demostrado un gran compromiso por el medioambiente, él entiende los conflictos socio ambientales como tal. Es una gran oportunidad abordar los problemas ambientales como una oportunidad de desarrollo para una economía sustentable. Lo que él está mirando, con las señales que da de Dominga, es que algunas veces las fórmulas de corto plazo, que traen bienestar en un periodo pequeño, pero con grandes desafíos ambientales en un futuro, es una buena decisión en el sentido que tenemos que es reemplazar eso. Lo que corresponde en esa zona es un área protegida marina consultada con la gente, pero no un desarrollo de un par de décadas de extractivismo que va a dejar un legado de contaminación y va a sacrificar una de las zonas prístinas que tenemos en Chile. Yo no quise ser parte de eso cuando lideré el rechazo de ese proyecto y creo que el presidente Boric tampoco quiere ser parte de la creación de una nueva zona de sacrificio.

-El nuevo gobierno está en una especie de luna de miel con la ciudadanía. ¿Cuánto podría durar esta relación? Economistas anticipan años duros en materia económica en el país...

El presidente Boric entiende la importancia de la inversión, del crecimiento, el sistema de reducción de impacto ambiental no tiene tantos conflictos, en comparación a lo que era hace una década que estaba cargada por termoeléctricas e hidroeléctricas. El desafío fundamental va a ser hacer una recuperación económica que ojalá sea verde. Estoy convencido que es una persona honesta consigo mismo y con en el país, que piensa en el bien común, y espero que le vaya bien. La gente percibe eso, que a diferencia del presidente Piñera que la gente tenía dudas qué tanto pensaba en el bien común versus su propio bien, en este caso creo es incuestionable el liderazgo que va a poder tener mientras sea coherente con su propia propuesta, y va a contar con el apoyo ciudadano.

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