“Pérdida de placer”: ¿Por qué los padres están cada vez más agotados y alejados de sus hijos?

La Escuela de Psicología UAI realizó un seminario en el que la investigadora y académica belga Isabelle Roskam abordó qué es y por qué es importante poner atención al agotamiento parental.


El burnout parental, condición que se caracteriza por un agotamiento extremo ligado a la parentalidad, el distanciamiento emocional de los hijos e hijas y una pérdida de placer por la crianza, ha presentado un crecimiento en los últimos años, más aún desde la pandemia del Covid-19 y el confinamiento de padres, madres, hijos/as. Chile, de hecho, en varios estudios internacionales y nacionales ocupa el primer lugar de países Latinoamericanos en el aumento del burnout parental.

Isabelle Roskam, académica de UCLouvain de Bélgica, directora del Training Institute for Parental Burnout y una de las investigadoras que junto a María-Elena Brianda y Moïra Mikolajczak, desarrolló una escala para medir el nivel de agotamiento que estaban sintiendo madres y padres de todo el mundo, explicó que su exposición entregaba una mirada general de lo que ha investigado sobre burnout parental, ya que aún es un área de estudio emergente.

La académica planteó que en muchas culturas del mundo la parentalidad está asociada con nociones positivas, milagros, emociones y padres y madres felices, sin embargo, para el burnout parental “la parentalidad no es solamente felicidad, realización y amor milagroso, sino que la parentalidad también puede ser un trabajo muy estresante y ustedes saben que el burnout parental es un trastorno relacionado con el estrés. La parentalidad es un trabajo muy difícil, con muchas demandas y con la particularidad de que es un trabajo al cual no se puede renunciar”.

Roskam explicó que en las investigaciones que ha realizado se conceptualizó el burnout parental como un síndrome de cuatro niveles:

1. Agotamiento excesivo relacionado a temas de crianza, los que se presentan de manera física, cognitiva y emocional.

2. Distanciamientos emocional de hijos e hijas.

3. Pérdida de placer por la crianza.

4. Sensación de que existe una diferencia entre el tipo de padre y madres que eran y el actual.

“Los primeros síntomas son agotamiento físico y emocional que están relacionados con el rol parental, por lo tanto los padres no tienen energía para cuidar a sus hijos. Los padres continúan cuidando a sus hijos, pero solo en sus necesidades básicas, entonces, los alimentan, los llevan al colegio, pero no hay una conexión emocional, están como en un piloto automático” puntualizó Roskam.

Agregó que “hay pérdida de placer. Los padres no se sienten contentos cuando pasan momentos con sus hijos e hijas. Además, hay un contraste entre el estilo parental anterior y el actual. Los padres dicen que no se reconocen a sí mismos. Lo interesante es que el testimonio de los padres y madres muestra que el burnout está relacionado con estos síntomas y que estos síntomas los estaban experimentando solo en este momento de burnout parental. Se sienten exhaustos solo en el contexto de la parentalidad”.

Isabelle Roskam.

Respecto a la pregunta de cuáles son las consecuencias cuando los padres están en un burnout parental, la investigadora explicó que la literatura indica que el burnout parental tiene consecuencias en tres niveles: en el padre o madre, en los niños o niñas y en la pareja. “Los padres con burnout se ponen más irritables, se sienten culpables y avergonzados y también esto puede llevar a un auto desprecio. Hay síntomas físicos, empiezan a beber más, desean alejarse de la situación de padres. También manifiestan ideas suicidas. Esto hace importante considerar el burnout parental como una preocupación pública”.

Puntualizó además que se deben considerar las consecuencias en los niños por el aumento de la negligencia infantil y violencia y las consecuencias que tiene en la pareja por el aumento de conflictos.

Luego continuó explicando algunos factores de riesgo identificados en sus investigaciones, para finalizar abordando la importancia de la prevención y el tratamiento: “En nuestra investigación hemos mostrado que todos los síntomas no ocurren al mismo momento, sino que en un cierto orden, entonces el síndrome empieza con estar exhaustos, después con la distancia emocional, después con la pérdida de placer. Vemos que las consecuencias de violencia y negligencia ocurre cuando los padres se distancian de los niños y esto tiene sentido porque él o ella ya no puede sentir suficiente empatía con ellos. Por lo tanto, la prevención es muy importante para los padres. Actualmente vemos que los padres consultan cuando ya tienen un burnout muy severo ya que es muy difícil decir que no están contentos como padres. Los padres y madres que están en el estado inicial (exhaustos) deben ser atendidos a fin de evitar riesgos, esto implica poder abordar el burnout parental y hacer conferencias de este tipo para poder contribuir sobre lo que está pasando actualmente”.

Burnout parental en Chile

Chile, según estudios nacionales e internacionales es uno de los países en los que incrementó exponencialmente la prevalencia de burnout parental luego de la pandemia del Covid-19. Es en este escenario que Josefina Escobar, investigadora del Centro de Neurociencia Social y Cognitiva, académica de la Universidad Adolfo Ibáñez y miembro del Consorcio Internacional de Investigación en Burnout Parental, junto a su equipo realizó varios estudios durante la pandemia.

Josefina Escobar.

En su intervención la académica presentó algunos resultados de sus estudios, planteando que sin duda las medidas de confinamiento y distanciamiento social afectaron la salud mental de la población. “El contexto de pandemia en donde todas las familias en mayor o menor medida sumaron factores de riesgo y estresores, miedo a enfermarse, el confinamiento, el teletrabajo, las tareas de colegio dentro de la casa y la disminución de recursos de apoyo en la crianza como los abuelos que son los que más había que proteger, generó un desbalance que hizo que en padres, madres y criadores/as comenzaran a aparecer síntomas de burnout parental”.

Uno de los primeros estudios a población chilena que incluyó a 560 madres y 133 padres arrojó como resultado que las madres son las que presentan mayor agotamiento parental y que existía una correlación positiva entre la percepción del impacto negativo que había tenido la pandemia para la crianza en padres y madres y los puntajes en la escala de burnout parental. Escobar explicó además, que otro resultado del estudio estuvo asociado a qué pasaba con las estrategias de regulación emocional que utilizaban padres y madres. “Teníamos la hipótesis de que estrategias que han mostrado ser más adaptativas como reevaluación cognitiva podían ser un factor protector al burnout parental y la supresión de un factor más de riesgo, pero lo que pudimos observar es que la hipótesis de la reevaluación no dio el efecto que esperábamos, pero sí en el caso de la supresión hubo una correlación positiva en donde entre más usaban como estrategia de regulación emocional la supresión más burnout parental presentaban. Esta supresión es más usada por los padres versus las madres y esto tiene que ver con los roles de género donde a los hombres se les pide socialmente sean más contenidos respecto de sus emociones”.

En estudios posteriores abordaron otras temáticas asociadas a demandas de los hijos e hijas, roles en el cuidado y si la edad de los niños importaba a la hora de hablar de burnout parental. “En este caso usamos nuevamente esta muestra de padres y madres chilenos en contexto de pandemia en donde participaron 525 mamás y 126 papás donde el objetivo era determinar si los niveles de burnout parental eran mayores para familias en donde había al menos un niño de 4 años o menor y lo que encontramos es que había efectivamente una diferencia significativa en términos de los puntajes burnout parental en familias con niños más pequeños”.

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