Dueño de marca de ropa Patagonia dona la propiedad total de la compañía para combatir el cambio climático

Chouinard junto con su amigo Douglas Tompkins en Chile.

El multimillonario Yvon Chouinard informó a través de una carta que el 100% de la firma, avaluada en cerca de US$3 mil millones, quedará en manos de un fondo y una ONG, y todas sus ganancias serán para combatir la crisis climática y defender la naturaleza. El empresario, que visita regularmente el sur de Chile, era uno de los grandes amigos de Douglas Tompkins y estuvo en el grupo con el que hacía kayak cuando el fundador del Parque Pumalín falleció en diciembre de 2015.


Yvon Chouinard, fundador y dueño desde 1973 de la globalmente famosa marca y tiendas de ropa Patagonia, decidió hoy, 49 años después, donar la totalidad de la compañía, avaluada en cerca de US$3 mil millones a fundaciones sin fines de lucro que lucharán contra el cambio climático.

Según se informó este miércoles en la página web de la firma, el multimillonario, en acuerdo con su esposa Malinda y sus dos hijos adultos, decidieron transferir la propiedad de la compañía, que no está listada en bolsa, a un “trust” (un fondo) y a una fundación especialmente creada para luchar contra el calentamiento global y para proteger tierras alrededor del mundo. Así, además, todas las utilidades anuales de la compañía -que están en torno a los US$100 millones anuales- también se usarán en este fin.

“Ojalá esto influencia una nueva forma de capitalismo que no termine con algunos personas ricas y un montón de personas pobres”, afirmó Chouinard, de 83 años, al New York Times en una entrevista.

Tienda Patagonia en el Mall Sport de Santiago

De acuerdo a la publicación, ya en agosto pasado, la familia había transferido todas las acciones con poder de voto, que equivalen al 2% de las acciones totales a una de las nuevas entidades, llamada Patagonia Purpose Trust. Esta transferencia es irrevocable. Además, como es una donación, la familia además deberá pagar más de US$17 millones en impuestos por la transacción.

Ahora, donaron el 98% restante de Patagonia, que corresponden a las acciones corrientes, a la Fundación sin fines de lucro The Holdfast Collective, la que recibirá además todas las ganancias de la marca de ropa y tiendas de ropa.

La empresa además publicó una carta de Chouinard en su página web, titulada “La Tierra es ahora nuestra única accionista”. En ella, el fundador de Patagonia indica que “si tenemos algo de esperanza por tener un planeta próspero —o al menos un negocio próspero— se necesitará que todos hagamos lo que podamos con los recursos de los que disponemos. Esto es lo que nosotros podemos hacer”.

Patagonia

“No sabía que hacer con la compañía porque yo ni siquiera quería una compañía (...) No quería ser un hombre de negocios. Ahora me puedo morir mañana y la empresa seguirá haciendo lo correcto por los próximos 50 años y yo no tendré que estar ahí”, señaló el multimillonario al diario neoyorkino.

“Nunca quise ser un empresario. Comencé como artesano, fabricando equipo de escalada para mí y mis amigos, luego entré en el vestuario. Mientras comenzábamos a ser testigos del alcance del cambio climático y la destrucción ecológica — así como de nuestra contribución en aquello — Patagonia se comprometió a usar nuestra compañía para cambiar la forma en que se hacían los negocios. Si podíamos hacer lo correcto generando suficientes ingresos como para pagar las cuentas, podíamos influir en los clientes, en otros negocios y, tal vez, cambiar el sistema en el camino”, puntualizó Chouinard en su carta.

Patagonia, con sede en Ventura, California, es una de las empresas pioneras en ropa outdoor en el mundo. En la actualidad tiene cientos de tiendas en más de 10 países, incluido Chile, y fábricas en 16 naciones. Desde 1985, la firma dona el 1% de sus ventas totales a grupos ambientalistas, a través de la organización “Uno por ciento para el planeta”, del cual Chouinard es fundador.

En su carta el multimillonario explica que si no tomaba esta decisión “otro camino era hacer pública (abrirla en bolsa) la compañía. Qué desastre hubiera sido. Incluso las compañías públicas con buenas intenciones se ven bajo demasiada presión por generar ganancias en el corto plazo a expensas de la vitalidad y la responsabilidad a largo plazo”. “A decir verdad, no había buenas opciones disponibles. Entonces creamos una propia”, agregó.

Sobre esta decisión Chouinard dijo que, en el fondo, “a pesar de su inmensidad, los recursos de la Tierra no son infinitos y está claro que hemos sobrepasado sus límites. Pero también es resiliente. Podemos salvar nuestro planeta si nos comprometemos a ello”.

Conexión con Chile y Tompkins

Yvon Chouinard fue uno de los grandes amigos del empresario, ambientalista y conservacionista estadounidense Douglas Tompkins. De hecho, el fundador de Patagonia fue una de las personas que estaban haciendo kayak con Tompkins cuando este último sufrió el accidente que terminó con su vida en el Lago General Carrera, en diciembre de 2015.

Douglas Tompkins, Dick Dorworth, Chris Jones e Yvon Chouinard, después de ascender el Fitz Roy en 1968. | Foto: Chris Jones

Tompkins se casó a inicios de los 90 con Kristine McDivitt, una vieja amiga de su grupo con Chouinard y quien fue además la CEO de Patagonia por casi dos décadas.

Según recordó Chouinard en una entrevista con La Tercera en 2019, en el año 1968 Tompkins -quien fundó su propia empresa de ropa outdoor, The North Face- lo invitó a un viaje desde California a la Patagonia arriba de una combi. Amarraron las tablas de surf al techo de una Ford E-Series, cargaron equipos para escalar y partieron al sur. La idea era recorrer los más de 16 mil kilómetros sin apuros, a la antigua, porque a las aventuras, decían ellos, hay que tomarles el gusto de a poco.

Seis meses tardaron en llegar a la Patagonia, donde estaba la última escala del viaje: el Fitz Roy, montaña de 3.400 metros de altura y de extrema dificultad por sus enormes rocas lisas. Sólo dos expediciones anteriores habían llegado a la cumbre, pero Yvon y Doug -junto con sus amigos Dick Dorworth y Chris Jones-, lo hicieron por otro trayecto. Fue bautizado como “la ruta de los californianos”.

Chouinard dice que ese viaje a la Patagonia les cambió la vida: “Vimos ese lugar y pensamos que así debería ser el mundo”. Con Tompkins se convencieron de que debían trabajar para cuidar la Patagonia, pero eligieron caminos distintos. “Doug creía que la mejor manera era poner toda su energía en proteger lugares naturales; yo pensaba que lo podía hacer a través de mi compañía, que si bien era chica, tenía mucha influencia. Pensaba que podía liderar un cambio siendo una compañía responsable y mostrando que se podía ser rentable de esa manera”.

Consultado por La Tercera sobre si siente un vínculo con Chile, Chouinard señaló: absolutamente. “Es una de las razones por las que viajo una o dos veces al año; me encanta estar allá. Por eso estoy involucrado para ayudar a Kris a crear más tierras protegidas. Amo esa zona”.

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