La voz de los levantacopas
Héctor Bambino Veira y Miguel Ángel Russo analizan junto a La Tercera el partido decisivo entre River y Boca. Ambos, con pasado en el fútbol chileno, saben lo que es levantar el trofeo continental: el primero con los millonarios y el segundo con los xeneizes. Una charla a puro fútbol, anticipando el gran choque en el Monumental de Núñez.

Ellos saben de qué se trata un Superclásico y también una Libertadores. Ellos saben qué se siente levantando esa Copa tan especial. Héctor Rodolfo Veira fue el primer entrenador en ganarla con River, en 1986. Miguel Ángel Russo fue el último técnico en atraparla con Boca, en 2007. Se supone que con tantas historias futboleras en sus curriculums ya no deberían conmoverse ante ningún episodio disparado alrededor de una pelota. Error. El Bambino y Miguelito, al cruzarse con La Tercera, se muestran híper enganchados con esta Superfinal inédita.
"Disfruto muchísimo este momento y quiero que el partido empiece ya. Estuve en la Bombonera y el espectáculo que dieron fue impresionante. Voy a estar en el Monumental también y voy con muchas expectativas. A lo mejor sale más trabado que la ida, pero va a ser todavía más emocionante", cuenta Veira, minutos antes de arrancar su programa de radio. A los 72 años, hace doce que ya no dirige.
Viene Russo de alejarse de Millonarios de Colombia, donde estuvo dos años y ganó dos títulos, aparte de combatir un grave problema de salud al que ya venció. Por eso pasó unos días de descanso en Aruba. Luego voló a Bogotá. Desde ahí, vía telefónica, pide: "Por favor, no pensemos en lo que va a pasar el día después. Disfrutemos el hoy, el partido, esos noventa minutos, más el alargue y los penales si son necesarios. Debemos darnos cuenta de que vamos a ser testigos de una final histórica, única, que no se olvidará jamás. Tengo pasaje para llegar a Buenos Aires un rato antes del partido. Espero no tener ningún inconveniente. Quiero estar ahí".
Cada uno vivió a su manera su momento de gloria en la Libertadores en River y en Boca. Repasa el suyo Veira anclando en una linda anécdota: "Nosotros jugamos la final después del Mundial 86. Mi preocupación era cómo volvían los jugadores que habían sido convocados. Habían ganado el Mundial. Imaginaba que se relajarían y que eso nos jugaría en contra. Pero un par de días después Oscar Ruggeri (marcador central de aquel River campeón) me llamó y me dijo: 'Bambino, ahora quiero ganar la Libertadores y la Intercontinental'. Ahí me di cuenta de que no se nos podía escapar. Fuimos y le ganamos al América en Cali. Después, lo cerramos en el Monumental. Era un equipazo, con hombres y con talento".
Bien vigente como DT, a los 62 años, Russo asegura que "en una final así el entrenador no cambia nada. Trata de mantener sus maneras". Y recuerda: "Mucha calma traté de transmitir yo en Boca, cuando ganamos la Libertadores 2007. Nosotros habíamos goleado 3-0 en la ida a Gremio y teníamos que ir a cerrarlo en Porto Alegre. A los jugadores les dije que la revancha era un partido de 45 minutos, que no había que darle chances al rival en el primer tiempo, porque después todo se simplifica. Y así salió: también ganamos de visitantes".
Vuelven a lo que ya se viene. "Decir cómo va a ser un partido siempre es un riesgo grande, pero ahora más que nunca. Los dos tienen jugadores para hacer un gol en cualquier momento. Y eso cambia todo", desarrolla el Bambino.
"Estos partidos son 50 y 50. No hay un favorito. Son dos equipos con mucha experiencia, con gran jerarquía, con dos entrenadores que conocen lo que significa cada club, muy capaces", analiza Russo.
Veira señala diferencias entre los dos equipos: "River es el juego y Boca es el gol. Por eso no puedo decir que hay un favorito. Están muy, pero muy parejos".
La suspensión que la Conmebol le aplicó a Gallardo vuelve a ser tema. En la ida ni siquiera había podido pisar la Bombonera. Ahora, en el Monumental, podrá mirar desde un palco, pero sin posibilidades de comunicarse con su ayudante Matías Biscay (de nuevo será el DT en cancha) ni de bajar al vestuario. Acerca de esta cuestión, Russo no duda: "Que Gallardo no pueda ir al banco no es una ventaja para Boca. No será la primera vez. Es un tema que River manejó muy bien en Brasil, con Gremio nada menos, y además en la Bombonera. Distinto sería si se tratara de la primera vez. El de River es un cuerpo técnico afianzado, que se conoce mucho. Igual es una injusticia que Gallardo no vaya al banco. Una exageración de la Conmebol".
También en Chile se registra una coincidencia entre Veira y Russo. Ambos pasaron por la "U". El Bambino jugó un año, en 1977, ya cerca del final de su carrera y lejos de aquel zurdo atrevido para gambetear y exacto en la pegada, siempre con una sonrisa a mano. A Miguelito se lo recuerda en el cuadro azul por su paso como entrenador en 1996, con 58 partidos y una Copa Libertadores con una eliminación en semifinales ante River, tan polémica que se pareció a un despojo.
Que River pierda a dos delanteros decisivos como Rafael Santos Borré (suspendido) y a Ignacio Scocco (lesionado), y que a Boca le sobren justamente atacantes, para Veira apenas es un detalle. Y lo argumenta: "River ha jugado muchas veces con un delantero y lo ha hecho muy bien. Además, arriba tiene a Pratto, que pasa su mejor momento desde que llegó al club. Lo que hizo en la cancha de Boca fue fenomenal. Me recordó al Búfalo Funes (Juan Gilberto, corpulento delantero y héroe con goles en las dos finales del 86)".
¿Qué pasará con Boca y con River, con Barros Schelotto y con Gallardo, después de esta final que marcará la historia? Ahí Russo pisa el freno: "Los técnicos, en una instancia así, ni piensan en el después. Sólo se enfocan en preparar el partido. En Argentina creemos que si llegás a una final y la perdés, no servís... Pero no es así: cualquiera de los dos que pierda, porque a uno le va a tocar perder, no será un fracasado".

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