El último vuelo de la niña que pudo ir a Disney
El 10 de agosto pasado y a bordo de un avión Latam, la menor P.Z.B,. murió. Venía con su familia de un viaje espiritual y de placer. ¿Qué pasó en el vuelo? ¿Por qué murió? son algunas de las preguntas que la fiscalía intenta responder.
Era un viaje esperado. La familia de P. Z. B. (14 años), de Villa Alemana, se preparó desde 2017 para partir a su viaje a Estados Unidos, el que se desarrolló desde el 23 de julio al 10 de agosto de este año. Sobre todo, buscaron tomar las precauciones para que su hija no sufriera ningún imprevisto de salud, ya que había sido diagnosticada con un hipertiroidismo que debía ser controlado con remedios: Thyrozol y Propanolol.
El plan de la familia Zamora Severino era asistir a un congreso cristiano de la Iglesia Pastor Marcos Barrientos, en la ciudad de Dallas, que duraba cinco días. Luego, junto a sus cuatro hijos irían a visitar Orlando y, después, a un crucero por dos días en Miami. Sería un viaje de placer para que sus hijos conocieran Disney, pero también de enriquecimiento espiritual para su fe, ya que ambos son pastores de la Iglesia Catedral Dios del Universo, de Villa Alemana.
Con la ilusión de concretar su aventura familiar sin que fuera un riesgo para la salud de su hija, el 19 de julio pasado la madre de la niña, Iris Severiano, le preguntó al médico de P.Z.S. si podían viajar a Estados Unidos. Este -según el relato de la madre -, le manifestó que no había problema. Su marido agrega que al día siguiente, el 20 de julio, el doctor les dio la receta médica y fueron a comprarle los remedios a su hija.
Con todo listo, la familia se embarcó. Durante la estadía pudieron disfrutar del esperado paseo: P.Z.S. no manifestó problemas por su enfermedad. Pero hubo un solo imprevisto: dos días antes de volver a Chile se les acabó el Propanolol. Según el padre, aún no tenían claridad sobre qué es lo que había pasado e insistió en que llevaron las dosis necesarias para todo el viaje. Pensaron, incluso, que se le pudieron haber caído algunas pastillas o que la niña podría haber tomado unas dosis adicionales.
Ese fue el principio. El inicio del fatal desenlace que tendría su hija dos días después, cuando en medio del vuelo de regreso a Chile, fallecería en la parte trasera de un avión Latam.
El relato de ambos padres es parte de la investigación que lleva adelante el fiscal Marcelo Soto, y que intenta llegar a una explicación y determinar eventuales responsabilidades en la muerte de la chica.
Cross check
Los primeros indicios de que algo no estaba bien con su hija ocurrió en pleno vuelo, cuando ella manifestó dolores de pecho y de cabeza. Ante el Ministerio Público, lo padres luego contarían que solicitaron a la tripulación los remedios que necesitaban. Sin embargo, la azafata les habría respondido que no le podía dar las dosis sin autorización médica, y le trajo un agua de manzanilla. La niña insistió en el dolor; le dieron otra agua de manzanilla.
Luego de estas dos alertas, el padre, ya más desesperado, vuelve a requerirle a la tripulación que la medicaran y le pide que despierten a un doctor, también pasajero del vuelo, que podía autorizar esto. Por fin le dieron la pastilla.
Sin embargo, contrario a lo que pensaban, el dolor no se le quitó: cerca de media hora después, la niña volvió a manifestar problemas. Fue entonces cuando la madre, según declara, la tomó y se la llevó al baño. Ahí P.Z.S. empezó a vomitar y a golpearse contra la pared. La madre pidió ayuda a las azafatas, dice. Pero dice también que en lugar de apoyarla, repartieron comida a los pasajeros.
Ya de vuelta en sus asientos -continúa el relato de Iris-, una de las tripulantes pidió a la menor que recogiera las piernas para pasar con los carros por el pasillo, sin prestarle ayuda. Añade, también, que nadie la apoyó en sostener a su hija cuando intentó colocarle el oxígeno, y que solo cuando ya estaba muerta hicieron un llamado por altavoz preguntando si había otro médico en el avión.
Y reportar
Las declaraciones de ambos padres ante la fiscalía concuerdan con lo señalado por un pasajero del avión a La Tercera el día 10 de agosto, quien pidió reserva de su identidad. Él dijo que cuando faltaba cerca de una hora para el aterrizaje, llamaron a un médico y empezaron a darle los primeros auxilios en la parte de atrás del avión. Luego, señaló, dos o tres pasajeros que eran doctores se levantaron para ayudarla y personal del vuelo empezó a ordenar al resto de la gente para que se sentara. "Se escuchaba que le hablaban, le daban ánimos e intentaban reanimarla. Usaron un desfibrilador", indicó.
Luego, les informaron que aterrizarían de emergencia. "Fue súper marcado y repentino, bajamos 30 mil pies en 30 minutos en un avión gigante. Nuestra llegada estaba pronosticada para las 6.45 horas y a las 6.05 estábamos en tierra", aseguró esa vez el pasajero. En ese momento, la niña ya estaba muerta.
Consultado por su declaración ante el fiscal, el padre de la niña, Oscar Zamora, insiste en que "hubo falta de asistencia" por parte del personal de la aerolínea. "Se pudieron haber hecho muchas cosas, pero eso ya no cambia nada. En testimonios que hemos escuchado de gente que se ha descompensado, han llamado a doctores al tiro para asistirlos. ¿Por qué no se dio así acá? Ya no queremos seguir martirizándonos de por qué, nada va a cambiar lo que ocurrió. Lo que tienen que cambiar son los protocolos para que no vuelva a pasar".
Zamora asegura que no van a demandar a la empresa y que lo único que quieren es que les pidan perdón. "Aceptaría las disculpas si ellos reconocen que hay cosas que no se hicieron, nos daría tranquilidad".
Desde Latam, por su parte, han señalando que "la compañía jamás antepondrá un interés comercial por sobre la salud y seguridad de sus pasajeros y tripulación". Agregaron que "lamentamos profundamente el dolor de la familia Zamora y solidarizamos en este difícil momento".
Todos a declarar
La Fiscalía de Pudahuel indaga qué fue lo que ocurrió ese día y cuál fue la razón por la cual falleció la hija de este matrimonio. Por un lado, investigan la presunta responsabilidad de la tripulación por una supuesta falta de asistencia médica, y por otro, el comportamiento de los padres de la niña, quienes no le habrían suministrado adecuadamente los remedios necesarios para controlar su hipertiroidismo.
Para esto, el fiscal pidió varios antecedentes a la aerolínea, como las cualidades técnicas del avión, el listado de los pasajeros, la altitud, presión, trayecto y el punto de no retorno, e información acerca de si existía o no la posibilidad de aterrizar en un aeropuerto alternativo y cuál sería éste. También requirió a la Dirección General de Aeronáutica Civil (Dgac) si hubo alguna comunicación entre el vuelo y la torre de control. Además, está ad portas de citar a declarar a las azafatas, al capitán del vuelo y al médico tratante de la fallecida. Todo, para intentar aclara qué fue lo que ocurrió en el último vuelo de la niña que quería conocer Disney.
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