Milan Ivelic y los graffitis del GAM: "Es un testimonio interesante; permite que la ciudadanía no necesite ir a un museo para ver lo que está ocurriendo"
El exdirector del Museo de Bellas Artes, quien es parte del directorio del Museo de la Memoria, analiza las dos caras de la estética emergida con la crisis chilena. "El rostro positivo está dado por esta crisis que hace que mucha gente que no había tomado consciencia de los graves problemas que había en nuestra sociedad, ahora se den cuenta (...) lo negativo, es que la ciudad, que por dios que ha costado construirla, de un día para otro sea destruida e incendiada es una "anestética", una falta de compromiso estético".
Ayer 19 de febrero, el Centro Cultural Gabriela Mistral amaneció con su fachada pintada de color rojo. Durante la tarde sus paredes fueron intervenidas nuevamente, esta vez por artistas y ciudadanos que plasmaron su protesta al "misterioso" borrado.
Para Milan Ivelic (82), ex director del Museo de Bellas Artes desde 1993 a 2011 y actualmente director del Museo de la Memoria, la pintura callejera que ha acompañado a la crisis "es una cuestión que implica una visualización de un pensamiento, y ese es un pensamiento protestatario". Agrega que "es interesante este testimonio, permite que la ciudadanía no necesite ir a ningún museo, sino que tiene ahí la visualidad de lo que está ocurriendo".
Reflexionando sobre lo que comenzó el 18 de octubre, dice que hace tiempo "que la tensión que se producía en nuestro país era muy fuerte y muy intensa" y que, sin ser gurú, en el libro "Fronteras Abiertas" escrito junto con el escultor Gaspar Galaz, publicado en septiembre pasado, plantearon "que se estaba produciendo una enorme tensión que iba a estallar". "Hicimos mención a la situación de las clases populares chilenas, del grado de pobreza, de la degradación de sus barrios, todo lo que significa la mirada desde la alta burguesía chilena sobre la gente modesta. Está claramente marcada por la segregación, la marginalidad, los abusos cometidos, la injusticia, los problemas de la salud. El panorama era muy angustioso. Sentimos que se estaba produciendo una enorme tensión que iba a estallar, pero no con la violencia que se ha producido".
El profesor de Estética e Historia del Arte en la Universidad Católica cree que la estética que ha rodeado la crisis es una moneda "con cara y sello" y que, a la vez que existe un lado positivo de un cambio de mentalidad, hay otra cara que es "anestética".
Ayer en la mañana el GAM amaneció pintado de rojo en toda su fachada. ¿Qué mensaje entrega esto?
En la edad media no existía aún el papel para escribir y se escribía sobre pieles de animales. Y claro, en la escasez no se podía estar matando a cada rato animales, entonces surgió el palimpsesto. Esto era que se borraba lo que estaba escrito sobre la piel y se escribía encima de eso. La primera idea que se me ocurre es que lo que pasó (en el GAM) es un palimpsesto, se tapó, se borró lo que había. Pero ahora podría llegar otro grupo, y pintar encima de eso, seguir formando capas.
Pablo Allard, decano de la Facultad de Arquitectura y Arte de la Universidad del Desarrollo, dijo que con este acto se "exacerba el conflicto" y que en la fachada del GAM estaban de los "pocos buenos murales del conflicto" pero también que "el arte contemporáneo es efímero y expuesto a ser intervenido".
A mí me gusta mucho la intervención del arte en el espacio urbano, me recuerda mucho a los muralistas mexicanos de comienzos de siglo cuando dijeron "por qué tenemos que seguir haciendo pinturas dentro de los edificios, hagámoslas afuera para que el pueblo vea lo que nosotros hacemos". Entonces el hecho de que se produzca esto, independiente de si es una obra de arte o no, es una cuestión que implica una visualización de un pensamiento, y ese es un pensamiento protestatario, contra el gobierno, el Presidente de la República, las instituciones. Es interesante ese testimonio y eso permite que la ciudadanía no necesite ir a ningún museo sino que tiene ahí la visualidad de lo que está ocurriendo.
¿Eso tiene carácter efímero?
Sí, el día de mañana seguramente los van a borrar. Por ejemplo, el monumento a Baquedano yo pensé que ojalá no lo cambien y no lo restauren ni limpien, sino que aparezca como un símbolo de lo que ha sido la crisis y que después de algún tiempo lo puedan limpiar y recuperarlo tal como era, pero siento que eso debiera quedar como un registro, un testimonio de lo que aconteció.
Hay quienes han planteado que para volver a la normalidad es necesario que se limpien las calles y paredes. ¿Qué opina de ello?
No creo que vaya por ahí la solución. Si borran todo, lo van a volver a pintar. Lo que hay que hacer es pacificar los ánimos, o sea conseguir que haya un comportamiento distinto, lograr disminuir el enojo, la ira, etc. Eso no se va a arreglar limpiando las calles, esa debe ser la consecuencia (de la normalidad), no la causa.
¿Deberían dejarse estas pinturas en las paredes? ¿Tienen un valor?
Como dije antes, hay algunas cosas que son claramente una demostración visual de las inquietudes que tiene la gente, otras no y son simplemente textos sin mayor valor.
También hemos visto destrucción del patrimonio. ¿Ello dice algo del movimiento social o lo ve como algo aislado?
Yo creo que está incorporado, pero tiene otros motivos. Los monumentos cívicos, culturales o artísticos son intervenidos porque hay una no conciencia del valor que tienen, eso está provocado porque quienes lo hacen no tienen conciencia de la importancia que, para la mejor comprensión de la historia, tienen los monumentos, obras de arte o la arquitectura. Un incendio en un edificio cultural es el fruto de una mirada que no tiene conciencia del valor que tiene esa obra. Eso porque, lamentablemente, en la educación no hay una mirada formativa y ética que le explique a los niños por qué es conveniente dejar que ese monumento quede, a pesar de tener 200, 300 años porque forma parte del acervo cultural del país. Tú puedes hacer una historia del país por ejemplo, a partir de la arquitectura o del arte.
Estética y anestética
¿Hay una "estética" del estallido social?
Hay una estética. Que tiene cara y sello, dos rostros. El rostro positivo está dado por esta crisis que hace que mucha gente que no había tomado consciencia de los graves problemas que había en nuestra sociedad, ahora se den cuenta. Si tu te fijas, los políticos mismos que son muy remolones en la aprobación de las leyes, ahora en los últimos meses han aprobado casi todas las leyes, porque ellos no tenían consciencia de lo que estaba pasando. Creo que hay mucha gente que ha cambiado la actitud frente a su subalterno, que no puede ser tratado de grande a pequeño, sino con un grado de relación armónica y amistosa.
¿Cómo es eso estético?
Yo creo que el comportamiento estético está unido con el pensamiento ético. O sea un valor ético, como es por ejemplo la generosidad, es acompañada con un ordenamiento de la sociedad en torno a ese valor, la solidaridad. Pero el arte también apunta o invita a mirar desde esa perspectiva, de la generosidad, adhesión al otro, un pensamiento positivo frente a la vida y no simplemente uno destructivo. Por el otro lado de la moneda, mirado del punto de vista negativo, se ve que la ciudad, que por dios que ha costado construirla, de un día para otro sea destruida e incendiada es una "anestética", una falta de compromiso estético. Están entonces las dos caras.
Habrá un cambio en la expresión artística de algunos artistas chilenos desde este minuto en adelante? ¿Es un hito que sea capaz de marcar una etapa del arte?
Es difícil augurarlo o pensar que pueda llegarse a un cambio. Yo creo que algunas transformaciones se pueden producir desde aquellos artistas que tienen una mirada más crítica y reflexiva en torno a la realidad, hay otros que seguirán haciendo lo mismo, separado del contexto. Pero se me ocurre que otros van a asumir lo que está ocurriendo como fue en los '70 y en dictadura. Yo creo que ahora va a pasar algo parecido, los artistas van a reflexionar sobre lo que están viviendo. Se me ocurre de parte de aquellos artistas que tienen una mirada sociológica más sensible y una mirada política más cuestionadora de la realidad, que seguramente van a encontrar contenidos relacionados con la situación actual que han estado viviendo.
"No ha habido una acción desde la cultura tendiente a contribuir a apaciguar los ánimos"
Ya se cumplen cuatro meses desde el 18 de octubre. ¿Cómo ha visto la reacción en general de los museos de la zona cero o centros culturales durante este tiempo?
Defensiva. O se cierran, o abren por pocas horas, o se guardan las colecciones por el temor a que pudieran ser vandalizadas, etc. Pero yo creo que no ha habido una acción desde la cultura tendiente a contribuir a apaciguar los ánimos. Todos quedaron sorprendidos, yo nunca pensé, por ejemplo, que el Museo Violeta Parra, que es relativamente nuevo, que es de una figura completamente popular, muy arraigada en el alma popular, iba a ser incendiada.
¿Cuál sería el rol de los museos en este momento?
Yo pienso que debieran planificar. Eso supone un contacto directo con los artistas contemporáneos, que están mirando la realidad nacional, ver qué están haciendo ellos. Hacer una programación donde los artistas puedan manifestar visualmente el acontecer nacional.
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