17 alumnos de la Universidad Andrés Bello participaron en la clínica de arqueros de Claudio Bravo en Santiago
La séptima escala de la gira nacional del excapitán de La Roja fue en el Estadio Bicentenario de La Florida, con más de 300 niños, niñas y adolescentes. Junto a ellos, universitarios de las carreras de Entrenador Deportivo, Educación Física y Kinesiología, además de miembros de la selección universitaria, asistieron técnicamente a los participantes: “Tener a los estudiantes UNAB es una instancia magnífica”, dijo Bravo.
“¡Capitán, capitán!” fue el grito más escuchado durante la mañana del sábado 26 de julio en el Estadio Bicentenario de La Florida. ¿La razón? En el centro de la cancha estaba Claudio Bravo, histórico arquero de La Roja y capitán de la selección, dando el vamos a la séptima jornada de su gira nacional de clínicas deportivas para arqueros.
Con estos encuentros, destinados a niños, niñas y adolescentes que buscan seguir el camino de Bravo, el portero eligió decir adiós al fútbol profesional. La Universidad Andrés Bello es partner académico de la gira de despedida, y estará presente en 7 de las 16 clínicas con la participación de estudiantes de las carreras de Entrenador Deportivo, Educación Física y Kinesiología, además de miembros de la selección universitaria, quienes son parte del staff y están encargados de asistir técnicamente a los participantes. Una oportunidad única para poner a prueba todos sus conocimientos junto a un referente del fútbol nacional e internacional.
En La Florida, a la cancha entraron 17 alumnos de la UNAB, quienes trabajaron junto a los más de 300 participantes de la clínica de entrenamiento, grupo compuesto por vecinos de la comuna y miembros de la Asociación Nacional de Fútbol Amateur (ANFA).
Cristóbal Reimilla, estudiante de ingeniería civil en minas de la UNAB y miembro de la selección universitaria, fue uno de los 17 alumnos que estuvo en cancha junto a Claudio Bravo.
“Venir acá para apoyar a los niños es una oportunidad única, que no creo que se vuelva a repetir. Quiero agradecer a la UNAB y a todos quienes hicieron posible esta actividad”, dijo Reimilla, quien confesó que cuando vio las dos Copas América en la cancha –que fueron exhibidas durante la ceremonia de inauguración– “me entró un nerviosismo… pero es un sueño conocer al máximo referente de los arqueros”, dijo.
Para este encuentro, la Municipalidad de La Florida repartió 3.000 entradas gratuitas que fueron aprovechadas por muchas familias que llegaron en pleno a ver al líder de la Generación Dorada, quien inauguró la actividad reforzando una idea que, a estas alturas, se ha convertido en su mantra de despedida: a través de estas actividades lo que menos busca es un homenaje, sino contribuir a la formación de tantos deportistas que, como él, la tuvieron difícil para alcanzar la práctica profesional.
“Creo que las cosas simples de la vida son las que nos llevan a lograr grandes cosas, así es que agradezco de corazón esta oportunidad. Agradezco también la presencia de los padres, que son una parte fundamental de todos esos pequeñitos que sueñan con poder conseguir algún día una copa para nuestro país”, dijo Bravo durante su discurso.
“El 80% o más de ellos nunca habían tenido la oportunidad de pisar una cancha como esta, y tener la ayuda de profesionales como los que tenemos hoy día es muy bueno. El mensaje es simple: yo nunca tuve esas ayudas, nunca tuve esta cancha, nunca tuve graderías como estas, sólo logré ser alguien en la vida en base al sacrificio, a la constancia y a tener un sueño”.
Si él pudo, yo también puedo
Mientras los arqueros practicaban atajadas junto a Claudio Bravo y su staff, al borde de la cancha los observaba el extenista Jaime Fillol, otro referente del deporte chileno y actual director del Instituto del Deporte y Bienestar UNAB. Aunque a lado de Bravo –dice– se sintió “un hincha más” durante la inauguración de la clínica deportiva.
“Era uno más de los que estaba ahí celebrando esta oportunidad, porque Claudio Bravo es un extraordinario deportista y los mensajes que está comunicando con esta serie de despedidas son muy interesantes: dice que las cosas se pueden hacer bien. Dice también que no viene a que lo aplaudan, viene a enseñar. ¿Ves cómo ahora está peloteando con los chiquillos? Eso es una instancia muy bonita que va más allá de lo deportivo. Esta no es una despedida: es el inicio de un camino que sigue ligado a lo que ama, que es el deporte. Está pensando en dejar un legado”.
Fillol cuenta que precisamente con ese ambiente es con el que se enriquecerán los jóvenes de la UNAB que están apoyando académicamente estas clínicas deportivas.
“Para la UNAB es muy importante ser parte de esta despedida, ya que oportunidades como esta nos permite conectar a nuestros estudiantes con niños y jóvenes que tienen el sueño de ser arqueros. Para nosotros también es una oportunidad académica y de enseñanza”, dice.
Mientras, en las graderías, papás, mamás y familiares de los pequeños y pequeñas arqueros estaban emocionados viendo a sus hijos correr junto a quien durante tantos años hizo disfrutar a todo un país de sus logros deportivos. “Es fantástico que haya estudiantes orientando, viendo cómo se manejan los niños, que ellos estén bien seguros”, dijo Patricia Díaz, mamá de Benjamín Vásquez, de 10 años.
“Tener a los estudiantes UNAB es una instancia magnífica”, afirmó Claudio Bravo al final de la jornada. “Yo no tuve a esa edad ayuda de profesionales y pude desarrollarme. ¿Qué quiere decir eso? Que si les damos más ayuda les damos la oportunidad de pensar: si él pudo, yo también puedo”.
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