Por peso, soluciones aerodinámicas, dirección, suspensión y respuesta de la caja, siento que la Kawasaki Versys 1000 fue una compañera precisa en una trayectoria rutera entre Santiago y Coquimbo, para luego de dos días retornar a la capital.

Es que esta moto japonesa completa con eficacia el formulario base de una trail exitosa: muy cómoda para emprender viajes largos, agilidad y una mecánica tomada de las comarcas de tono más racing.

La calificación de gran partner rutera tiene que ver con los fuertes vientos que enfrentamos (fue un viaje de a dos) en la zona de los parques eólicos y otras pasadas famosas por sus persistentes ráfagas (El Teniente, Canela y Amolanas). Más allá de los tips generales de bajar marchas, reducir la velocidad y afirmar con todo lo que tenemos la dirección, la Versys 1000 tuvo más de un millar de kilómetros para interpretar su real valía en el viaje por carreteras asfaltadas. Ah, y una pantalla cuya altura se puede regular y colocar más alta para este tipo de traslados.

De color naranja con maletas laterales originales de 28 litros cada una, en estacionamiento atrae curiosos. No pocos. De todo su trazo, claramente podemos convenir que se hace con el embrujo agresivo de la familia Ninja, adaptado a una trail de robusta presencia en el camino.

El motor proviene de la Z1000, pero su gracia radica en certeras revisiones que lo han dejado muy bien dispuesto para responder con plenitud a bajo y medio régimen.

Es una moto que con todo su caudal de potencia, es decir, sus 120 Hp, sorprende por la finura agacelada de su avance. El trabajo de la entrega desde ese rango está tan bien logrado, para el tipo de moto que es, que muchas veces me encontré algo pegado en la cuarta marcha, sin haber tenido la necesidad de engranar la siguiente o bajar, aunque con la velocidad sí fui a más. Y a menos. Grandioso. Por esto es que enfrentados a rebases que hay que ejecutar con todo, la aceleración se nos presentó bastante endemoniada, ahí cuando buscamos bien arriba y llevamos la moto seteada para que lo exponga todo. Es que la entrega de potencia obedece a dos modos programables: el Full donde disponemos de todo lo que tiene y otro Low que la &"tranquiliza&" para que sólo comparta tres cuartos de su munición. La intrusión del control de tracción también es programable en niveles de 1 a 3, siendo el 3 el que nos da más asistencia. También se puede desconectar totalmente.

Sigamos el viaje porque debo contarles que esta Versys 1000 sale de las curvas sin titubeos. Acá una observación: no pocos notarán que el tren delantero es algo ligero, pero que luego de conocer mejor el andar de la moto, se tiende a olvidar esta idea.

Su frenada ha sido mejorada respecto de modelos precedentes, es bien directa, transmite confianza, aunque se deja notar un leve hundimiento en su horquilla delantera. A alguien podría desagradarle esta peculiaridad. A mí, en absoluto.

El asiento del conductor cumple en cuanto a comodidad, pero en el viaje al norte noté cierto cansancio que atribuyo a una dureza que puede y debe escalar hacia mullidos mejor logrados, sobre todo teniendo en cuenta la naturaleza crucero de esta máquina. ¿El asiento del acompañante? Lo consulté: sin quejas, es más, lo encontró mejor al de una trail alemana y otra japonesa en que hemos andado antes.

Ficha Técnica

» Motor: 1.043 cc

» Refrigeración: líquida

» Relación compresión: 10,3:1

» Transmisión: MT 6 vel.

» Potencia: 120 Hp a 9.000 rpm

» Par máximo: 102 Nm a 7.700 rpm

» Altura al suelo: 840 mm

» Peso: 239 kilos

» Precio: $ 10.990.000