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Marco Rubio gana peso en el gabinete de Trump y se perfila para disputar candidatura de 2028 con J. D. Vance

Hablando de un posible sucesor, Trump se refirió a su secretario de Estado y a su vicepresidente en el programa “Meet the Press”, encendiendo una temprana carrera primaria en el Partido Republicano. De todos modos, admitió que de momento Vance podría tener ventaja.

Marco Rubio y JD Vance durante un acto oficial en la Casa Blanca, en Washington. Foto: Archivo

Quizás, en el fondo, la idea era hacerlos competir para que trabajen con más ganas. En una entrevista para la televisión, el presidente estadounidense Donald Trump encendió la batalla por la candidatura republicana de 2028, asegurando que tanto Marco Rubio, su secretario de Estado, y J. D. Vance, su vicepresidente, serían buenos sucesores. Si la mención a su número dos era esperable, la del jefe de la diplomacia sorprendió y muestra hasta qué punto el exsenador por Florida está subiendo en el gabinete y en el partido.

Aun cuando Trump lleva tiempo hablando de ser él el candidato republicano en 2028, pese a que la Constitución estadounidense no permite un tercer mandato, en una reciente entrevista con el programa “Meet the Press” de la cadena NBC descartó esa idea, respaldando en cambio a Rubio y Vance. Así, aseguró que el vicepresidente es “un tipo fantástico y brillante”, y el secretario de Estado “genial” para estar al frente del movimiento Make America Great Again (MAGA).

De todos modos, admitió que de momento Vance podría tener ventaja. “Ciertamente, dirías que alguien que es el vicepresidente, si esa persona es sobresaliente, supongo que tendrá una ventaja”, indicó en la entrevista.

Pero Rubio, sin duda, está ascendiendo en el mundo de Trump: a comienzos de mes el presidente lo nombró asesor interino de Seguridad Nacional tras la salida de Mike Waltz. Así, Rubio es la primera persona en ocupar este cargo y ser secretario de Estado simultáneamente desde Henry Kissinger, a mediados de la década de 1970.

El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, en un viaje a París para discutir por el conflicto en Ucrania. Secretary Marco Rubio

Rubio, exsenador republicano por Florida, había sido un rival crucial del candidato Trump en las primarias presidenciales de 2016. Ahora ha pasado de ser alguien a quien Trump llamaba despectivamente “Little Marco” a convertirse en un poderoso “Big Marco”, ocupando a la vez cuatro puestos de liderazgo: secretario de Estado, asesor interino de Seguridad Nacional, administrador interino de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y archivista interino de la Administración Nacional de Archivos y Registros.

“El ascenso meteórico de Rubio en la órbita de Trump ha coincidido con su apoyo a políticas que sus colegas demócratas y algunos republicanos consideran irreconocibles respecto de las que defendió como senador y candidato presidencial”, destaca The Washington Post.

Al respecto, la agencia Bloomberg agrega: “El ascenso de Rubio es uno de los giros más sorprendentes del segundo mandato de Trump, ya que se ha desprendido de muchas opiniones mantenidas anteriormente –sobre el presidente ruso Vladimir Putin, la OTAN, el valor de la USAID– para adoptar un tono mucho más estridente que atrae a la base del presidente”.

Asimismo, apunta el Post, un componente clave del ascenso de Rubio es su capacidad para cultivar aliados nuevos y de larga data. Cuenta con una poderosa defensora en la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles, una compatriota floridana con quien mantiene vínculos de años. Wiles respaldó a Rubio para vicepresidente antes de que Trump se decidiera por J. D. Vance y también lo respaldó para asumir el cargo adicional de asesor de Seguridad Nacional, según fuentes familiarizadas con el asunto.

Rubio, además, se ha propuesto ganarse el apoyo de otras personas influyentes en el entorno de Trump, como Stephen K. Bannon, presentador del podcast “War Room”, y Donald Trump Jr., en cuyo podcast apareció el mes pasado. Bannon le ha aconsejado a Rubio cómo atraer a los más fieles de la base de Trump, según dos personas con conocimiento de sus interacciones.

Con sus declaraciones en “Meet the Press”, Trump alienta una batalla entre los dos principales pesos pesados de su administración. Desde hace tiempo, en el Senado, Marco Rubio y J. D. Vance son amigos, pero se espera que los medios estadounidenses exploten la posible rivalidad entre ambos durante los próximos tres años.

Al respecto, cercanos a ambos políticos hablaron para NBC y aseguraron que las expectativas de un duelo entre ambos eran prematuras y exageradas. “Los dos son aliados ideológicos y buenos amigos”, indicó el medio norteamericano. “Tienen una muy buena relación personal y profesional, así que si ambos se presentan, no tengo dudas de que habrá una conversación al respecto de antemano”, dijo a la cadena de televisión una persona familiarizada con su relación.

JD Vance y Marco Rubio en un encuentro entre delegaciones norteamericanas y ucranianas en Munich. Foto: Archivo Leah Millis

De las personas entrevistadas por NBC, tres cercanas a Rubio hablaron del “alto rango” de J. D. Vance, en tanto vicepresidente. Así, reconocieron que, aun con la ambición presidencial que el secretario de Estado no ha escondido y que lo llevó a las primarias republicanas en 2016, es Vance el que tendría el “primer derecho a rechazar” una nominación del partido en 2028.

Aliados, estrategas e incluso algunos demócratas afirman que el enfoque asertivo de Vance podría dar sus frutos si se postula a la presidencia en 2028. “Es tan comprometido y activo como cualquier vicepresidente que recuerde”, declaró a USA Today el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, republicano por Louisiana.

A sus 40 años, Vance es el vicepresidente más joven desde Richard Nixon. Además, es el primer millennial en estar a un paso de la presidencia, recuerda el periódico.

De todos modos, quien se perfila como “el primer presidente latino de Estados Unidos” tiene motivos para creer en su potencial, ya que su popularidad ha ido creciendo, aunque se mantiene en los “dígitos de un número”. Una encuesta reciente de The Economist y YouGov reveló que el 43% de los republicanos e independientes “con tendencias republicanas” elegiría a Vance como su candidato republicano “ideal”, seguido por Donald Trump Jr. (11%), el gobernador de Florida Ron DeSantis (8%) y Marco Rubio, con el 4%.

Pero en el oficialismo se valora la lealtad de Rubio con el inquilino de la Casa Blanca. “Demostró algo que Trump valora por encima de cualquier otra cualidad”, manifestó a NBC un veterano agente republicano que anteriormente apoyó a Rubio: “Lealtad a Trump mientras sale a predicar el evangelio de Trump”.

Críticos de Rubio, no obstante, le recriminan su campaña de 2016, en la que se mostró como un candidato más cercano al establishment que Trump. En todo caso, ese Rubio, el de hace ocho años, es muy distinto del actual que estaría “abrazando los valores MAGA”, asegura la prensa local.

Por su parte, J. D. Vance se refirió a la supuesta rivalidad. En una entrevista en Fox News, el vicepresidente se rio de las noticias que aseguran que el presidente Donald Trump está avivando la tensión entre ellos: “Para nada. Marco es probablemente mi mejor amigo en la administración. Nos vemos y hablamos todo el tiempo. Está haciendo un muy buen trabajo”.

JD Vance hablando en Munich, en un encuentro con el secretario general de la OTAN. Foto: Archivo Leah Millis

En una columna de opinión, la asesora republicana Myra Adams escribió en The Hill: “En cualquier caso, se espera que las primarias presidenciales republicanas se centren completamente en Trump, con un drama complejo y muchos factores en juego. Estos factores incluyen consagrar el importantísimo legado personal y presidencial de Trump, una posible dinastía familiar y asegurar la nominación de un ‘heredero del movimiento MAGA’ digno de ese título: alguien que pueda obtener 270 votos electorales en nombre de Trump”.

Por su parte, por primera vez en semanas, el presidente Trump comienza a despedirse de la idea de un tercer mandato, aunque no le cierra la puerta totalmente. En su entrevista con “Meet the Press” admitió: “Mucha gente quiere que lo haga. Es algo que, hasta donde sé, no está permitido. No sé si es constitucional… Pero no es algo que pretendo hacer”.

De todos modos, las tiendas oficiales del presidente, las “Trump Stores”, ya venden merchandising mirando a 2028: gorros, camisetas y vasos con el lema “Trump 2028”. Cuando le preguntaron al respecto, el mandatario republicano indicó que “hay mucha gente que vende la idea de 2028, pero no es algo que yo busque”.

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