Es un nombre griego y tiene un significado específico: protector o defensor. Y en el caso de Sánchez, no puede ser más cierto, porque hoy Alexis es hoy el mayor custodio del fútbol chileno; lo probó el 4 de julio, en el Estadio Nacional, cuando selló la corona de la Copa América picando el balón desde el punto penal, dejando sin opción al arquero Sergio Romero. Y lo probó anoche, en otro Nacional, el de Lima, cuando se convirtió en la pieza decisiva de la victoria chilena sobre la selección peruana.

Ahí mostró buena parte de su repertorio. En el primer tanto, ganó la diagonal para aprovechar el pase de Mauricio Isla, su ex socio del Udinese, y batió a Pedro Gallese. En el segundo, metió el pase profundo que dejó solo a Jorge Valdivia, quien tocó hacia el centro para el gol de Eduardo Vargas. En el tercero, en cambio, apareció por sorpresa y conectó con sutileza el pase de Marcelo Díaz, enviando el balón con tal precisión que dio en el poste derecho para entrar suavemente en el arco local.

Su fiesta personal continuaría en el segundo tiempo, cuando se llevó a Luis Advíncula y se adentró en el área para habilitar a Vargas, quien, con su sangre fría habitual, frenó para descolocar al arquero peruano y anotar con total libertad.

Sánchez, a esas alturas, ya había dejado atrás a Carlos Caszely en la lista de artilleros históricos de la Roja. Estaba igualado con el Chino, en 29 aciertos, pero con los dos de anoche, el ídolo del Arsenal llegó a  31, a sólo tres dianas de Iván Zamorano y a seis del más grande, José Marcelo Salas.

Y camino le queda mucho. Tiene apenas 26 años (cumple 28 el 19 de diciembre) y le restan decenas de partidos por disputar. Por eso, podría decirse su registro recién está a mitad de camino aún.

De paso, su presentación sirvió para demostrar que los encantos chamánicos sirven de muy poco para frenar al talento. La caparazón de tortuga sobre su camiseta, rito realizado en las horas previas al choque eliminatorio, tuvieron nulo efecto en la velocidad y el talento del nortino. Ni siquiera afectó su nivel de autoexigencia, pues corrió hasta el final e incluso reprendió a González y Vargas durante el segundo tiempo, quizás en su eterno afán de recibir el balón, de jugar y jugar, como si estuviera en una playa de su natal Tocopilla.

Renovación millonaria

Sus brillantes actuaciones en la Copa América y en las Eliminatorias se suman a su resurrección goleadora en la Premer League. Todo, en el contexto de la negociación de los Gunners con su máxima estrella, a la que le ofrecerán un aumento de sueldo para mantenerlo en sus filas. Para eso, debería convertirse en el mejor pagado entre los pupilos de Arsène Wenger, posición que por ahora ostenta el volante alemán Mesut Özil, con 140 mil libras semanales (US$ 216 mil). El chileno está a 10 mil libras de esa cifra (US$ 198 mil cada siete días).

Luego de su actuación de anoche, sin duda que los londinenses no lo pensarán dos veces antes de alzar las remuneraciones del ex Cobreloa; no será Cronwell, pero también sabe proteger los intereses del Arsenal. Por eso, saben que tienen a uno de los mejores delanteros del mundo y no lo dejarán partir.