Se trataba de un vuelo de rutina que despegaba del principal aeropuerto de España hacia Las Palmas de Gran Canaria. El JK5022 de Spanair transportaba a 166 pasajeros, entre los que se encontraban dos niños y nueve tripulantes. La salida -inicialmente programada para las 13:00 horas locales (07:00 horas de Chile)- debió ser retrasada hasta las 14:30 horas locales, tras una inspección técnica, que lo dejó listo para despegar.

"Te quedas mirando por azar, ves tantos aviones despegar, y te llama la atención que ese avión se está comiendo la pista, que se come la pista, y que llega el momento en el cual tiene que despegar, que sabes tú dónde está el punto, y que el avión se ha comido la pista. Y dices madre mía, madre mía, madre mía, y notas que el avión ha despegado. El avión ha subido 200 pies (60 metros,) por lo menos, y notas una bola de fuego, o sea una explosión y bum, de que le ha reventado un motor", así describe el momento en que el avión inicia su despegue, una testigo entrevistada por la cadena de radio española Ser.

"Y ves como cae, como si fuera una hoja que se desprende del árbol y va cayendo. El avión ha despegado, afortunadamente ha volado, ha tomado aire por así decirlo, porque si ese avión no despega, ahora mismo no estaríamos hablando de supervivientes pero para nada", agrega.

Según el relato de personal de los equipos de emergencia, entrevistados por la radio Ser, gran parte del avión se quemó.  "Me he acercado al lugar mismo del siniestro donde ha acabado posandose el aparato. La cola del aparato -para que os hagáis una idea- está totalmente separada del resto. Yo he visto un gran cráter, con muchísimos restos de asientos, hasta turbinas y fuselaje. El avión se ha ido arrastrando y despedazando a medida que iba haciendo este aterrizaje forzoso al no conseguir elevar el morro", dice.

Sin embargo, estos no son los únicos testimonios. Cuando ya han pasado 24 horas desde el fatal accidente, las distintas versiones abundan. Por ejemplo, está la de un piloto que desde una pista cercana profetizó lo que pasaría. "Ese avión no despega, se come la pista", afirmó el tripulante, procedente de Guayaquil.

Por su parte, los relatos de los pasajeros del vuelo son estremecedores. "Cuando desperté supe que estaba entre un amasijo de hierros, pero ni me di cuenta del fuego. Sólo oía a la gente gritar: '¡Me ahogo! ¡Me ahogo!", señaló Rafael Vidal, de 30 años, al diario español El País. Igual de dramático es el relato de uno de los bomberos que participó en el rescate. El socorrista Francisco Martínez comentó que entre los rescatados, estaba un niño que preguntaba constantemente "dónde estaba mi padre y cuándo se termina la película". Martínez, además, relató la historia de una madre que le pidió que primero rescatara a su hija de 11 años antes que a ella, quien finalmente falleció.

Otra historia que hoy remeció a España, es la de un hombre que intentó bajar del avión luego de percatarse de que éste tenía fallas, pero la tripulación no se lo permitió. "Amor, se me averió el avión", fue el mensaje de celular que recibió la viuda de una de las víctimas. Ésta llamó  a su esposo para pedirle que bajara del avión, pero su marido le respondió: "no me dejan".