Cantatore, profesor de Elías Figueroa
El entrenador también marcó a muchos jugadores en Chile.

El entrenador fue un reflejo del futbolista. "Hacíamos una muy buena dupla de zagueros", explica Elías Figueroa, que coincidió con Cantatore en Santiago Wanderers una buena época (1963-70) y del que Cantatore siempre dijo que "entonces ya se perfilaba como un superclase". "Yo era muy joven y él ya tenía mucha experiencia", insiste Figueroa.
"Mi recuerdo es el de un gran jugador, pero sobre todo una gran persona fuera de las canchas. Fue muy bueno encontrarme con él". Aquel Cantatore estaba a punto de finalizar su carrera de futbolista, iniciada en Argentina, en San Lorenzo de Almagro, en 1955, y dar paso al DT que el portero Óscar Wirth iba a conocer como casi nadie. Estuvo a su mando en tres etapas (Cobreloa, Valladolid y Universidad Católica), que hoy actúan como un recuerdo imborrable. "Salimos dos veces campeones de Chile y otras dos subcampeones de América en la Libertadores (con Cobreloa)".
"Era un DT que confiaba mucho en el jugador, exigente pero a la vez ameno. Me enseñó a querer el fútbol y alimentó como nadie mi profesionalismo", insiste Óscar, que hoy tiene 59 años y un agradecimiento eterno a don Vicente. "Cuando yo estaba en Alemania, tuve una conversación con él. Me posibilitó la idea de ir al Valladolid, donde había un equipo que, a la larga, ha sido muy recordado con jugadores como Onésimo, Moya, Torrecilla o Minguela". El jefe de operaciones era Cantatore, que Wirth siempre recordará como "una de esas personas capaces de ver más allá del fútbol. Un hombre que a veces tuvo que tomar decisiones dramáticas en las que, pese a todo, siempre propiciaba el entendimiento". Todo un legado, parte, en realidad, del legado de Vicente Cantatore Socci que el 12 de junio de 2000 decidió por voluntad propia dejar de ser técnico.
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