Maltrato físico entre los propios compañeros de curso, insultos a través de sus fotologs y hostigamiento sicológico, son algunas de las manifestaciones del bullying -o matonaje escolar-, un fenómeno que en los últimos años ha comenzado a hacerse cada vez más visible, en especial luego de que algunos de estos casos han llegado a tribunales.

No se trata sólo de un fenómeno de percepciones: las denuncias asociadas a este problema durante el primer semestre del año aumentaron en un 43% respecto del mismo período. Mientras, las denuncias por discriminación -por déficit atencional, apariencia personal o de origen facial-, aumentaron en un 55,5% en  el mismo período.

Las cifras corresponden al primer catastro de denuncias asociadas a maltrato y discriminación elaborado por el Ministerio de Educación (Mineduc), el que recurrió a su Oficina de Atención Ciudadana para obtener los datos. Esta última habilitó en enero de 2007 un servicio de denuncias, a través de sus oficinas y de su página web www.600mineduc.cl.

PREOCUPACIÓN CRECIENTE
Mientras muchos países llevan varios años de políticas contra estas acciones -hay más de mil estrategias definidas en el mundo con buenos resultados-, Chile está recién comenzando el camino. De hecho, hace diez años este tema ni siquiera existía como una categoría y los casos se trataban en un esquema de "mala conducta".

"Este informe nos ayuda para armar programas de convivencia escolar, motivar mucho más la actividad física, la recreación y el compartir padres con hijos", señala Martínez, quien asegura  que el Mineduc espera aplicar medidas inmediatas para mejorar la convivencia en los colegios (como el lanzamiento de un portal de convivencia escolar).

En el extranjero existen ejemplos a seguir. Por ejemplo, en EE.UU existen programas de capacitación de profesores y clases de 20 a 40 minutos a los menores para enseñarles a manejar su rabia y a resolver sus conflictos. Suecia, en tanto, ostenta los índices más bajos de violencia en las escuelas (con un 9%) producto de sus políticas anti-bullying.

MÁS DENUNCIAS EN PRIMAVERA
El estudio también revela una tendencia llamativa: los dos meses del año que concentran las mayores denuncias son octubre y noviembre. Llegan a 200 al mes.

Juan Pablo Westphal, sicólogo de la Clínica Santa María, indica que "ocurre un fenómeno en primavera que tiene relación con depresiones estacionales". Y, añade: "Cuando una persona está deprimida tiene cambios de carácter", lo que se expresa en más irritabilidad y violencia.

Los expertos afirman que la edad en que el matonaje alcanza su punto máximo es entre los 10 y 13 años. No obstante, coinciden en que el fenómeno se está adelantando. Hoy ya se ven casos en primero básico e, incluso, entre los preescolares.

En este sentido, aseguran que  esta etapa es vital para detener a los niños más violentos y ayudar a los agredidos a superar el problema. Ello, pues los niños de esta edad utilizan la agresión verbal y social directa (rechazo o golpes cara a cara), pero no la agresión social indirecta, como esparcir rumores.