CE abre la puerta para la desaparición de las monedas de 1 y 2 centavos de euro

La Comisión Europea ha abierto un debate sobre el futuro de estas piezas, en el que se analizará el uso que se da a estas monedas y los costes que asumen los países para producirlas, mayor al valor real de estas tienen.




La Comisión Europea (CE) abrió hoy la puerta a la desaparición de las monedas de uno y dos céntimos de euro, según expuso en un documento con el que busca abrir un debate sobre el futuro de estas piezas.

El Ejecutivo comunitario ha presentado una comunicación (documento no legislativo) a petición del Parlamento Europeo (PE) y los Estados miembros en el que analiza el uso que se da a estas monedas y los costes que asumen los países para producirlas, mayor al valor real de estas piezas.

"La CE ha consultado a asociaciones empresariales y de consumidores, tesorerías, casas de moneda y bancos centrales sobre los pros y contras de continuar la emisión de monedas de uno y dos céntimos", dijo el vicepresidente de esta institución y responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, en un comunicado.

El documento plantea cuatro posibles escenarios para el futuro de estas piezas, de modo que el primero de ellos establece que se mantenga su emisión en las mismas condiciones que ahora.

El segundo propone que esas monedas sigan en circulación, pero disminuyendo los costes de producirlas, ya sea cambiando el material del que están fabricadas, incrementando la eficiencia en el proceso de su producción, o combinando ambas medidas.

"Esto trataría el problema que afrontan la mayoría de los países de la zona del euro, que asumen pérdidas causadas por unos costes de producción que exceden de lejos el valor real de las monedas", indicó la CE, que calcula que los Estados podrían haber perdido 1.400 millones de euros desde 2002 por este motivo.

La Comisión sugiere la retirada rápida de estas piezas como tercera opción, con la paralización de la fabricación de las mismas y poniendo en marcha su retirada a través de los bancos y los minoristas en un plazo predeterminado.

A la vez, entrarían en vigor "normas de obligado cumplimiento para el redondeo desde el primer día en que comenzase el periodo de retirada, tras el que las monedas dejarían de ser monedas de curso legal.

Finalmente, la Comisión plantea una cuarta vía que tendría el efecto de una retirada, pero "de otra manera", al apostar por que éstas fueran desapareciendo de la circulación de manera gradual "debido a su alta tasa de pérdida y su falta de atractivo como un modo conveniente de pago".


Para ello, se dejaría de emitir estas monedas y se aplicarían también normas obligatorias de redondeo, aunque las piezas podrían seguir siendo usadas "solo para el pago de la suma final redondeada", explicó la CE.

Una vez presentado este documento, "ahora llevaremos más lejos esta discusión con las partes interesadas y los Estados miembros para ver si hay una clara preferencia en la que basar una propuesta legislativa", informó Rehn.

Las monedas "pequeñas" representan hoy la mitad de las piezas en circulación en la zona del euro, señaló la CE, y presentan "una alta tasa de pérdida" debido a que la gente tiende a considerar que no tienen valor y en ocasiones termina por no utilizarlas a la hora de pagar.

Sin embargo, también existe una cierta reticencia ciudadana ante su retirada, debido al temor a que aumenten los precios y las reglas de redondeo podrían provocar una "reacción negativa", según la Comisión.

Desde la entrada en circulación de la moneda única en enero de 2002, los países de la eurozona han emitido más de 45.800 millones de monedas de uno y dos céntimos, lo que equivale a 137 de estas piezas por ciudadano.

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