En un restaurante chino del barrio Patronato departen Pedro, Juan y Diego, el último de los cuales cumple con "pagar el piso" en la compañía de aseo donde el primero es jefe. El festejado, en realidad, quiere irse, lo que es casi una provocación para Pedro, quien ahonda en diatribas racistas y patrioteras, al punto de entrar en conflicto con Lautaro, el cocinero mapuche del lugar. Es el comienzo de una escalada de violencia que incluye al silencioso dueño del local y a una cajera que huye, pero que tiene la mala ocurrencia de volver. SchopSui da luces sobre el carácter multiétnico y pluricultural del sector en el que se ambienta, pero restringe su intriga al interior del restaurante. De este pie forzado nace una película capaz de generar al inicio ciertos grados de tensión, pero no de alimentarla y tampoco de complejizar a los personajes: el paisaje humano, de hecho, se convierte en mera ilustración de distintos arquetipos y de los discursos asociados a la tolerancia y la discriminación. Así es como la lógica expositiva y aleccionadora se impone a la tensión de una situación extrema.