Empresaria portuguesa ofrece acompañantes locales a los turistas
"Rent a local friend" es un servicio que permite conocer ciudades como Lisboa de una forma diferente.
La mejor forma de conocer una ciudad es con alguien que viva en ella y la conozca bien, es por eso que muchas veces algunas personas se convierten en improvisados guías turísticos.
Aunque complementar esta misión con las tareas cotidianas puede generar un estrés, es por eso que una empresaria portuguesa encontró la solución: un amigo de alquiler.
El sitio El Periódico.com publica recientemente que Alice Moura, una luso-brasileña de 26 años, tuvo esta idea en el año 2008, cuando cursaba un máster de periodismo en Londres.
"Tenía un blog para los amigos con sugerencias de actos y espectáculos. Me convertí en una especie de referencia underground. Cuando el primo o el amigo de alguien venía a Londres, me decían: '¿No quieres llevarlo a pasear?'. Cada vez me lo pedían más, por lo que decidí hacer de eso un negocio, y comencé a responder: '¿Me quiere alquilar durante un día?'. Poco después nació 'Rent a local friend'".
AMIGO DE ALQUILER
Hace un año existe este servicio en Lisboa. El precio de un amigo o amiga de alquiler es de 70 euros (más de 52 mil pesos) por ocho horas y 45 euros (casi 34 mil pesos) por cuatro horas para grupos de hasta seis personas.
El objetivo de esta iniciativa es conocer las ciudades de otra forma, ya que cuando se tiene un amigo local, éste permite llevar al visitante a los lugares que suele frecuentar.
Por ejemplo, si en una ciudad como Lisboa el turista no ha conocido sitios como las terrazas del café Noobai y del Adamastor, en el mirador de Santa Catarina; la terraza del Hotel Bairro Alto o la de la Cantina das Freiras, ambas en el Chiado; si no ha visitado tiendas como Trem Azul (la mejor en discos de jazz) o La Vida Portuguesa (de antiguos productos tradicionales); probablemente necesite un amigo que lo ayude a descubrir los secretos mejor guardados de la capital portuguesa.
SERVICIO TURISTICO
Según Alice, la mayor parte de sus clientes son ingleses. Aunque también algunos portugueses la contratan para entretener, mientras trabajan, a visitas que vienen del exterior.
Esta empresaria define el recorrido después de ver el cuestionario que cada cliente completa con antelación en la web, donde se le pregunta por sus gustos y aficiones.
Aunque el problema surge cuando al cliente no le gusta nada. "Siempre hay pesados", asegura la responsable de esta empresa, que ya se ha expandido a otras ciudades del mundo.
En diciembre amplió el servicio a otras ciudades como Río de Janeiro, Sao Paulo, Londres, París, Miami, Hawai y Shanghai. Recientemente inauguró este sistema en Barcelona y el próximo destino será Delhi, en la India.
Algunos detalles cambian de ciudad en ciudad, pero el concepto general siempre es el mismo, y todos los anfitriones son contactos personales de Alice, quien centraliza y gestiona las reservas.
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