Opinión

Brechas de género y sus causas aún en debate

Esta columna fue escrita con Josefa Aguirre-Brautigam, Universidad de Columbia, Teachers College.

En los países que componen la OECD el salario promedio de una mujer que trabaja a tiempo completo representa el 86% del que percibe un hombre. En Chile esta brecha salarial aumenta en 7 puntos: Una mujer que trabaja a tiempo completo gana un 21% menos que un hombre. Si bien, parte de esta diferencia podría deberse a prácticas discriminatorias hacia las mujeres, estudios recientes sugieren que parte importante de la brecha podría ser explicada por diferencias en ocupación. Hombres y mujeres están segregados por ocupación, siendo aquellas  predominantemente masculinas las que registran los mayores salarios.

La baja representación de mujeres en determinadas industrias y ocupaciones está dada tanto por un menor ingreso como por una mayor salida de mujeres de áreas predominantemente masculinas. Llama especialmente la atención la falta de mujeres en las denominadas disciplinas STEM (acrónimo en inglés para ciencias, tecnología, ingeniería y matemática), particularmente en aquellas que son intensivas en matemáticas, como lo son la ingeniería, economía, matemática, informática y ciencias físicas.

En Chile, la segregación en el acceso a distintas disciplinas es claro. En 2017, aproximadamente un 54% de quienes se matricularon en alguna carrera universitaria eran mujeres. Sin embargo, en áreas como ingeniería, industria y construcción, el porcentaje de mujeres matriculadas ascendía a sólo un 26%. Algo similar ocurría en ciencias donde el porcentaje de mujeres representa cerca de un 30%.

¿Podríamos reducir la brecha salarial impulsando a más mujeres a disciplinas hoy predominantemente masculinas? Esta pregunta es más compleja de lo que parece a primera vista. Datos iniciales indican que, a 16 años de haber egresado de enseñanza media, los ingresos salariales son aproximadamente un 25% más alto para individuos que ingresaron a carreras en universidades del CRUCH en ingeniería, industria y construcción o en ciencias físicas, comparado con individuos que ingresaron a carreras universitarias en otras disciplinas. Sin embargo, estos datos deben ser interpretados con cautela, ya que parte de las diferencias que observamos podrían deberse a las diferencias entre los individuos que eligen una u otra disciplina, no pudiendo atribuirse directamente al efecto de acceder a una disciplina predominantemente masculina.

Por medio de nuestro estudio buscamos estimar de manera rigurosa el efecto qué ingresar a disciplinas predominantemente masculinas tiene para los individuos, haciendo la distinción entre los efectos para hombres y mujeres. Resultados preliminares, sugieren que, si bien los retornos de acceder a dichas disciplinas son en promedio positivos, las mujeres se ven menos beneficiadas en términos de ingreso que los hombres cuando acceden a disciplinas dominadas por hombres.

En la literatura de género se discuten múltiples razones por las cuales acceder a una disciplina predominantemente masculina podría ser menos rentable para mujeres. Entre ellas destaca, por ejemplo, que las mujeres tienen una mayor preferencia por la flexibilidad laboral, lo que probablemente se relaciona con el mayor tiempo que las mujeres dedican al cuidado de los hijos y del hogar, y que en la práctica puede ser penalizado en términos de salario, especialmente en disciplinas donde predominan los hombres (Goldin, 2014). Destaca además el aislamiento que muchas veces las mujeres enfrentan en dichas ocupaciones, la falta de mentorías y redes profesionales y además de las hostilidades de una cultura machista estereotipada y potenciales discriminaciones.

El próximo desafío de nuestro estudio es analizar las diferencias salariales que enfrentan, tanto hombres como mujeres, cuando acceden a disciplinas predominantemente masculinas en relación a aquellas con una mayor cantidad de mujeres. Esto con el fin de  comprender las consecuencias efectivas, que impulsar a mujeres hacia dichas áreas, podría tener sobre la brecha salarial y sobre la tasa de empleabilidad.

Al mismo tiempo, será fundamental comprender a nivel empírico las condiciones del mercado laboral actual. Queremos comprender  hasta qué punto las mujeres se están viendo perjudicadas en términos de ingreso en dichas disciplinas y cuáles son las principales causas que explicaría dichas diferencias. Esto con el  fin de poder diseñar políticas públicas que efectivamente contribuyan a reducir estas brechas, que a largo plazo generarán una sociedad más igualitaria en términos de oportunidades y un mayor bienestar.

Esta columna de opinión está basada en el working paper: "Estimating the causal effects of accessing male-dominated fields for women" en el que participa también  Alex Solis de la Universidad Uppsala.

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