Codelco no es un ministerio
El informe de la comisión investigadora sobre el acuerdo entre Codelco y SQM para la explotación de litio en el Salar de Atacama, con sus 45 páginas y 23 recomendaciones, da pie a múltiples reflexiones, más allá de lo que permite este espacio.
En la primera de sus propuestas se plantea: “…que se deje sin efecto el acuerdo entre Codelco y SQM debido a la falta de transparencia que ha caracterizado todo el proceso de negociación, aprobación y socialización del mismo”. Más adelante, se afirma: “Esta opacidad impidió que el Estado y la sociedad evaluaran si la asociación es realmente la mejor opción para maximizar los beneficios públicos”.
Sin embargo, exigir que un negocio de esta magnitud se rija por los estándares de transparencia propios de los actos administrativos ignora un hecho esencial: Codelco es una empresa del Estado, pero no es un ministerio u otra repartición pública. Su funcionamiento está regido por el Decreto Ley N° 1.350, la Ley de Gobierno Corporativo N° 20.392, la Ley de Sociedades Anónimas y otras normativas que establecen como misión de su Directorio: “gobernar y administrar la empresa de modo de proteger y valorizar su patrimonio en el largo plazo”.
Desde la reforma de 2009, en el marco de los compromisos adquiridos por Chile al ingresar a la OCDE, el gobierno corporativo de Codelco radica en su directorio, que tiene la responsabilidad de conducir sus negocios y velar por el interés de su dueño: el Estado de Chile.
Codelco compite en mercados mineros globales y, por tanto, requiere una gobernanza —como la aprobada por el Parlamento y que esta comisión parece olvidar— sólida, profesional y estratégica.
Ese mismo directorio, que aprobó por unanimidad la asociación con SQM, estaba compuesto por tres ex ministros de Estado, una ex superintendenta de Insolvencia y Reemprendimiento, y otros profesionales destacados, de diversa orientación política y amplia trayectoria pública y privada. ¿Ninguno fue capaz de advertir una mala decisión?, ¿existió algún conflicto de interés no detectado?, ¿no se solicitaron “auditorías técnicas y financieras independientes” ante la supuesta “opacidad en la gestión de contratos”? No me parece razonable.
Un segundo punto clave es la necesaria reserva con la que debe conducirse una negociación de esta naturaleza. Cualquiera que conozca el mundo empresarial sabe que filtraciones durante o después de un acuerdo pueden dañar los intereses involucrados y ser instrumentalizadas por terceros, incluso, en este caso, afectando procesos paralelos, como las negociaciones con Río Tinto en Maricunga y Salares Alto Andino.
Una crítica recurrente del informe es la ausencia de una licitación abierta por parte de Corfo para el periodo posterior a 2030. Sin embargo, se omite considerar el valor estratégico de mantener la neutralidad de Chile en la creciente tensión global entre China y Estados Unidos, nuestros principales socios comerciales. Este acuerdo, además de asegurar continuidad, preserva soberanía y margen de acción internacional.
He consultado con varios especialistas en el mercado del litio y ninguno ha manifestado los reparos que se plantean en el citado informe de la comisión. Una vez que se perfeccione el acuerdo Codelco-SQM, se habrá aumentado sustancialmente el patrimonio de los chilenos, al transformar a Codelco en un gigante “verde”, en cobre y litio, dos de los materiales críticos frente al cambio climático.
Mi consejo al directorio de Codelco:……“Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”.
Por Marcos Lima, profesor MBA para la Industria Minera, Ingeniería Industrial, U. de Chile, socio de CIS Consultores
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