Opinión

El pueblo y las élites

Confieso sí que me asombra de su estrategia, esa inveterada costumbre de mentirse a sí mismos. Si hay alguien que es élite gobernante, responsable de lo obrado por años, es el conjunto de personas que han ocupado cargos de gobierno y del parlamento en este tiempo.

En este dimes y diretes con que Jeannette Jara busca desmarcarse de las declaraciones de Fernando Carmona, jefe programático del PC para su campaña de primarias, queda clara una cosa: no lo desmiente. Solo dice, evasivamente, que su comando aún no está formado ni sus voces designadas. Pero no niega lo afirmado por Carmona quien, ante un auditorio de izquierda destacó que el triunfo de Jara no fue casual; que tanto la candidata como la estrategia habían sido definidas “meticulosamente” por el Comité Central del PC, siguiendo sus “normas leninistas”. ¿Ese ramillete de personalidades del “comando en formación” de Jara pedirán ahora que el PC critica y renuncie públicamente a su estrategia o callarán y acatarán, reservando su autoestima para ufanarse de hacer mejor lo que les ordenan hacer?

Analizamos un momento la “meticulosa” estrategia que desarrolló Carmona. Habló de situar la confrontación entre “pueblo y élite”. Sería, según él, “entre aquellos que vienen de abajo y los que están arriba”. Por cierto, él se ubica entre los que “vienen de abajo” Serían “el pueblo” ahora que la identidad de “clase obrera” no la compra nadie. Pues bien, no veo quién les puede cuestionar su estrategia. El triunfante partido de Jara contiene casi todo lo de meticuloso que existe en el oficialismo y con candidata proclamada más comandos del resto del oficialismo que aún ni siquiera se explican bien porque sus estrategias fracasaron, lo tiene todo para imponer su diseño de campaña.

Confieso sí que me asombra de su estrategia, esa inveterada costumbre de mentirse a sí mismos. Si hay alguien que es élite gobernante, responsable de lo obrado por años, es el conjunto de personas que han ocupado cargos de gobierno y del parlamento en este tiempo. Tampoco podríamos decir que son “pueblo pobre” a la luz de las remuneraciones millonarias que se asignan en el estado y el cuantioso succionamiento de recursos públicos que reflejan los procesos judiciales contra altos cargos del FA y el PC. Me encantaría saber cuántos miembros de las máximas instancias de los partidos de gobierno trabajan para el Estado y cuáles son las remuneraciones “populares” de que gozan. Buscan presentarse como “pueblo”, siendo la médula de la élite gobernante de Chile. Se autocalifican de “pueblo”, cuando fue el pueblo quien los repudió en su más trascendente batalla política, rechazando abrumadoramente su “impopular” texto constituyente; asimismo, en todas las encuestas son minoría y nunca había participado menos gente en sus primarias. Así las cosas, terminan siendo una élite disfrazada de “pueblo”, sin méritos visibles para ser dignamente, ni elite, ni pueblo.

Necesitamos otra élite, esta vez popular y competente. Distinta a la que ha gobernado en estos años y que ahora se alinea tras Jara ansiando que el pueblo olvide que ellos han sido la deplorable elite que los gobernó.

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