Ser sacerdote
SEÑOR DIRECTOR
Leí la entrevista a Eugenio de la Fuente publicada el domingo, en la cual explica por qué abandona el sacerdocio. No pretendo juzgar su decisión; solo quiero aportar una mirada distinta.
Soy feliz siendo sacerdote en la Iglesia Católica. He experimentado muchas veces que el sacerdote sigue siendo necesario, para dar una palabra de verdad y sentido en un mundo cada vez más confuso, para dar consuelo y esperanza a quienes experimentan tantas formas de sufrimiento.
Soy feliz siendo sacerdote en la Iglesia Católica, a pesar de la tremenda crisis que hemos vivido por los abusos sexuales y de conciencia. Es evidente que muchas cosas se han hecho mal, pero también estoy convencido de que ha habido avances muy importantes. En esta materia, la Iglesia está hoy mucho más purificada que hace 10 años. Que falta por hacer, sin duda. Que persisten cosas que cuesta comprender, es cierto. En estos últimos años me ha tocado participar en numerosas investigaciones y procesos canónicos en relación a los casos de abuso. Todos -la Iglesia, la sociedad, también yo- hemos ido aprendiendo en esta materia. He sido testigo del sincero deseo de muchos en la Iglesia -también miembros de la jerarquía- de erradicar toda forma de abuso. Tenemos que seguir avanzando. Todos en la Iglesia tenemos que contribuir a su renovación, ante todo mediante una vida de mayor fidelidad y santidad.
La Iglesia solo se comprende cabalmente a la luz de la fe. Creo firmemente que la Iglesia, en palabras de San Pablo, sigue siendo la esposa de Cristo, una esposa herida y humillada, quizás, pero a la cual el Señor sigue amando, y en la cual continúa manifestando su presencia, como he podido experimentarlo muchas veces siendo sacerdote.
Soy feliz siendo sacerdote en la Iglesia Católica.
Pbro. Francisco Walker Vicuña
Lo último
Lo más leído
4.
5.