Opinión

Victoria táctica, dilema estratégico: el verdadero saldo del ataque de EE.UU. a Irán

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, visita el sitio del Instituto de Ciencias Weizmann, que fue alcanzado por un bombardeo de misiles iraníes, en la ciudad central de Rehovot, el 20 de junio de 2025. Foto: AFP JACK GUEZ

Por Daniel Zovatto, director-editor de Radar Latam 360 e investigador senior del instituto de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

La diferencia entre táctica y estrategia es clave para entender el conflicto actual entre Irán e Israel y, en particular, el significado del ataque de Estados Unidos a las instalaciones nucleares iraníes.

Táctica vs. estrategia: definición operativa

Táctica: Se refiere a las acciones concretas, inmediatas y de corto plazo en el campo de batalla. Es el “cómo” se pelea una guerra: operaciones militares, ataques selectivos, defensa de posiciones, uso de tecnología y despliegue de fuerzas.

Estrategia: Es el plan de largo plazo, el objetivo político-militar global. Es el “para qué” se pelea: cambiar el equilibrio regional, asegurar la supervivencia de un régimen, impedir el acceso al arma nuclear o ampliar una esfera de influencia.

¿Qué representa el ataque de EE.UU.?

El ataque de este sábado, según fuentes israelíes y estadounidenses, fue quirúrgico, coordinado y de alto impacto. A nivel táctico, representa una victoria importante para Estados Unidos e Israel:

  1. Golpeó tres objetivos nucleares clave en territorio iraní con precisión.
  2. Evidenció las debilidades en los sistemas de defensa aérea de Irán.
  3. Mostró una coordinación estrecha entre Estados Unidos e Israel, pese a los mensajes públicos previos de distanciamiento.

Desde esta perspectiva, Estados Unidos e Israel logran una ventaja táctica: humilla militarmente al régimen iraní, daña su infraestructura y reafirma su capacidad de disuasión.

Pero en el terreno estratégico, el panorama es más incierto y peligroso:

- El ataque puede empujar a Irán a insistir y tratar de acelerar su programa nuclear como garantía última de supervivencia.

- Teherán podría redoblar sus vínculos con Rusia, China y sus aliados regionales (Hamás, Hezbolá y los hutíes).

- El conflicto se internacionaliza aún más, con riesgos de arrastrar a Estados Unidos a una guerra directa o a una escalada regional.

- La posibilidad de un cambio de régimen en Irán, buscado por Israel, sigue siendo incierta, y podría incluso provocar un cierre de filas interno.

Conclusión

Estados Unidos e Israel ganan la batalla táctica, pero la guerra estratégica sigue abierta. El régimen iraní, herido, pero no derrotado, puede optar por resistir, reformarse o incluso radicalizarse. La región, mientras tanto, queda en vilo: lo que hoy parece una victoria militar puede transformarse, en el mediano plazo, en el detonante de una nueva fase del conflicto -más imprevisible y peligrosa-. Las guerras en Afganistán e Irak son un trágico recuerdo de ello.

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