Paula

Borrar, de la piel

El invierno es la mejor época para eliminar tatuajes y lunares

Tatuajes

Hay tatuajes que quedan mal hechos, otros que aburren y algunos que traen malos recuerdos. Motivos sobran para querer borrarse un tatuaje y, según la dermatóloga de la Clínica Alemana Tatiana Riveros, en estos tiempos las consultas para eliminarlos las lideran adultos jóvenes que quieren sacárselos por razones laborales. Para hacerlo, la doctora explica que el láser es el único método efectivo, el que emite una energía lumínica en un período de tiempo extremadamente corto (nanosegundos), que atraviesa las capas de la piel -sin dañarla ni quemarla-, para fragmentar las partículas de tinta en tamaños que puedan ser degradados por los mecanismos naturales de limpieza de los tejidos. "El único tatuaje que no se puede eliminar con láser es el del delineado de cejas, ya que esta tecnología provoca la caída de los pelos", advierte. Antes de someterse al borrado láser, conviene tener claro que: -Se necesita más de una sesión: en general se requieren entre seis y nueve sesiones, con un espacio de cuatro a seis semanas entre cada una. Si el tatuaje es cosmético, como el delineado de labios que tiende a ponerse negro, se requieren dos sesiones, ya que se el pigmento está en las capas superficiales de la piel. Para el resto de los tatuajes, el número de sesiones varía según la antigüedad y el tamaño del tatuaje, la profundidad en que esté impregnada la tinta y las características del pigmento -los de origen vegetal se borran más fácilmente que los minerales. -El procedimiento duele: se debe aplicar una crema anestésica una hora antes de cada sesión. -No todos los colores se borran: mientras más colores tiene, más cuesta eliminarlos. Verde, turquesa o amarillo no se borran, se atenúan, a diferencia del negro y el azul, que desaparecen. -El resultado final no siempre es perfecto: el proceso garantiza que la figura se devanece de la piel, pero dependiendo de los colores del tatuaje, pueden quedar algunos puntos de color. •En el mundo, 4% de la población se quiere hacer un tatuaje. El 25% se lamenta en el primer año. El 85% se lamenta en los 10 años siguientes. •El láser utilizado para borrar tatuajes tiene una longitud de onda que alcanza los pigmentos esparcidos en las capas de la piel. Como referencia, una sesión láser cuesta entre $ 100.000 y $ 200.000. •Aunque el láser es el método más efectivo para borrar un tatuaje, el dermatólogo de la Universidad Católica, Ariel Hasson, explica que existen técnicas dermoabrasivas que utilizan lociones que sacan los pigmentos raspando la piel y que producen una costra que se cae, pero deja cicatriz.

Lunares

Por feos, molestos o peligrosos, hay lunares que requieren extirpación. Con la técnica adecuada, la cicatriz puede ser casi imperceptible. "No existe una receta para eliminar un lunar, cada caso debe ser evaluado, y una técnica no es excluyente de otra", aclara el dermatólogo de la Clínica Orlandi, Rodrigo Loubies. Entre las diversas técnicas están: Bisturí: si existe la sospecha de que un lunar es maligno se debe recurrir al bisturí, para enviar el lunar a biopsia, aunque también se usa para remover lunares benignos grandes y con volumen. Es imposible que no quede una cicatriz, pero los dermatólogos especializados aplican técnicas quirúrgicas que mejoran los resultados, como esconder la marca en las líneas de expresión o practicar suturas ínfimas. De hecho, con las técnicas mínimamente invasivas de hoy, como el shaving o el láser, no tiene mucho sentido extirpar con bisturí un lunar por motivos estéticos. Shaving: ideal para lunares con volumen, sobre todo en la cara, porque deja una cicatriz mínima, que prácticamente desaparece con el paso del tiempo. Con un escalpelo o bisturí se afeita la superficie del lunar hasta que se nivela con la piel, la que luego se cauteriza. Radiofrecuencia: óptimo para lunares solevantados (o con relieve). Se realiza con un electrobisturí de técnica ablativa, es decir, que rompe las capas de la piel para extraer el lunar y luego las cierra. La idea es extirparlo en una sola sesión con anestesia local. La marca que queda, en forma de punto o línea, apenas se nota. Láser: para lunares planos y pigmentados que provocan una molestia estética y que no implican sospecha de cáncer. El láser actúa sobre la melanina o el pigmento del lunar -como el rojo de la hemoglobina si son de sangre-, y lo destruye. El lunar se decolora hasta casi mimetizarse con la piel, en varias sesiones. Crioterapia: esta técnica, muy usada para eliminar verrugas, también sirve para atenuar lunares café claros y planos, que parecen manchas. Consiste en congelar la lesión con nieve carbónica o nitrógeno líquido. Esto genera una ampolla superficial que se cura de 7 a 10 días y que elimina la lesión naturalmente, sin dejar marcas. El lunar con pelos Cuando lo que más molesta de un lunar son los pelos, no es ninguna garantía que al extirparlo estos desaparezcan. La razón es simple: la raíz del pelo suele ser más profunda que la del lunar. "Si el lunar no molesta, lo mejor es sacarse los pelos con una pinza con la precaución de ponerse alcohol antes para evita infecciones", señala el doctor Loubies.

Hay lunares y lunares

Aunque son comunes y frecuentes, estas marcas pueden traer problemas estéticos cuando su tamaño, color o ubicación molestan. En ocasiones pueden indicar alguna enfermedad en la piel. El dermatólogo de la Clínica Orlandi, Rodrigo Loubies señala que los más comunes son los lunares o nevos melanocíticos, que son pequeñas manchas planas con distintos tonos de café, y los nevos intradérmicos, que son café y con volumen, conocidos como lunares de carne. Son asintomáticos -no duelen, no pican- y pueden ser congénitos o adquiridos. "Lo importante es reconocer el ABCDE de los lunares, vale decir su asimetría, borde, color, diámetro y evolución, criterios que indican riesgo de melanomas o cáncer a la piel", señala. Los lunares que están en zonas de roce, como el pubis o la cara –en especial en los hombres que se afeitan– es mejor sacarlos para evitar inflamaciones y reducir el riesgo de infecciones. Aquellos que salen en las palmas y plantas requieren consulta médica, porque pueden ser malignos.

Ojo con las marcas

Las marcas que quedan al eliminar un lunar dependen del proceso de cicatrización de la persona y no de la técnica empleada. Las personas que producen queloides, o lesiones al cicatrizar, quedan con un cordón grueso en la zona de la cirugía, independiente de la técnica quirúrgica aplicada. Además, hay lugares como las orejas, el cuello, la zona anterior del pecho, los hombros, las clavículas y la parte superior del brazo, que cicatrizan con mayor dificultad. Una buena forma de saber cómo es la cicatrización de una persona es mirar la marca de la vacuna BCG, que se pone en el brazo izquierdo de los recién nacidos. Si está levantada y es gruesa, la cicatrización no es tan buena.

El mágico aloe

El gel del interior de la planta del Aloe vera tiene propiedades regenerativas que favorecen la formación de células queratinocitos, o piel nueva, por lo que ayuda a que las marcas que quedan después de una intervención sean menos notorias. Lo ideal es aplicarlo antes de que la herida cicatrice, apenas se cae la costra y la piel está roja. "Primero hay que limpiar la zona con agua oxigenada y luego poner directo el gel de la planta sobre la herida. Lo mejor es poner un apósito encima y dejarlo durante la noche", explica la terapeuta de sanación natural Angélika Peña (www.angelikapena.cl). Las cremas en base a aloe también pueden ayudar, pero hay que fijarse que sean fabricadas bajo altos estándares de calidad y con alta concentración de aloe, "al menos de 60%", aconseja la especialista.

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