El amor ¿no tiene edad?




“Conocí a mi ex marido en la universidad. Él estaba haciendo un magíster en comunicación y yo un diplomado. No podría decir que fue amor a primera vista, aunque el primer día de clases, en un salón en el que habíamos más de cien personas, creo que fue el único que se atrevió a levantar la mano para hacer un comentario. Y no sólo eso, tiró una talla. Así que inmediatamente me llamó la atención. Jamás me imaginé en ese momento lo que vendría. Lo encontré atractivo, pero se veía mucho mayor que yo. Y aunque reconozco que racionalmente nunca cuestioné mucho lo de la edad, creo que mi inconsciente me hizo decir next”, cuenta Alejandra (37). Pero cuatro meses después, las cosas cambiaron. “Coincidimos en una clase que se realizaba durante todo un fin de semana. Me acuerdo que el sábado en un momento, de la nada, empezamos a cruzar miradas. La sala era mucho más chica que la primera vez. No recuerdo bien, pero seguramente no habíamos más de veinte personas. En la mitad de la clase salí un rato al baño y cuando volvía a la sala, me lo encontré en la puerta. Él también había salido. Nos quedamos conversando. Lo noté ansioso, sentía que no estaba concentrado en lo que le decía, hasta que me interrumpió. ¿Cuántos años tienes?, me dijo. Quedé descolocada, pero respondí que tenía 23. Se paró y me dijo: “Ok, voy por un café”. Él estaba a punto de cumplir los 33″.

Ese día comenzaron a salir y no se separaron durante 15 años. Alejandra recuerda que esa anécdota inicial la contaron miles de veces, sobre todo cuando salía a la luz su diferencia de edad. “La verdad es que para mí nunca fue mucho tema. Y mientras más pasaba el tiempo, menos se notaba esa diferencia. Al comienzo un poco más. Recuerdo que una vez en un restaurante le preguntaron a él si yo podía tomar, si era mayor de edad. Al principio me dio rabia, pero después nos dio risa. Lo otro es que cuando lo conocí, él se había separado hace un año y tenía un hijo. Quizás eso sí fue un poco más tema, porque yo era chica y no entendía muy bien qué significaba ser padre, por lo tanto me costaba entender que había fines de semana en los que él tenía que hacer panoramas más familiares, cuando yo quería salir o carretear. Pero al final logramos encontrar consensos”, dice.

Esto es justamente lo que la psicóloga clínica de la Universidad Diego Portales y terapeuta sexual Josefina Lazcano dice que es clave para el éxito de una relación en la que existe diferencia de edad. Y en la que no también. “La buena convivencia que tengan, los caracteres de cada uno y la empatía por los mundos propios son los factores principales para que una pareja se lleve bien. Y en el caso de las parejas donde hay diferencia de edad, en mayor medida. Esto debido a que es más probable que las amistades, los temas de conversación o los intereses sean diversos y por tanto se requiere de una capacidad adaptativa mayor. Pero más que eso, no le veo muchas dificultades”, agrega.

Pamela Larraín, psicóloga clínica con magíster en terapia familiar y de parejas, agrega que eso depende –como en la mayoría de los temas de pareja– de la particularidad de cada caso. “Puede ser que a una pareja les funcione súper bien y les facilite la relación el tener esta diferencia de edad, dadas las necesidades de cada uno, como puede ser que para otra pareja la diferencia de edad se convierta en un obstaculizador y pueda ser inconveniente para ellos”

Actualmente, y a pesar de que se ha instalado la idea de un amor más libre en el que no caben los juicios respecto de las elecciones que hacemos de nuestras parejas, aún existen una serie de “convenciones” dentro de la sociedad que tienden a juzgar negativamente a las personas que se emparejan con hombres o mujeres con mucha diferencia de edad. “En otros países está mucho más normalizada esta diferencia, pero en Chile hay bastante más sesgo, especialmente cuando la persona mayor es mujer y, al contrario, está mucho más normalizado que un hombre esté con una mujer más joven”, explica Larraín. Y agrega: “También depende de cuántos años de diferencia estamos hablando. Si son cinco años, es poca diferencia en la adultez media, pero puede ser mucha cuando están en etapas de la vida distintas. Y cuando hablamos de diferencias de edad de más de diez o quince años, ahí va a ser inevitablemente más complicado en algunas áreas, ya que van a estar en distintas etapas de la vida”.

De hecho, según una investigación difundida por la publicación norteamericana The Atlantic, aquellas parejas con una diferencia de edad de 5 años o más tienen un 18% más de posibilidades de acabar separándose. “A mí me parece que aunque puede ser más complejo, no necesariamente implica que no pueda funcionar. Reitero la idea de que depende de cada pareja”, dice Larrain. Y Lazcano complementa: “No encuentro que la diferencia de edad sea un factor determinante de un mal desenlace, y para eso es clave el nivel de adaptación que tiene cada uno para abrazar el mundo del otro en su particularidad; o de dejarse espacios para que ese otro pueda existir por sí solo, es decir, tener una pareja que te permita estar con tus amigos y después juntarte con él o ella, si es que no está interesado en los temas de conversación y les está resultando un pero”.

¿Por qué ocurre?

Puede pasar que alguien necesite o se empareje con personas mayores constantemente en una búsqueda de figuras parentales o de mayor estabilidad emocional o económica. Esto se relaciona a las historias de vida de cada uno o tiene que ver con las características individuales. Y al contrario, quien suele buscar personas menores, puede ser que sienta la necesidad de ejercer un rol de cuidador o de protector o que sienta la necesidad de estar en contacto con la vitalidad y la adrenalina y tenga una dificultad para crecer”, aclara Pamela.

Sin embargo –agrega– si dos personas se encuentran con las mismas necesidades y son compatibles, puede que esa relación funcione super bien. Incluso en lo sexual, que suele ser una de las dudas o temores en estos casos. “Creo que puede ser un muy buen aprendizaje estar con alguien mayor, tanto para hombres como para mujeres. Y con mayor me refiero a que tenga más experiencia, que los puede ayudar a soltar tapujos o tabúes que siendo más chicos tenemos. Puede abrirte a nuevas experiencias y en ese sentido es positivo. Muchos hombres mayores o mujeres mayores son igual de vividos sexualmente que los jóvenes, por tanto ese no debiera ser un tema. Quizás con el paso del tiempo podría presentar algunos problemas físicos como disfunción eréctil en el caso de los hombres, pero eso también puede ocurrir en jóvenes y hoy lo vemos cada vez más”, agrega Josefina.

Finalmente, lo más importante es que las parejas tengan proyectos en común. “Que puedan conversar respecto de las expectativas que cada uno tiene del otro y de la vida misma. Temas importantes como la paternidad o la maternidad, por ejemplo, se deberían abordar desde el inicio de la relación, porque sin duda se puede volver un punto conflictivo en el caso de una diferencia de edad importante. Y esto es importante porque uno nunca debiese forzar al otro a vivir algo que no le toca vivir por la edad en la que está. Si alguien decide entrar entrar a una relación así, es importante que lo haga con los ojos abiertos y que sepa lo que puede esperar del otro, entendiendo que está en otra etapa de su vida”, concluye Pamela.

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