5 pasos para entender la tecnología cloud

Las distintas plataformas digitales y gran parte de lo que consumimos en la red está alojado en la nube. Con carpetas virtuales y grandes servidores, usuarios y grandes compañías se benefician de estos avances para poder resguardar y respaldar su información, pero también agilizar los distintos procesos.


Hoy en día la nube lo es todo. La tecnología cloud es una de las principales implementaciones de los últimos tiempos y está, básicamente, en todas partes. Netflix, Amazon Prime, entre otras tantas plataformas de streaming, como YouTube incluso, viven alojadas en estas plataformas virtuales, que facilitan el acceso a la información y aseguran un propio uso sea donde sea. Pero no son solo los sistemas de entretenimiento o video, sino también software orientados al mundo laboral y personal, como los incluidos en cada cuenta de correo electrónico, y en las que los usuarios pueden guardar información y documentos para que utilizados en cualquier momento.

“Es importante escoger soluciones flexibles, que permitan acceder a información desde cualquier lugar y dispositivo de manera escalable, donde el usuario paga sólo por lo que necesita para su negocio”, dice Francisco Guzmán, director de Claro empresas.

Acá te contamos algunas de las principales alternativas, cómo utilizar esta tecnología y el amplio mundo de la tecnología cloud.

1.- Los tipos de cloud

La nube en sí es un concepto amplio, con múltiples servicios y variedades. Las existen públicas, que son aquellas que los usuarios pagan por utilizar su almacenamiento, como pueden ser Google Drive, OneCloud, DropBox, Mega, Box, entre otras. Existen también nubes privadas, orientadas principalmente a grandes empresas y que recurren a servicios entregados por grandes compañías para poder depositar toda su información en un lugar seguro, además de poder contar en ocasiones con respaldos y que pueden ser muy necesarios en caso, por ejemplo, de algún ciberataque.

Uno de los ejemplos a nivel local es el de Claro Cloud y que se está expandiendo en la región, donde efectivamente cuentan con comunicación en todo momento, diversos servicios en la nube y con respaldos en América Móvil. A estos dos, se suman las híbridas y que son un mezcla entre ambas. Estas tres categorías son las que componen, a grandes rasgos, el mundo de la nube, pero al interior de estas existen también otras categorías.

“La seguridad es un aspecto clave a considerar a la hora de elegir un modelo cloud”, apunta Francisco Guzmán, director de Claro empresas. “El respaldo diario de la información y la posibilidad de bloquear accesos, por ejemplo, permiten ayudar a prevenir ciberataques en este tiempo en que ha aumentado significativamente el tráfico de datos. Por último, hay servicios que ofrecen soporte en línea para orientar a los usuarios ante eventuales dudas o dificultades técnicas”, añade el ejecutivo.

El uso de la nube empresarial puede beneficiar a cualquier tipo de negocio, independientemente de su tamaño. Una de sus ventajas es que está permanente innovando y optimizando sus servicios, a fin de generar una oferta amplia y que invite a las empresas a hacerse parte de la transformación digital.2.- Servicios en la nube

Las distintas compañías crean sus servicios en la nube, dotadas de grandes computadoras e imponentes servidores que pueden ocupar edificios completos y es ahí cuando entregan distintas posibilidades.

Los tipos servicios en la nube más tradicionales son tres. Primero se encuentran los Software como Servicio (SaaS), y que es cuando a través de la tecnología cloud te entregan un programa determinado. Aunque algunos tengan aplicativo, esto no significa que necesariamente haya que instalarlo, puesto que aunque accedas a través de un navegador vas a poder utilizar esa plataforma. Entre los ejemplos más comunes están Netflix, Amazon Prime, Spotify, YouTube, Zoom, DropBox, Mega, y otras tantas. E incluso existen herramientas de seguridad digital en este formato.

Zoom, Netflix, Spotify, entre otros, son Software como un Servicio (SaaS), una de las categorías que componen el mundo cloud.

Por otra parte, también están las Plataformas como Servicio (PaaS), que ya no están orientadas específicamente al usuario común, sino a los programadores que desarrollan, por ejemplo, alguna aplicación pero necesitan de una infraestructura donde esta pueda funcionar y ser testeada. Algunos de los más utilizados son Heroku, AWS Elastic Beanstalk, entre otras.

Luego, están las Infraestructuras como Servicio (IaaS), y que escala en cuanto a la exclusividad y nivel técnico. Están orientadas específicamente para los arquitectos en la nube, y son capaces de construir una solución personalizada para un determinado cliente. Acá entran Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure, Google Compute Engine (GCE), Digital Ocean, entre otras.

3.- Herramientas para el usuario

Al momento de iniciar en el mundo cloud, lo primero es definir para qué se quiere utilizar un servicio. Lo más común, por ejemplo, es respaldar en estos sistemas documentos como archivos de texto, imágenes o video. Principalmente pensando en respaldos de información que puede pesar mucho, pero no se quiere borrar definitivamente.

Gmail, Outlook, entre otros servicios de casillas electrónicas, tienen sus propias plataformas cloud. En el primero, Google Drive es una de las nubes más clásicas, que combina el almacenamiento de correo electrónicos y la carpeta virtual de documentos. Con 15 GB de disponibilidad en su formato gratuito, fácilmente puede llegar a limitar la cantidad de e-mails almacenados y bloquear el ingreso de otros porque “se necesita más espacio”.

Google Drive, parte de los servicios que entrega Gmail, es una de las herramientas de almacenamiento en la nube más utilizadas por los usuarios. También está OneDrive, entre otras.

Existen otros tres planes sí. Con el Básico, se puede acceder a un almacenamiento de 100GB, con un valor de unos $1.400 mensuales. En el Standard se duplica la capacidad y mantiene la chance de agregar a los miembros más cercanos de la familia, por $1.900 mensuales. En la categoría premium el salto es mayor, porque el volumen escala diez veces más y llega a los 2TB, por $7.090 al mes. Pueden adquiridas en Google One.

En tanto, con Microsoft OneDrive, se puede acceder a tres suscripciones -los valores corresponden a los ofrecidos en la aplicación para teléfonos móviles, sea iOS o para Android, puesto que en el sitio web suben-. El primer plan, de unos 100GB de almacenamiento, tiene un valor de $1.409 mensuales y el que le sigue escala significativamente en sus características. Con el plan Microsoft 365 Personal, los usuarios accederían a 1TB de espacio, con seguridad avanzada y con versiones premium de Word, Excel, PowerPoint y otros programas de Microsoft, además de detección de ransomware por $4.299 mensuales. Con la versión familiar, se mantienen todas estas características, pero con 6TB, con la posibilidad de añadir hasta seis miembros de la familia.

4.- Carpetas virtuales

Dropbox y Mega son algunas de las carpetas virtuales más conocidas. A diferencia de los servicios propios de las casillas de correo, estas funcionan inicialmente a través de un sitio web, donde los usuarios pueden subir sus videos, fotos u otros documentos. Su particularidad es que, por ejemplo la primera, tienen aplicativos que se pueden descargar directamente en el computador y pueden usadas directamente como una carpeta más.

DropBox cuenta con una modalidad gratuita, con almacenamiento de hasta 2GB y con la posibilidad de acceder hasta en tres dispositivos distintos. Por ejemplo, tener la aplicación en el celular e instalada la carpeta virtual en otros dos computadores y poder acceder a esos archivos aún sin tener los PC a mano. Con el plan Plus el espacio sube a 2TB y no existen limitaciones con respecto a la vinculación de distintos aparatos, posibilidad de acceder sin conexión a los archivos, entre otras características, por US$9,99 (unos $8.406). Después está la suscripción familiar, que conserva todo lo anterior, pero se pueden sumar otros seis integrantes, por US$16,99 (unos $14.296 mensuales). Existen también planes orientados a las empresas que ofrecen espacio ilimitado de almacenamiento según la cantidad de colaboradores.

Esta también pude vincularse a herramientas como Slack, Canvas, Zoom, Google Workplace, entre otras.

DropBox funciona como una carpeta virtual en el navegador, pero que se puede descargar también a un computador y, lo que ahí se ponga, se reflejará también en su versión web o aplicación. Crédito: DropBox

En el caso de Mega, cuenta con una app para celulares y el sitio web, que descarga directamente los archivos a una carpeta especial en el computador. En su versión gratuita llega a los 20GB de almacenamiento y es quizás uno de los sistemas más fáciles de utilizar. Para quienes conserven documentos en sus celulares, estos mismos les darán la opción de enviarlo a la plataforma para disponer directamente del archivo en la red.

De todas formas, para los usuarios existen cuatro suscripciones pagadas. Como advertencia, conviene adquirirlas directamente desde la aplicación, sea para iOS o Android, porque en el sitio web los precios suben casi diez mil pesos más. Hay distintas alternativas, como la opción Pro Lite, con 400GB de almacenamiento $3.358); la Pro I, con 2TB ($6.714); la Pro II, con 8TB ($13.436); y la Pro III, con 16 TB ($20.150). Mega cuenta con una versión Business, pero que incrementa su valor de acuerdo a la cantidad exacta de usuarios que utilizarán el servicio, almacenamiento requerido y cuota de transferencia.

5.- Conveniente pero riesgoso

Evidentemente, cuando el espacio disponible es limitado en los distintos dispositivos, la nube resulta, a nivel de usuario, una buena herramienta para poder mantener nuestros respaldos e información no del todo necesaria en otro lugar. Pero de todas maneras, aunque sean servicios creados por grandes empresas e impliquen mayor seguridad, significan más de un riesgo.

De hecho, compañías como Meta han probado distintas actualizaciones para WhatsApp, donde en una próxima versión de su software, las conversaciones se respaldarán en la nube pero podrán ser consultadas o utilizadas solo poseyendo una contraseña de 64 dígitos. Esto último porque los riesgos en la nube han aumentado considerablemente.

Y no solo a nivel de usuarios, sino también en las nubes privadas, orientadas a las grandes empresas, que es donde los peligros podrían significar un problema mayor si es que no se aplican distintas medidas de ciberseguridad.

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