Mantenlo frío: productos para evitar que el calor eche a perder tus bebestibles y comidas

Light blue picnic cooling box isolated on white background

Nada peor que buscar un refresco y encontrarse con una bebida caliente. Cosa común en el verano, sobre todo cuando se va de paseo con la temperatura sobre los 30 grados. Para evitarlo y estar siempre cool, especialistas nos sugieren algunas soluciones.




Ah, el verano. Esperada estación, símbolo de los días alegres, del espíritu juvenil, las amistades, las escapadas, los desbandes, las travesuras, los piscinazos, chapuzones y porrazos aleccionadores, que tiene al sol como anfitrión y testigo. Eso si aún eres un niño o niña o, para no ser tan tajantes, si no has superado la barrera de los 30.

De lo contrario, el verano es la época del año en que andas con la ropa pegada al cuerpo, sudada y hedionda; en la que buscas la mínima sombra para evitar que la bola que rige desde el cielo te incinere vivo. No dan ganas de salir de la casa en esas condiciones ni levantarse del sillón, que a la larga es una extensión más del cuerpo y, como tal, parece humedecerse también de tanto calor. Mientras, las moscas revolotean alrededor, como buitres esperando que al fin te transformes en basura orgánica comestible.

Todo el año esperando el verano para encontrarse, una vez más, con la cachetada de realidad que dice que ya no es lo mismo que cuando tenías 8 o 15 años. Para ahogar el calor o los recuerdos, nada mejor que una bebida bien helada o una cerveza, si el día lo permite. Pero con este clima, mantener frías las cosas no se da por defecto.

El “caregallo” tiene toda la capacidad, incluso la facultad —como rey que dice ser—, de aguar un paseo a la montaña o al campo: de no tomar las precauciones necesarias, los sanguchitos que hiciste con tanto esmero parecerán toallitas húmedas sobre tus manos, las cervezas tibias te darán aún más sed y el estado del ceviche distará mucho de lo que se entiende como “fresco”, tanto para la vista como para el olfato.

Por suerte existen algunas alternativas que permiten “solucionar” en alguna medida el “problema”. Algunas no tienen nada de novedosas, pero quizá te hayas negado a comprarlas por sospecha o flojera. Otras, son tendencia en este verano 2022. En cualquiera de los casos, son recomendadas por expertos y especialistas en materia gastronómica y coctelera.

Para los bebestibles

Si hablamos de primera necesidad, la cerveza aparece rápidamente en el listado mental veraniego. “Sin televisión y sin cerveza, Homero pierde la cabeza”, advirtió alguna vez el poeta griego. ¿O fue otro Homero? Da igual, las estadísticas reflejan que ésta es la bebida alcohólica más consumida en el mundo: en Chile, de hecho, cada habitante bebe 199 latas de 330 cc. al año, según la consultora internacional Expensivity.

Y si de mantener frío y espumoso a este brebaje amarillo se trata, sobre todo cuando hay un viaje o paseo de por medio, lo que no te puede faltar es un growler de acero. Así lo recomienda Mario Salazar, chef autor de cartas en bares y restaurantes como el José Ramón 277 o el Taringa, además de ser uno de los dueños del extinto bar Spoh.

“Los growlers sirven para cualquier tipo de bebida gasificada. Existen desde los 700 cc. y hay algunos que aguantan hasta 72 horas en frío”, explica Salazar, quien espera estar de vuelta en el circuito cervecero santiaguino cuando abra su nuevo proyecto, que tendrá “mucha cerveza artesanal, coctelería y tapas”, adelanta.

Growler Stanley 1,9 litros

De boca ancha, ideal para un llenado sencillo y limpieza rápida. Permite mantener los líquidos fríos por 24 horas y congelados durante 96. Y también, si se quisiera, los puede conservar calientes por 18 horas.


Growler de 3.8L

Este ejemplar es similar al que se maneja en las shoperías. Es de acero inoxidable, con tapón y mecanismo de propulsión de CO2, lo que permite mantener la cerveza carbonatada y a la temperatura idónea.


Un clásico que no debería faltar en un hogar constituido y de buena fe es la hielera o cubeta para espumantes, vino blanco y otros bebestibles que deben servirse bien fríos. El cronista gastronómico y columnista de la materia en Práctico, Álvaro Peralta sugiere que el modelo ideal es aquel “en el que quepa más de una botella y que sirva para tener al lado de la mesa”. En otras palabras, que sea grande y no feo.

Hielera Moga

Este modelo es de 21 centímetros de diámetro y de alto, con una capacidad aproximada de 3 litros. Si bien existen hieleras de diversos materiales, como vidrio, acero o vidrio —muy apetecido en otras décadas—, Moga se la juega por una de acero inoxidable, con un acabado de bronce y con asas de cobre. Si buscas imponer modas, este es el momento.


Otra alternativa de hielera es la que sugiere Leandro Yáñez, bartender con más de 10 años de experiencia, quien hoy demuestra sus conocimientos en el bar y restaurante Sweet and Sour, ubicado en Vitacura. Una cubetera de silicona, como la que dejamos a continuación, permite no sólo mantener los bebestibles helados sino que, además, “genera cubos de hielo por los costados”.

Cubetera de hielo de silicona

Este modelo, más pequeño que el anterior —sólo cabe una botella por vez—, ocupa poco espacio en el congelador y está libre de BPA. Ideal para salidas furtivas o no tanto.


Ya que hablamos de ponerle onda: una manera de ofrecer u ofrecerse a uno mismo un vino frío sin perder el cuidado en su presentación es con una varilla de acero. Así lo recomienda el propio Yáñez: “Este producto es para vinos, destilados y otros bebestibles. Consiste en una varilla de acero, que previamente hay que mantener al menos por una hora en frío, y que luego se introduce en la botella. Además, se conecta con un aireador para evitar derrames”, explica Yáñez.

Varilla enfriadora de vinos Pyle

Es de acero inoxidable y punta vertedora de acrílico. En este caso, el fabricante sugiere congelar la varilla durante 2 horas antes de utilizarla. Con eso, se podrá disfrutar de un vino a temperatura perfecta, además de mantener el mantel intacto, sin manchas. Asegura, además, tener un mejor efecto que el hielo. Habrá que probar.


Fernando Carvajal tiene más de 15 años de experiencia detrás de las barras de locales tan prestigiosos como el bonaerense Florería Atlántico, recientemente elegido entre los cinco mejores bares del mundo —y por ende como el mejor de Sudamérica— en el listado internacional The World’s 50 Best Bars.

Carvajal apunta hacia lo básico: la calidad del hielo que se utiliza. Según explica, el hielo casero, hecho con agua potable, está lleno de metales pesados, por lo que es menos resistente, con un sabor a veces invasivo. Por eso, él utiliza hielo hecho en base a agua cristalina, la que a su vez es purificada a través del proceso de ósmosis inversa. “Dura más tiempo y por lo mismo permite que todo, ya sea bebestible o comidas, se mantenga frío durante más minutos”. En ese sentido, agrega Carvajal, “lo ideal es utilizar un bloque de hielo; eso ayuda a hacer frente al calor del verano”.

Si no tienes acceso a hielo cristalino, no te preocupes, aún hay formas de disfrutar un trago bien helado. Por ejemplo, con vasos o mugs de cobre, los que por su materia prima impiden que el hielo común y corriente se derrita rápido. Esto, a su vez, “permite que los cócteles no pierdan sus sabores ni se pasen de agua, además de no ensuciar la estética, que es súper importante”, dice Carvajal.

Mugs de cobre (2 unidades)


Si bien fueron creados en Rusia a principios del siglo XX, pensados específicamente para mantener a temperatura precisa el Moscow Mule —el trago de la temporada en estas latitudes—, hoy se pueden encontrar vasos de cobre en diferentes tamaños y formatos, para disfrutar de diversos tragos y cócteles, como los “ready to drink” —es decir, que vienen listos para tomar—, servicio que ofrece Carvajal a través de la Ruta del Cóctel, una tienda y comunidad especializada en estas materias.


No sólo bebestibles, también comestibles

Cuando se piensa en alternativas para mantener productos fríos —lo que en muchas ocasiones significa también en buen estado—, entre las primeras cosas que se vengan a la cabeza estarán los viejos y confiables coolers. Álvaro Peralta no los quiso obviar, sencillamente porque la utilidad práctica que entregan no la puede reemplazar con ningún otro artefacto. El cronista, eso sí, recomienda comprar uno que quepa cómodamente en el auto; en su caso, en el piso del sector trasero. “Lo tengo siempre ahí, porque si en alguna parte pillo un buen pescado o buena mantequilla, lo compro y no me tengo que ir altiro para la casa”.

Cooler Coleman de 15 litros

Un clásico de todos los tiempos, donde caben hasta 22 latas de cerveza, las que puedes mantener frías durante todo un día.


Si bien Peralta no es amigo de los aparatos electrónicos para mantener el frío, si tú lo eres y quieres tener un cooler eléctrico pensado específicamente para tener el auto, aquí hay uno que cuenta con muy buenas reseñas en Sodimac.

Cooler eléctrico Black + Decker de 8 litros


Similar uso, aunque menos pesadas y más simples de cargar —sobre todo cuando se anda a pie—, son las coolerbags, otro producto recomendado por Leandro Yáñez. “Son mochilas o bolsos con tela aluminizada, que cumplen perfectamente la función de mantener en frío los productos”, dice.

Coolerbag Reisenthel XS 4 litros

Este modelo es resistente al agua, pesa apenas 300 gramos y tiene cierre bidireccional.


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 4 de enero de 2022. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.

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