El Universo es un holograma: la última y alocada teoría de Hawking según su colega más cercano

El hombre que no solo fue su estudiante de doctorado, sino también su colaborador en el estudio del Big Bang, explica la teoría final del famoso astrofísico.


Esta semana fue el aniversario número cinco de la muerte del famoso físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico inglés Stephen Hawking, que falleció el 13 de marzo de 2018. Para conmemorar el hecho, el profesor de física de la Universidad KU Leuven y miembro del Organización Europea para la Investigación Nuclear, Thomas Hertog, explica la teoría final del aclamado científico y entrega detalles sobre su trabajo y relación.

En 1998 Hertog fue contratado por Hawking para ser su estudiante de doctorado y trabajar en una teoría cuántica del Big Bang, sin embargo, los estudios, que originalmente eran un proyecto de doctorado, se extendieron por 20 años. Buscaban solucionar el enigma de cómo la gran explosión pudo crear “condiciones tan perfectamente hospitalarias para la vida”, relató el mismo Thomas Hertog, en BBC.

La teoría final del Universo

Las inquietudes que impulsaron la investigación “sacan a la física de su zona de confort. Sin embargo, aquí era exactamente donde a Hawking le gustaba aventurarse”, explicó el fiel colaborador del astrofísico. En la búsqueda científica, que inevitablemente los acercó, las preguntas cósmicas se abordaron con entusiasmo y determinación. “Nos hizo sentir como si estuviéramos escribiendo nuestra propia historia de creación, lo cual, en cierto sentido, hicimos”, agregó Hertog.

Universo. Imagen: Pixabay.

De acuerdo al profesor de física de la Universidad KU Leuven, la pregunta por la aparición del tiempo era la piedra angular y, al mismo tiempo, el talón de los estudios. No obstante, la teoría final de Stephen Hawking sobre el Big Bang “proporciona una respuesta audaz y sorprendente”.

“Concibe el Universo como una proyección holográfica”, explicó Hertog.

Según él a Hawking le gustaba visualizar la idea del Universo como un disco, cuyo exterior “representa un holograma atemporal que consta de innumerables qubits entrelazados”, sostuvo. Su origen estaría en el centro del disco, y se expande hacia fuera en dirección radial. Lo que se percibe como flujo de tiempo, entonces, es una especie código que opera en los qubits entrelazados que producen el Universo.

Según la teoría, el origen del tiempo está en alejarse, tomar una vista más borrosa del holograma (ir más atrás en el tiempo, hacia el interior del disco), donde uno se queda sin bits. “No puede haber nada antes del Big Bang, porque el pasado que emerge holográficamente no se extiende más atrás”, aseguró el colaborador de Hawking. Estas ideas representarían un nuevo giro al diseño cósmico.

Herzog relató en el medio británico que Hwaking, por aquellos días, se esforzó por encontrar una explicación fundamentalmente causal, del porqué del origen del Universo, en lugar del cómo. Pese a eso, el hallazgo de la holografía encarna una mirada completamente “diferente de la cosmogénesis”.

Stephen Hawking. El 14 de marzo cumplieron cinco años desde su muerte.

“¿Qué queda, entonces, de la secular cuestión de la causa última del Big Bang? Parecería evaporarse, sostuvo el difunto Hawking. No son las leyes como tales sino su capacidad de cambio y transmutación las que tienen la última palabra”, finalizó.

El legado de Hawking

El físico teórico, que durante 30 años ocupó en la Universidad de Cambridge la misma cátedra de Matemáticas en la que impartió clases Isaac Newton, es uno de los mayores exponentes científicos desde Albert Einstein. Con un coeficiente intelectual de 160, es considerado una de las diez personas más inteligentes del planeta.

Independiente de la enfermedad, que gradualmente debilitaría sus músculos hasta la parálisis, el físico teórico contribuyó al campo científico con avances esenciales para la comprensión del universo. Sus trabajos más importantes son los aportes respecto a las singularidades gravitacionales en el marco de la relatividad general, junto a Roger Penrose, y su predicción teórica de que los agujeros negros tienen temperatura y emanan radiación. Hoy se le conoce como radiación de Hawking.

Durante el inicio y desarrollo de la pandemia, cuyo origen fue solo un año después de la muerte del astrofísico, muchos recordaron gran parte de sus reflexiones. Entre ellas, una particular sobre lo que él llamaba “amenazas existenciales”. En una entrevista en el diario británico The Daily Telegraph, en octubre de 2001, Hawking declaró: “Accidental o voluntariamente, se cree un virus que destruya a la raza humana”.

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