En Chile, el 17% de la población de 2 años y más vive con alguna discapacidad, lo que equivale a más de 3,2 millones de personas, según el III Estudio Nacional de la Discapacidad (ENDISC 2022). Esta cifra no solo revela una realidad muchas veces invisible, sino que también interpela directamente a distintos sectores.

El retail, como un espacio cotidiano y masivo, tiene la oportunidad de avanzar hacia modelos más inclusivos. Repensar la experiencia de compra desde una perspectiva que considere la diversidad de formas en que las personas se relacionan con los espacios y servicios, muestra empatía y compromiso con hacer realidad la inclusión en el día a día.

Un ejemplo de ello es la implementación de la “Hora Silenciosa”, una iniciativa que comenzó en la ciudad de Traiguén, y que hoy está funcionando con éxito en más de 150 supermercados Unimarc a lo largo del país. Esta medida busca reducir los estímulos sensoriales, para facilitar la experiencia de compra de personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y otras neurodivergencias.

Más allá de sus efectos inmediatos, estas iniciativas contribuyen a instalar una cultura de respeto, valoración por la diferencia y avanzar en acciones concretas para contribuir a disminuir las brechas y mejorar calidad de vida, en algo tan cotidiano como es el ir al supermercado. Son acciones que sin duda generan un impacto positivo en quienes por años han estado viviendo una experiencia que fuera pensada para la gran mayoría. Estas acciones, sin el compromiso y convicción de los equipos que trabajan en dichos lugares no lograrían el efecto de transmitir lo importante: el querer brindarles una mejor experiencia en su visita.

El desafío es seguir avanzando en prácticas inclusivas que reconozcan y valoren la diversidad, en este caso de clientes. Porque una sociedad más equitativa se construye también desde lo cotidiano.

Por Paula Coronel, Gerenta Corporativa de Personas y Sostenibilidad de SMU (matriz de Unimarc, Alvi, Mayorista 10 y Super 10)