Revista Que Pasa

Playboy: La traición final

<br>

Antes era muy fácil. Bastaba sólo con chicas desnudas. Y en ese terreno, siempre oscuro y católicamente prohibido, reinaba una dignidad erótica incuestionable. Por lo mismo, para un puñado de cabros chicos curiosos, revistas como Playboy eran un tesoro. Primero, porque como todo tesoro debía permanecer oculto, y segundo, porque en esas páginas había chicas desnudas. Muchas. Durante esos mismos años a Hugh Hefner, el inmortal dueño del imperio Playboy, también le bastaba con publicar a esas chicas. Era una receta simple -como la del pan o el vino-, y ésas suelen ser infalibles. Pero a Hefner, como a todos, le llegó el momento. En su caso fue con internet. De un día para otro, mientras se intentaba asegurar el acceso universal a la red, los internautas veían porno. Mucho porno. Y Hefner, el octogenario que no se quita la bata, comenzó a ver cómo caía su imperio. Al poco tiempo -y esta historia es conocida-, para salvar el negocio lanzó un canal de televisión y un sinfín de franquicias desafortunadas, que ahora tocan fondo con The Playboy Club, una serie repleta de arquetipos fofos y crímenes ridículos que invitan a reflexionar sobre el triste destino del planeta. La serie de NBC no muestra ni un desnudo, y lo que es peor, no tiene rastros de erotismo, de clubes de Tobi ni de chicas lindas. Como mucho, entrega una gratuita copia de Mad Men diluida. No hay peor traición que cuando una revista para caballeros termina convertida en una serie para quinceañeros.

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

⚡OFERTA ESPECIAL CYBER⚡

PLAN DIGITAL desde $990/mesAccede a todo el contenido SUSCRÍBETE