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El destructivo y letal aluvión de Antofagasta en 1991: ¿podría repetirse un desastre así?

El aluvión de Antofagasta en 1991 dejó 91 muertos y miles de damnificados tras una lluvia intensa e inusual. Los expertos advierten que el riesgo de que vuelva a suceder sigue vigente.

El destructivo y letal aluvión de Antofagasta en 1991 ¿Podría repetirse un desastre así? Foto: Museo de Antofagasta.

18 de junio de 1991. La ciudad de Antofagasta no estaba acostumbrada a recibir lluvias en invierno. Por eso, ese día, el agua torrencial que caía desde los cielos comenzó a despertar preocupación. En cuestión de solo tres horas, ya se habían alcanzado los 42 milímetros de lluvia.

El problema, datan los reportes de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) de ese año, fue que la lluvia se concentró en la precordillera y los cerros que rodean Antofagasta: y fue tanta el agua que cayó, que comenzó a arrastrar piedras, escombros, barro y hasta vehículos por las quebradas.

Lo que comenzó como una lluvia inusual, pronto se convirtió en uno de los mayores desastres que afectó a Chile. El aluvión de 1991, como se lo recuerda ahora, cobró 91 víctimas fatales, 6.000 viviendas destruidas, 2.464 casas con daños severos y 70.000 personas damnificadas.

¿Podría volver a ocurrir un desastre de tal magnitud?

El destructivo y letal aluvión de Antofagasta en 1991 ¿Podría repetirse un desastre así? Foto: Museo de Antofagasta.

Cómo fue el aluvión de Antofagasta en 1991

Las quebradas de Antofagasta se desbordaron. La lluvia caía con intensidad, en una temporada donde no debía aparecer, y tomó a la ciudad completamente desprevenida.

Según relataron en El Diario de Antofagasta, la primera llamada de emergencia que recibieron los Bomberos fue a la 1:30 de la madrugada. Para las 13:30 del mismo día, la cifra de llamados de auxilio subió a 262.

Al principio, la lluvia había provocado inundaciones moderadas, pero poco después, “se transformarían en ríos de agua, barro y piedras que arrasarían con Antofagasta y su gente”, escribieron en el mismo medio.

Miles de casas comenzaron a inundarse, y hubo personas que terminaron atrapadas entre el barro y los escombros. Algunas lo perdieron absolutamente todo.

El agua de la lluvia acumulada bajaba por la quebrada con tal rapidez que se llevaba consigo personas, viviendas, postes de luz y automóviles.

Según contó la investigadora de CIGIDEN, Francisca Roldán, en un conversatorio del año 2023 sobre el aluvión, los daños materiales ascendieron a los 80 millones de dólares.

¿Es posible que se repita un aluvión como el de 1991 en Antofagasta?

La razón por la que la destrucción fue tan grave, en el aluvión de 1991, fue porque en ese entonces “no existían obras de mitigación”, explicó Roldán en el conversatorio. “Los planes reguladores eran distintos a los de hoy”.

“No teníamos la mirada de ser un país preventivo, sino más bien reactivo, y la gente no sabía qué era un aluvión, por lo que quienes intentaban evacuar, no sabían hacia dónde hacerlo”.

Aunque hoy los lineamientos son más claros que en esos años, los expertos advierten la necesidad de seguir conversando y no olvidar lo que pasó. En las zonas que sufrieron daños, hoy se erigieron nuevas viviendas que podrían estar expuestas a una nueva amenaza.

El destructivo y letal aluvión de Antofagasta en 1991 ¿Podría repetirse un desastre así? Foto: Museo de Antofagasta.

La crisis hídrica en el norte de Chile podría entregar una falsa seguridad: la naturaleza es impredecible, y en cualquier momento, el tiempo podría hacer de las suyas y cambiar sin aviso previo. Podría volver a llover intensamente en invierno.

Actualmente, en una de las 15 quebradas de Antofagasta, se está implementando una infraestructura para reducir el riesgo de aluviones: una construcción de material sólido, muros de encauzamiento y estabilizadores de pendientes, así como canales de hormigón.

Esto permitiría que, en caso de una lluvia intensa, el agua pueda pasar sin dañar a las personas ni sus hogares.

“La crisis climática demanda actuar con urgencia y visión de futuro. En esa línea, destacamos este proyecto de control aluvional liderado por el PNUD, que es clave para que Antofagasta sea más resiliente a los desastres, para proteger la infraestructura y lo más importante, la vida de las personas”, dijo la ministra de Obras Públicas, Jessica López.

Además, los habitantes de zonas de riesgo de aluvión deben estar informados sobre qué hacer y cómo evacuar, en caso de que un evento así vuelva a pasar.

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