Esto es lo que deberías saber sobre tu ombligo

Esto es lo que deberías saber sobre tu ombligo.

Al ser una zona de diminuto tamaño, con pliegues y un poco húmeda, el ombligo es capaz de albergar suciedad y bacterias.


El ombligo, en cualquiera de sus formas o tamaños, es una zona del cuerpo que generalmente pasa desapercibida en comparación a otras más visibles.

Sin embargo, es crucial darle la importancia que merece pues es el recordatorio de lo que alguna vez mantuvo conectados a una madre y su bebé, así como también por razones de salud.

Qué debes saber sobre tu ombligo

Cuando el feto aún está en el vientre, recibe a través del cordón umbilical todos los nutrientes y oxígeno que necesita para su desarrollo.

Tras el nacimiento la estructura blanda comienza a debilitarse paulatinamente hasta que se desprende, y luego se forma, una pequeña cicatriz en el vientre del recién nacido. Esa huella es la que acompaña a todos los seres humanos por el resto de la vida.

Otro aspecto que se debe saber es que también puede llegar a doler y también podría ser un signo de problemas de salud, como estreñimiento, colon irritable, infección intestinales, apendicitis y hernias umbilicales.

El ombligo vincula a la madre y su bebé cuando está en el vientre.

Según describe Mayo Clinic, las hernias umbilicales ocurren cuando una parte del intestino sobresalen en una área del abdomen muy cercana al ombligo, creando una especie de protuberancia que no causa dolor.

Son mucho más frecuentes en bebés, especialmente en los prematuros, aunque también es posible que aparezcan en adultos. Entre las causas que se han identificado de esta afección es que la abertura de los músculos abdominales, por donde pasaba el cordón umbilical, no se cerró correctamente.

Al ser una zona con varios pliegues y de diminuto tamaño el ombligo también es capaz de albergar infecciones, lo que puede suceder en cualquier etapa de la vida. Esto puede ser provocado por distintas razones: poca higiene, sudor o perforaciones.

“Esta zona húmeda y cálida es el lugar perfecto para que florezcan hongos y levaduras”, señaló la enfermera Samia Kadri al sitio Banner Health.

Algunos de los signos más claros de que esa área tiene infecciones es que hay secreción de mal olor, picazón y enrojecimiento. “Si su ombligo se ve más rojo de lo habitual, un poco hinchado y hay una secreción purulenta (o pus) que sale del ombligo y huele mal, podría tener una infección”, agregó la especialista.

En vista de lo anterior, lo recomendable es tomar ciertas medidas de prevención para evitar la presencia de infecciones. Una de ellas es mantener hábitos de higiene en el ombligo, como lavarlo con agua y jabón durante las duchas.

Otras acciones que pueden ser de utilidad son no usar cremas en esa área, puesto que podrían favorecer la humedad y la aparición de hongos, secarla después de hacer actividad física y preferir la ropa de algodón.

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