La millonaria heredera india que fue enterrada viva por su esposo

La millonaria heredera india que fue enterrada viva por su esposo. Foto: Amazon.

A mediados de los ‘80, Shakereh Khaleeli pensó encontrar el amor de nuevo y decidió casarse por segunda vez. Lo que no sabía es que su esposo la terminaría asesinando para quedarse con su riqueza.


Shakereh Khaleeli tenía belleza, y al mismo tiempo, una gran fortuna con la que contar: su familia era una de las más respetadas y acaudaladas en India. El curso de la historia de la heredera cambió en 1991, cuando esta desapareció del mapa de un momento a otro y durante varios años nadie supo alguna novedad sobre su destino.

La filántropa estuvo casada por 21 años con el diplomático Akbar Khaleeli y tuvo cuatro hijas. En 1986, meses después de haberse divorciado, se casó con un hombre llamado Murali Manohar Mishra, quien luego se rebautizó con el nombre Swami Shradhananda, puesto que decía ser mitad hombre y mitad dios.

Fue él quien asesinó a la socialité en 1991 y escondió su cuerpo en las profundidades del patio de su misma residencia, situada en la ciudad de Bangalore. Todo eso sucedió mientras la familia de Shakereh tenía dudas sobre lo que había sucedido con ella.

Las dudas aumentaron aún más cuando una de sus hijas, Sabah, comenzó a exigirle respuestas a Shraddhananda por el paradero de su madre. Cada vez que le preguntaba sobre dónde estaba la mujer, él respondía que estaba de vacaciones.

Shakereh Khaleeli junto a Swarmi Shraddhananda.

Recién en 1994 las autoridades lograron tener la confesión de Shraddhananda y este los condujo hasta los restos óseos de la heredera, que aún permanecían en el pozo. Luego de eso, el hombre fue arrestado. Las indagatorias por el caso arrojaron que Shakereh fue drogada y luego fue puesta en un ataúd, que posteriormente fue oculto una excavación en el patio. Todo eso, mientras aún estaba con vida y luchaba por salir del cajón.

En 2005, la justicia determinó que Shraddhananda recibiría pena de muerte después de ser hallado culpable por homicidio. La razón que motivó el crimen, según se pudo constatar, es que el hombre se había casado con Shakereh para quedarse con su patrimonio.

A la vista de los jueces, el hombre representaba una “amenaza para la sociedad” y que por lo que mostraba de su conducta no podía reformarse, de acuerdo a un artículo de la época del diario The Telegraph.

“Ha matado a una persona que tenía una fe implícita en él y la enterró sin contemplaciones”, indica la sentencia. Tiempo después, la Corte Suprema de India le cambió la pena a cadena perpetua.

Dancing on the Grave: la serie sobre el caso de Shakereh Khaleeli

La historia de esta desaparición y asesinato que generó un impacto en India es relatada en Dancing on the Grave, serie documental que fue estrenada recientemente por el servicio de streaming Amazon Prime Video.

“A pesar de que han pasado 30 años, sentimos que este era un crimen que tenía que ser contado porque sigue siendo tan misterioso, aún hoy día”, indicó a BBC Chandni Ahlawat Dabas, una de las productoras de la serie.

Por otra parte, hay quienes han puesto en duda un aspecto muy específico del documental: que se le haya dado espacio al homicida de Shakereh en pantalla. Sobre ese punto en particular, Patrick Graham, el director detrás de Dancing on the Grave, explicó a BBC que era necesario exhibir la perspectiva de Shraddhananda para entender mejor la forma en que este había influido en la heredera en esos años.

“Creo que es muy importante que escuchemos su lado de la historia, aún más porque nunca escuchamos nada de él en los últimos 30 años. Además, nos dio perspectivas invaluables sobre la personalidad de Shakereh”, comentó el cineasta.

En palabras de Graham, al visitar al homicida en la cárcel para las grabaciones, tuvieron que ser “cautelosos de dar la impresión de que quería intimidar a este hombre diminuto, frágil y anciano. Pero a medida que conocíamos más sobre la historia, e interactuamos más con él, nos dimos cuenta de que tenía una agenda, que nos estaba manipulando, que estaba tejiendo un cuento”.

Mientras más minutos pasaban junto Shraddhananda, el equipo pudo darse cuenta de la personalidad real que este escondía. “Hacia el final tratamos de sostener una conversación más dura con él”, apuntó el director.

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