La temible fragata portuguesa

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La carabela o fragata portuguesa vuelve a asechar en las costas chilenas. Según los expertos, su presencia se hará sentir con fuerza este verano debido al aumento de la temperatura del mar a causa del Fenómeno del Niño y el declive de las poblaciones de tortugas, su depredador natural.


La semana pasada, según datos del Ministerio de Salud, dos playas de la Décima Región registraban prohibición de baño por presencia de fragata portuguesa. Se trató de Mar Brava en Carelmapu, comuna de Maullín, y Arena Gruesa, Chiloé, en la comuna de Ancud. Si bien la prohibición fue levantada, la restricción es una antesala de lo que esta especie podría generar este verano en el país, provocado principalmente por la existencia del fenómeno del Niño (patrón climático que implica cambios en la temperatura de las aguas en la parte central y oriental del Océano Pacífico).

La presencia de la fragata se ha repetido en diferentes playas y sectores del país, en las regiones de Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, Biobío y Los Lagos. En Biobío, la primera semana de noviembre se registraron 30 ejemplares en la playa Mina Costa, de Lebu, sumándose a avistamientos en las playas Bellavista, Los Bagres, Larga y La Puntilla.

Desde la Subsecretaría de Salud Pública explican que entre 2016 y 2018 se emitieron 218 prohibiciones de baño en distintas playas de Chile.

La fragata portuguesa (Physalia physalis), que debe su nombre a su parecido con la vela de un barco del siglo XVIII, tiende a confundirse con una medusa, pero no lo es. Por eso se bautizó como falsa medusa. También se conoce como "botella azul" o "agua mala". Suele habitar aguas cálidas y frías de todos los océanos del mundo, nunca en aguas polares. Es un ser carnívoro, con una vela superior o flotador que alcanza los 20 centímetros y unos tentáculos que pueden extenderse hasta 50 metros. Con estos atrapa a peces y plancton para alimentarse (ver infografía).

Paula Daza, subsecretaria de Salud Pública, señala que se ha elaborado una línea de acción junto con las Seremis de Salud frente a la aparición de la fragata portuguesa, "que prohíbe el baño cuando se identifica una condición de riesgo por la presencia de la especie. Estas son las encargadas de monitorear, junto con Directemar, el estado de la situación y darlo a conocer a la población".

La prohibición es por su peligrosidad: en casos extremos puede ser mortal. Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la cataloga como una de las especies más riesgosas del planeta que habitan en aguas recreacionales.

"En el momento en que los tentáculos tocan algo, simplemente disparan el veneno. Es automático. Al tocar, dispara. El ser humano habla de picaduras, pero muchas veces solo el roce de un tentáculo con la piel es suficiente para que surja un dolor intenso. Es una acción mecánica, ella emite cnidocitos, que pueden ser cientos o miles. A organismos menores los mata. Las marcas que deja en la piel humana se borran después de unos meses, no quedan de manera permanente, como sí ocurre con las de algunas especies de medusas que quedan de por vida", explica Sergio Palma, licenciado en Ciencias con mención en Biología de la U. Católica de Valparaíso.

El problema es que, como prefiere aguas más tibias, el alza de la temperatura bajo el Fenómeno del Niño, debido al cambio climático, está aumentando su presencia.

De hecho, el fenómeno hizo que la fragata apareciera inesperadamente en el invierno de 2014, alertando a las autoridades. "El Niño ha sido muy intenso, lo que repercute en abundancia de fragata portuguesa. La particularidad es que generalmente se encuentra en primavera y verano, pero hubo una abundancia anormal en invierno, lo que rompió todos los esquemas, sobre todo en la Quinta Región. En Estados Unidos hablaron del Niño Godzilla, el más intenso del siglo XXI", dice Palma.

El fenómeno del Niño se mantendrá durante este verano, añade. "Todo indica que tendremos un nuevo evento, por lo que las fragatas y otras especies de medusas se van a mantener, e incluso aumentar su población en los océanos. Cuando la Gobernación Marítima detecta al menos tres ejemplares, inmediatamente cierra la playa. Luego, tras recogerlos, si no aparecen en tres o cuatro días, la reabren. En 2014 superamos más de 1.000 ejemplares por playa en algunas zonas", explica.

José Luis Brito, curador del Museo de Historia Natural de San Antonio, añade que otro motivo del aumento de su presencia "es la declinación a nivel mundial de uno de sus principales depredadores: las tortugas marinas".

Más de 140 especies en Chile

Palma dice que la fragata portuguesa es una especie de cnidario (de las que en Chile existen más de 140 variedades), y que su cuerpo está compuesto en 95% por agua. "Es una especie marina al igual que moluscos, crustáceos o peces", detalla.

Según un informe del Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica (Cituc), la especie genera cinco tipos de síntomas: cutáneos (erupciones, edemas); gastrointestinales (náuseas, vómitos); neuromusculares (calambres, espasmos); neurológicos (confusión, cefalea, mareos) y cardiorrespiratorios (broncoespasmos, arritmia, disnea).

El informe del Cituc señala que el veneno que inocula la fragata portuguesa es una mezcla de proteínas, polipéptidos y enzimas. Otras toxinas tendrían un efecto cardiotóxico directo.

"Frente a una picadura, lo importante es lavar de inmediato con agua de mar y sacar restos de tentáculos, sin tomar contacto directo con ellos. No es recomendable aplicar agua dulce ni frotar la picadura", dice Daza.

Palma aclara que la presencia de la fragata no es nueva, pero sí el número de ejemplares que hoy se avista en las playas del país. "El límite sur es Chiloé, pero hacia el norte está en Arica, Perú y América Central. Además de la costa chilena, se encuentra también en islas oceánicas, como el archipiélago de Juan Fernández e Isla de Pascua. Ha habido varazones de fragatas en múltiples ocasiones y lugares".

Brito añade que tienen registro físico de esta especie en el Museo de Historia Natural de San Antonio. "La fragata portuguesa se caracteriza por tener un fuerte color celeste azulado, que llama la atención cuando está cerca de la orilla, sobre todo de los niños. Viven en colonias grandes, llamadas enjambres. Son animales oceánicos, de alta mar", concluye.

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